Redacción. La Asociación Cultural Lieva continúa divulgando la riqueza de los archivos cachoneros, una iniciativa puesta en marcha el mes pasado gracias al convenio suscrito con el Ayuntamiento de Galaroza y a la colaboración de El Manantial. Si en el primer documento se recogían datos sobre La Fuente de los Doce Caños, en su 125 aniversario, en el segundo boletín mensual de la serie ‘Archivos y Documentos Cachoneros’ aportan la oportunidad de conocer cómo se gestó la creación del Espacio Público del Paseo de Nuestra Señora de Carmen, punto de encuentro nuclear del pueblo que forma junto a la Fuente y la Plaza de los Álamos, el ‘centro y corazón’ de Galaroza.
En el archivo municipal existen varias referencias a la evolución de este área urbana. La primera se encuentra a finales del XIX siendo alcalde Pedro González, quien ya en cartas plenarias habla de la necesidad de crear y adecentar el alto de la plaza de la Fuente. Por aquel entonces era la mitad del área que se conoce hoy, estando la zona cubierta con casas. A ese alto desembocaba la actual calle San Sebastián y la antigua calle de los Toros (hoy calle Huelva). Se adecentó y se urbanizó la zona, pero no sería hasta el año 1908, bajo la presidencia consistorial de José Conde Garrido, cuando se planteó, se creó e inauguró el espacio que conocemos hoy como ‘El Paseo’. Para ello se derribaron las casas adyacentes y se creó el alzado, pero se mantuvo el empedrado. Fue ya 1927 cuando el Consistorio se decidió a transformar el lugar, pavimentarlo y darle vida como auténtica plaza y foro municipal.
El documento que presenta Lieva este mes trata de esa decisión. Es el ‘Expediente de Subasta de las obras para el paseo de Nuestra Señora del Carmen’ (expte. 2/03/13/37, contenido en el valioso Legajo 99). Además de éste, existen más expedientes de reformas del lugar, pero el mencionado atesora diversas circunstancias especiales. Así, se documenta mediante la exquisita escritura del entonces secretario municipal, Francisco Criado Briones, todo lo que acontece al proceso. El alcalde de la villa en aquel momento era Pablo Muñiz Blanco, quién en sesión plenaria autoriza la creación de una comisión municipal para concretar una subasta de cara a las obras de reforma y pavimentación del Paseo. Esta autorización se firma el 10 de junio de 1927.
Con gran riqueza descriptiva van desarrollándose los escritos. Así se plantean cinco días para la creación de la comisión. Una vez constituida y creados los pliegos condicionales, la subasta se celebra el 10 de Julio de 1927. No sería el secretario quien levantaría acta, sino el propio alcalde por enfermedad del primero, como queda reflejada en documentos de un pleno de aquellos días, donde se aclara que el secretario sufrió un desmayo que interrumpiría su labor.
En el documento se describe incluso el instante en que el alguacil, a voz en grito, llama la atención de que quedan solo cinco minutos para el comienzo del acto. Sólo se presentó una oferta, la de Jaime Ciscar Tarazona, vecino de Jabugo, quién consiguió la concesión. Pujó con la cantidad de 8.798 pesetas, una suma que no era la fijada por el Consistorio, que en el pliego inicial había propuesto una puja de salida de 9.000 pesetas. Parece que la ausencia de contrincantes y las prisas de la corporación jugaron a favor del pujador.
Jaime Ciscar acabaría la obra del paseo un 23 de julio de 1927. Tras la supervisión, al día siguiente se le devolverían las fianzas y se le pagaría lo pactado. Los miembros del Consistorio cachonero veían que “el pavimento ofrecía una alta garantía de estabilidad y consistencia”, por lo que quedaron satisfechos.
El Ayuntamiento invitó a todo el pueblo a la inauguración de este nuevo pavimento, que incrementó el uso del lugar. El paseo era un hervidero de actividad y así lo seguiría siendo en décadas posteriores. Hoy día, un evento en Galaroza no se entiende sin el entorno del Paseo del Carmen, habiéndose convertido en el lugar por donde pasa toda la vida de este pueblo.