P.C.G. A pocos les sonará el nombre de Bruno Wetzig Toepel (1855-1947), pero este ingeniero químico alemán, afincado en Huelva desde los 25 años, fue una de las figuras clave del emprendimiento y al economía en nuestra provincia en sectores como el minero -el vinícola y el de los fertilizantes- e incluso en Andalucía a finales del siglo XIX. No en vano, la publicación Grandes empresarios andaluces lo considera uno de los emprendedores más relevantes de la región.
Nacido en Elehaalt (Sajonia), después de estudiar Ingeniería y Química en Friburgo y Heidelberg, Wetzig se vino a España, concretamente a Oviedo, donde permaneció dos años antes de mudarse definitivamente a Huelva en 1880. Ese mismo año fue nombrado director de las minas de San Telmo , cargo que ostentó hasta 1885, con trabajos como las obras de cementación de cobre.
Un sector, el minero, que no abandonó Wetzig, pese a dedicarse a otras actividades como la comercialización de vinos al exterior, y que le permitió registrar cinco explotaciones mineras en la provincia, de manera individual y otras tantas después de asociarse con Gerardo Weickert en 1897 y conformar la sociedad Wetzig y Weickert.
Asimismo, ya inmerso en otros negocios, publicó distintos artículos en revistas científicas como el tratado Contribuciones al conocimiento de los yacimientos de pirita de Huelva, en 1906.
Sin embargo, y dada la vinculación del cobre con los fertilizantes, su gran éxito como empresario llegó con la construcción de la primera fábrica gran de abono -hubo otra en Isla Cristina-, conocida como fábrica de guano, de la provincia de Huelva en 1893, que producía «superfosfatos orgánicos y abonos completos para toda clase de cultivos». Ubicada en el barrio del Matadero, donde también hubo en tiempos una fábrica de jabón, perteneció primero a la sociedad Wetzig y Clauss -conformada con Federico Luis Clauss y Roeder, industrial de Huelva-, y después de que esta se disolviera en 1897 a la Sociedad Regular Colectiva Wetzig & Weickert, que fundó con Gerardo Weickert.
El propietario de los terrenos en los que se construyó esta factoría, a más de 700 metros del casco urbano era otro de los grandes empresarios del momento afincado en Huelva, Guillermo Sundheim en una época en el que la capital onubense experimentaba un gran crecimiento económico marcado por la entrada de capital inglés y alemán y que se tradujo en la fundación de diversas compañías pertenecientes a sectores propios de la economía de finales del siglo XX como cementos, abonos, banca y explotación de vino, entre otros, y en un creciente protagonismo del puerto de Huelva.
La vida de Bruno Wetzig, sobre el que apenas existen datos biográficos, estuvo marcada por la de la fábrica de fertilizantes, que en sus primero años producía abonos naturales a través del tratamiento de huesos, astas y pezuñas de animales, desperdicios de pescado, recortes de cuero y otros restos orgánicos, con un uso limitado de ácido sulfúrico. Con todo, se conseguía un abono listo para el consumo más del 80% de materia orgánica que se distribuía en España, especialmente a la zona levantina.
En 1923, fallecía Gerardo Weickert y la sociedad se reorganizó bajo el nombre Wetzig, Weickert y Compañía con la inclusión de dos nuevos socios. Sin embargo la escasez de materias primas en la península, que elevaba los costes productivos e impedía la competencia con abonos artificiales, era un problema que ya venía arrastrando la fábrica y que se acentuó con la Guerra Civil. Desde entonces hasta la muerte de Bruno Wetzig en 1947 experimentó una leve mejoría con la apertura de una línea de pienso para animales. Una década más tarde comenzarían de nuevo los problemas hasta que en 1969 la fábrica cerró definitivamente.
Sea como fuere esta fábrica y sus empresarios fueron sin duda alguna el símbolo de la modernidad económica de Huelva, y sirvió para situarla en el mapa europeo y mundial.
2 comentarios en «Bruno Wetzig, una de las figuras clave del emprendimiento andaluz de finales del siglo XIX desarrolló su actividad en Huelva»
Me ha encantado leer la historia de la creación de la empresa de mi bisabuelo Gerardo. Me enorgullece su contribución al empresariado de Huelva y sé positivamente que su amor a esta ciudad se ha transmitido a las siguientes generaciones. Saludos y felicidades por su publicación «Buenas Noticias» que no conocía hasta hoy, Cristina Weickert.
Hello Cristina
I was surfing the web and came across this article about Don Bruno Peter’s grandfather.We have not heard any news about your parents Peter and Lolly in a long time
I am still here in South Africa my parents are still fine
Please drop me a note on my email to catch up on news
Regards
Bill Crawshaw (Firth)