Redacción. El Colegio de Veterinarios de Huelva ha celebrado este martes 17 una Jornada sobre Seguridad Alimentaria en la que se han dado a conocer los importantes cambios que suponen para las empresas de restauración la entrada en vigor del Reglamento 1169/2011 relativo a la información alimentaria que debe ser facilitada al consumidor.
La sesión, celebrada en el Salón de Actos del Colegio de Veterinarios de Huelva, ha sido impartida por el veterinario bromatólogo Dr. Angel M. Caracuel García, experto en Gestión de Seguridad Alimentariay actualmente responsable de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga y ha contado con la asistencia, por parte de la Delegación Provincial de Salud de José Luis Gurucelain, Jefe del Servicio de Salud Pública.
Más de 70 profesionales, no sólo veterinarios quienes tienen competencia de la seguridad e inspección agroalimentaria, sino también farmacéuticos, endocrinos, dietistas y hosteleros o empleados de industrias alimentarias, a quienes afecta especialmente, han asistido a la jornada donde ha podido aclarar cuestionesde máxima actualidad relativas a la entrada en vigor de la nueva normativa.
Entre otras directrices, el Reglamento europeocontempla la obligatoriedad de detallar el origen de la carne de cerdo, aves de corral, ovejas y cabras, además de la especificación de “Congelado en» para carne, productos de pesca no transformados y productos cárnicos y “Descongelado” en aquellos productos que antes de ponerlos a su venta han sido descongelados.
También se obliga a especificar claramente los posibles alérgenos así como el origen de las grasas, no sólo si son si la procedencia es vegetal, animal o grasas hidrogenadas, sino también a partir de ahora si son de girasol, de oliva, de palma, etc. y se sustituye sal por la palabra sodio. En cuanto al etiquetado nutricional obligatorio, -que deberá especificarse a partir de diciembre de 2016-, debe contener valor energético, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
Según ha explicado el veterinario Caracuel, “la información alimentaria debe perseguir un nivel de protección elevado de la salud y de los intereses de los consumidores proporcionando una base para que el consumidor tome decisiones con conocimiento de causa, y utilice los alimentos de forma segura teniendo en cuenta consideraciones sanitarias, económicas, medioambientales, sociales y éticas”.
Recogiendo las recomendaciones del Libro Blanco de Seguridad Alimentaria, la Comisión Europea declara que se proporcione a los consumidores la información esencial y precisa para que puedan elegir con conocimiento de causa.