S. D. El CB Conquero Huelva Wagen jugará la final de la Copa de la Reina de baloncesto, tras derrotar al Spar Citylift Girona (70-69) en la segunda semifinal del torneo, resuelta en la prórroga y disputada en Torrejón de Ardoz.
Dicen que las finales no se juegan, se ganan. Aplíquese ese dicho para las semifinales también, auténtica final enmascarada de esta Copa de la Reina donde parece, hay un equipo por encima del resto. El CB Conquero Huelva Wagen escribió una página más de su historia con un triunfo épico, dramático, a base de casta, fe, ganas e ilusión, muchísima ilusión, ante el Spar Citylift Girona que, posiblemente al final, hiciera el mismo gasto en todo que su rival para meterse en la final. Pero esta vez la moneda cayó del lado onubense. Pues que bien.
Gabi Carrasco, entrenador de la de Huelva, había anunciado un partido equilibrado, igualado, decidido por pequeños detalles. Su apuesta fue certera, por eso planteó un partido coral, en el que nadie pudiera destacar sobre el resto, aunque en el devenir del choque algunos nombres propios sonaron más: María Pina, Itzi, Luci, Asurmendi, Adaora… Bueno, la profusión de nombres puede ser un ejemplo de lo que quería el entrenador, sustentarse en la palabra E-QUI-PO, y apoyarse en esa suma de individualidades necesarias.
Fue Pina, precisamente, la que primero se dejó notar, en unos compases iniciales en los que quedó de manifiesto que Girona tenía un tesoro en Britanny Chambers. Suyas fueron las acciones destacadas de su equipo, oponiendo resistencia las de Huelva con la mentada Pina, que apagó el primer incendio -pequeñito- cuando las catalanas cobraron cinco puntos de renta. El Conquero, con la lección aprendida, cerró el primer cuarto en lo más alto del columpio: 21-20.
Metidos los dos equipos en faena, en el segundo cuarto quedó ya más que claro que el partido iba a tener una digestión lenta, pausada y complicada. Con los dos a tope en defensa, los ataques lo tuvieron muy difícil y el grifo anotador, poco a poco, fue perdiendo potencia.
Fue el momento de Luci Pascua y de Asurmendi. De la primera, por su trabajo de zapa en la zona, buscando agujeros increibles y cerrándoles cuando era menester, según atacara o defendiera. El costo, muy alto, se cargó de personales que le llevaron al banquillo antes de tiempo por precaución. Y de la segunda, por su buena dirección, porque de ella manaron las ideas claras -si era posible con lo que había en juego- para que el cuadro onubense de nuevo apagara otro incendio para, en esta ocasión, ir más allá y acabar con tres puntos arriba en el intervalo: 39-36.
El descanso sentó mejor a las de Huelva quienes, enchufadísimas en defensa, lograron poner tierra de por medio en el electrónico (47-40), que abría de par en par las puertas de la esperanza. Ramón Jordana, entrenador de las catalanas, vio peligrar el partido y paró con un tiempo muerto los mejores minutos de las conqueristas. A la vuelta de ese tiempo muerte Ibekwe hizo el resto, y poquito a poquito, fue limando la desventaja, hasta colocar a su equipo por encima al término de ese tercer cuarto: 47-49.
Y en el último cuarto el peligro de infarto estuvo presente en el pabellón Jorge Garbajosa. Cada acción valía su peso en oro molido, cada error se podía pagar. Y aunque el Girona comenzó ampliando su renta al principio, Asurmendi y Pina, ésta especialmente, paliaron deficiencias, corrigieron errores y auparon a su equipo en el marcador de nuevo… hasta que otra vez Ibekwe igualara el cotarro.
A falta de 35 segundos, y con empate, Asurmendi erró en el ataque con personal incluida, lo que dio opción a que Jordana anotara los dos puntos y pusiera por delante a Girona a falta de 18 segundos (60-62). Aja Parham -su turno- volvió a empatar, resultado que no pudo mover Chambers que falló dos tiros libres que hubieran sido determinantes. A la prórroga: 62-62.
Siguió el cuadro de Huelva con problemas en el ataque en el inicio del tiempo suplementario, lo que dio pie a que el cuadro gerundense cobrara una renta que, normalmente y ante otros equipos no terrenales en ese aspecto, son decisivas. Porque con menos de dos minutos el 62-69 favorable al equipo de Girona parecía dictar sentencia.
Pero como dice el anuncio del seguro “¡¡¡ error !!!”, y guantazo en la línea de flotación de las catalanas gracias a las dos ‘Marías’, Asurmendi y Pina, quienes con un parcial de 7-0 devolvían el equilibrio al marcador, decantado en favor de las onubenses con tiro libre de Itziar a falta de cinco segundos. En ese tiempo el Girona tuvo bola para empatar o ganar, pero falló, y el Conquero coronó su gesta ampliando en 24 horas más su sueño. Ya hasta puede dar igual lo que ocurra en el partido de este domingo (15:45) ante el Perfumerías Avenida, porque ya ha entrado en la historia.
SPAR CITYLIFT GIRONA, 69 (20, 16, 13, 13, 7): Chambers (12), Jordana (12), Kutktiene (4), Ibekwe (16), Gidden (8) -cinco inicial-; Freixanet (10), Carbó (7)
CB CONQUERO HUELVA WAGEN, 70 (21, 18, 8, 15, 8): María Asurmendi (13), Aja Parham (7), María Pina (14), Adaora Elonu (15), Luci Pascua (3) -cinco inicial-; Aleksandar Stanacev, Itziar Germán (4), Chelsea Davis (14).
Árbitros: Uruñuela Uruñuela, Mendoza Hidalgo. No hubo eliminadas.
Incidencias: Segunda semifinal de la fase final de la Copa de la Reina disputada en el pabellón Jorge Garbajosa de Torrejón de Ardoz. Presencia de seguidores onubenses en las gradas.