Alejandro Farauste, la aventura de un consultor financiero onubense en la América profunda

Alejandro visita Honolulu (Hawaii).

P.C.P. Podría decirse que la historia de Alejandro Farauste es tan singular como interesante, al menos, dentro del pueblo que le vio crecer, Gibraleón. Esta historia habla de un proyecto de vida y de una carrera profesional que está comenzando y que apunta muy alto. Desde adolescente, este panturrano, destacaba ya por su talento innato para la música y seguro que aún hoy, muchos y muchas, le recuerdan tocando el bajo sobre los escenarios onubenses. Su infancia transcurrió en el colegio Montessori de Huelva pero a los 15 años se trasladó hasta la vieja Olontia, donde siempre ha tenido a toda su familia y a sus amigos.

Alejandro junto al mítico cartel de 'Hollywood' en uno de sus viajes a Los Ángeles.
Alejandro junto al mítico cartel de ‘Hollywood’, en uno de sus viajes a Los Ángeles.

Alejandro siempre fue ese chico «nuevo», rubio, de ojos azules, que venía de la ciudad al pueblo todos los fines de semana hasta que por fin en 2004 comenzó a estudiar en el instituto Odiel de Gibraleón. Fue trabajador y muy buen estudiante durante su paso por este centro, donde, según afirma el joven, conoció a «unos profesores geniales», que fueron «muy culpables» de haber influido en su personalidad.


Festival de Cine de Huelva

Como muchos jóvenes onubenses, Alejandro se traslada a la provincia vecina, Sevilla, para empezar su andadura universitaria: «Me mudé a Sevilla a estudiar Matemáticas. Supuso un punto de inflexión en mi vida. Sevilla es una ciudad que o te enamora, o no la conoces. Y como en cualquier relación amorosa, todo lo que recuerdo de esta etapa es muy intenso y muy emotivo: las amistades, las fiestas, las aventuras, los sufrimientos, los exámenes, los planes… fueron sin lugar a dudas de los mejores años de mi vida»

Si Sevilla supuso la máxima expresión de los «mejores años» de su vida, aún más lo fue su Erasmus en Alemania, en la ciudad de Kaiserslautern. Lo normal de una beca Erasmus es hacer amigos, aprender el idioma local, conocer gente nueva y viajar, pero, es en esta etapa cuando Alejandro siente más que nunca y por primera vez dos sentimientos opuestos: la añoranza por su tierra y la confirmación de que viajar siempre es algo beneficioso.


Puerto de Huelva

De una capital dio el salto a otra capital, a la grande, a Madrid, una vez que finalizó su carrera universitaria. Allí comenzó a trabajar para una «consultora financiera con proyección internacional». Esto le hizo pensar al joven matemático que pronto tendría la oportunidad de cruzar al otro lado del Atlántico y pisar suelo Norteamericano. Estaba en lo cierto: tras un año trabajando con «modelos matemáticos y riesgo de crédito» recibió una llamada diciendo que en dos días debía coger un avión rumbo a Estados Unidos.

Vista de la ciudad de New York con el edificio Empire State.
Vista de la ciudad de New York con el edificio Empire State.

Sin pensárselo dos veces, nervioso y con muchas prisas, Alejandro hizo las maletas para establecer su nueva vida en Birmingham, Alabama: «la verdad es que viajar ha sido una de mis pasiones desde que era pequeñito. Siempre había soñado con tener un trabajo que me permitiese ir de un lado para otro. Más que una decisión, es una forma de ser. Me he considerado siempre ciudadano del mundo«.

- ¿Cómo es vivir en Alabama? ¿Es muy diferente a España?
– Es cierto que la globalización hace que los choques culturales en occidente sean mínimos. Y la americanización que sufre nuestra cultura últimamente también ayuda a que nada sea extraño al llegar. No obstante, esto es el sur, la América profunda.

– ¿Cómo es Birmingham?
– Es una típica ciudad americana. El centro de la ciudad (downtown) es más un lugar de trabajo que de vida. La gente suele vivir en las afueras y todos son grandes autopistas, grandes coches, grandes centros comerciales… Aquí todo les gusta hacerlo a lo grande. Yo vivo con mi novia (Celia) en una urbanización a las afueras con el resto de compañeros de trabajo.
Birmingham fue una ciudad muy grande y con mucha vida hasta que quebró el sector siderúrgico. Pasó a ser casi una ciudad fantasma, como le pasa hoy en día a Detroit. Pero, en la última década, las industrias sanitaria, farmacéutica y financiera han crecido muchísimo dinamizando  la economía y ayudando a que la ciudad vuelva a renacer. En el año y medio que llevo viviendo aquí la evolución ha sido brutal. No paran de abrirse restaurantes, bares y nuevos comercios.

– Y sus habitantes, ¿cómo son?
-Muy grandes también. O son obesos o mega deportistas. No es un país de puntos medios. Aquí lo que hacen, lo hacen a lo grande: comer y cuidarse no iba a ser menos (empieza a sonar esto a un monólogo de Goyo Jiménez).

Alejandro y Celia posando junto al Puente de San Francisco.
Alejandro y Celia posando junto al Puente de San Francisco.

-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-A decir verdad, la inmensa mayoría no distingue entre España y Méjico y lo mismo preguntan por paella, por toros, por tacos y enchiladas. No es bueno generalizar, pero si es verdad que la mayoría de los americanos es muy suyo y fuera de su país no le preocupa demasiado lo que pase. Pero todo sea dicho: aquellos que he conocido que sí han estado en España -y más concretamente en Andalucía-, me preguntan que cómo demonios he salido de mi tierra.

– ¿Qué estás haciendo en estos momentos?
– Trabajo en una consultora financiera española. Actualmente estamos en un proyecto en el que ayudamos a uno de los bancos más grandes del país a cumplir con los requerimientos regulatorios de la Reserva Federal Americana.

– ¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
– Más que una aventura, es un estilo de vida. Es lo que quiero hacer y es lo que más me llena. Al principio les costaba entenderlo, pero aun así me apoyaron incondicionalmente, lo cual no es fácil. Ahora ya entienden que es lo que quiero y que además el panorama en España tampoco estaba para ser muy optimistas cuando yo salí. Es duro, pero intento ir a casa cada 2 o 3 meses y trabajar mucho el Skype.

– ¿Y tus amigos?
– La mayoría de mis mejores amigos están en una situación parecida. Los tengo en Nueva York, Shangai, Linz, Kosice, Sao Paulo… Y no para la lista. ¡Lo difícil es reunirlos a todos!

– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– Se puede decir que mi carrera profesional está casi empezando y no puedo estar más contento. No estoy pensando demasiado a largo plazo. Me estoy centrando en disfrutar día a día y trabajar para seguir creciendo.

Alejandro visita Honolulu (Hawaii).
Alejandro visita Honolulu (Hawaii).

– ¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
– Para serte sincero, no. Mientras pueda seguir volviendo alguna que otra vez al año no tengo la necesidad de volver aún. Estoy muy feliz aquí y no veo muchas oportunidades de desarrollar mi carrera allí como lo puedo hacer aquí. Y los ataques de morriña de momento los vamos aguantando con Skype y cocinando recetas de mamá. Además, tener la oportunidad de vivir esta experiencia con Celia da mucha fuerza. Es un apoyo incondicional e imprescindible y me soporta y me aguanta como nadie. Sin duda un pilar básico en mi vida.

– ¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
– Además de a mi familia, por su puesto, he de decir que la comida. En pocos sitios del mundo se come tan bien (y tan barato) como en Huelva. Es más, siempre que llego, lo primero que hago, sea la hora que sea, es tomarme un mollete con aceite tomate y jamón.
Soy muy de mi tierra. Celia siempre se queja cuando viajamos por ahí porque siempre suelto cosas como: “esta playa en Huelva las hay parecidas pero mejores”, “como en Huelva no se come en ningún sitio”, “¡si en Andalucía hubiese grandes inversiones como aquí seriamos la  California de Europa!”.  No lo puedo remediar, por encima de todo soy panturrano, choquero y andaluz.

– ¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
– Desde luego que viajar es una experiencia única. Y más que viajar, vivir fuera. Conocer otras culturas, enfrentarte a situaciones en las que no tienes a nadie en las que apoyarte y sabes que o lo solucionas tú o no te lo resuelve nadie. Son experiencias enriquecedoras, te abren la mente y te ayudan a valorar más aún de dónde vienes. Así que sí, recomendaría a todo el mundo a hacerlo.

El joven onubense hizo la ruta 1 de la Costa Pacífica.
El joven onubense hizo la ruta 1 de la Costa Pacífica.

El auténtico drama es tener que hacerlo por obligación. No es aventura. Se llama emigrar. Y emigrar, voluntaria o involuntariamente, es duro. Es muy triste tener que dejar de lado tu tierra, tu gente, tus costumbres… Pero en estos tiempos animaría a todo el mundo a que lo vea como una oportunidad. De crecer, de enriquecerse y de pensar en ello como una esperanza para volver más fuertes el día de mañana a casa e importar todas las ideas para hacer de nuestra tierra un lugar mejor y contribuir a que en el futuro emigrar sea una opción y no una obligación.

– Para terminar, un mensaje a los onubenses
– Que no se dejen contagiar por el pesimismo. Que las crisis son momentos de oportunidad, de cambio, de hacer las cosas mejor que cómo se hacían antes. Y que con determinación, con ganas y con ilusión todo se puede conseguir. Y que valoren nuestra tierra. Que hay mucho y muy bueno, y cuanto más viajen, más lo sabrán apreciar.

15 comentarios en «Alejandro Farauste, la aventura de un consultor financiero onubense en la América profunda»

  1. Ole Ale!!! Vale un montón y se merece lo bueno que le está pasando y más porque es inteligente y además se lo » curra» un montón.????????????????????????

  2. enhorabuena!!! Desde pequeño se veia k eras un crack. No se si te acordaras de mi soi bea una compañera del colegio montessori me alegro muchisimooo de k te vaya todo tan bien y ke lleves a huelva x bandera!!!

  3. Este señor es un Crack!! jejeje
    Además de buena persona, buen amigo y buen Onubense!
    Un Abrazo a todos los Onubenses de un Ayamontino en Tierras Nórdicas!
    PD:Ánimo a aquellos que están tan lejos de su tierra y añoran su Huelva.

  4. Quizas no me conozcas,pero yo a ti si, soy de Gibraleon, de la calle Federico Garcia Lorca.
    Y como tu, estoy en tierrasw lejanas a la mia, Mexico.
    Felicidades por ser un gran genio.
    Felicidades por ser un enamorado de tu tierra ,de tu gente y de costumbres.YO tambien soy panturrana y amo a mi gente.
    Animo,eres grande y puedes.

  5. Menudo crack absoluto. Me ha faltado alguna referencia a Becas Europa, donde algunos ya vimos que teníamos por delante a un grande. Enhorabuena jefe!

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