P.C.P. Hace muchos años atrás, quizás cuando aún iba al instituto Odiel de Gibraleón, Marta Rodríguez no se imaginaba que su vida se trasladaría al continente americano. Con tan sólo 25 años ya puede presumir de haber «recorrido mundo» y de haber estado a un lado y al otro del planeta Tierra. Conjunto de su experiencia y de su infancia es su estancia por el Colegio Público Fuenteplata y el Colegio Público Aurora Moreno de Gibraleón. Sus años en el instituto y sus veranos en la playa de La Antilla, hasta graduarse, dieron forma a su adolescencia y consolidaron su grupo de amigos y amigas de toda la vida, los cuales, hoy en día, esperan con ansia su regreso y poder verla de nuevo por las calles de la localidad olontense.
Cuando llegó el momento de pensar qué carrera universitaria quería estudiar, Marta comenzó su primera aventura que la llevaría hasta Salamanca para estudiar una nueva carrera, «Ingeniería Geológica». Ella desconocía la ciudad salmantina pero también este tipo ingeniería, pues estos estudios universitarios, por aquel entonces, eran totalmente nuevos y resultaban fruto de la fusión de dos carreras, la Ingeniería de Caminos y la Geología.
Mientras todos sus amigos se marchaban a Sevilla o se quedaban en Huelva, ella pasaría desde 2007 hasta 2013 en Salamanca. Los años universitarios se dicen que son los mejores. No fue una excepción en el caso de esta ingeniera cuando formó parte de una residencia estudiantil y conoció a fondo una de las ciudades universitarias por excelencia dentro de España. Es en esta etapa de su vida cuando conoce al que es hoy en día su pareja, amigo y compañero de viajes, Daniel. Mención especial merece su beca Erasmus en Ferrara donde aprendería italiano, haría nuevos amigos y comenzaría a descubrir otros rincones de Europa.
Al terminar la universidad y al ver que «la situación laboral y económica en España no estaba en un buen momento», Marta y Daniel optaron por «cruzar el charco» para buscar trabajo en «un país con más oportunidades». En este caso Panamá, que está creciendo a un ritmo asombrante. Actualmente Marta Rodríguez estudia «un MBA (Master in Bussiness and Administration Executive)» y trabaja «como ingeniera coordinando proyectos». «Cuando llegué a Panamá trabajé gestionando la instalación y construcción del sistema de transporte Metro-Bus de la ciudad. Ahora, coordino el desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios (rascacielos, centros de oficinas, etc…)», afirma la joven.
-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
-Tenía inglés e italiano, ambos nivel medio. Pero Panamá es un país de habla hispana y aunque hay expresiones y algunas palabras que tienen diferentes significados, sigue siendo la misma lengua.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia?
– El balance es totalmente positivo. Por una parte, conocer esta parte del mundo. El clima y la vegetación son totalmente diferentes, con lugares paradisiacos y prácticamente vírgenes. Ha sido una experiencia increíble para los sentidos. Por otro lado,conocer la cultura y la forma de vida de esta zona te abre los ojos y te enseña a valorar y apreciar muchas cosas que antes ni me paraba a pensar. Ha cambiado mi forma de ver la vida, algunos de mis valores como persona y mis preferencias.
Invitaría al ciudadano español habitual a dejar de quejarse de la situación de España y viajar para valorar lo que tenemos en nuestro país (en todos los niveles).
-¿Cómo es vivir ahí? ¿Es muy diferente a España?
-La cultura y forma de vida son totalmente diferentes a la de España. Desde la gastronomía, costumbres, fiestas, clima, saludos, vestimenta, horarios, etc. Es un país con una gran variedad cultural y étnica. Se mezclan muchas culturas para crear la cultura panameña.
-¿Dónde vives? ¿Cómo es esta ciudad?
-Vivo en la Ciudad de Panamá, que es la capital del país. No es una ciudad excesivamente grande. Ronda por arriba de los 900.000 habitantes. La ciudad está limitada por la costa y se distinguen dos zonas muy diferentes; el centro está repleto de rascacielos y grandes edificios, centros comerciales y de negocios y en el extrarradio encontramos casitas bajas, algunas sobre pequeñas montañas o en zona selvática. En la ciudad encuentras gente de todas las nacionalidades, creando un ambiente multicultural.
-¿Y sus habitantes, cómo son?
-Es un país donde hay una gran diferencia socio-cultural. Se distinguen claramente dos clases sociales muy pronunciadas, una muy baja y la otra muy alta. Esta última está cambiando en los últimos años con la imponente llegada de extranjeros acostumbrados a un nivel de vida medio. Como en todos sitios te encuentras gente de todo tipo, pero en general, el panameño no es muy abierto al extranjero, quizás por la llegada de un sinfín de extranjeros en los últimos años de todas partes del mundo y por la historia que al país precede.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Por lo general, España es un país muy querido por los panameños, y por los latinoamericanos en general, aunque también me he encontrado con una respuesta opuesta, de gente que está “enfadada” con la actitud que tuvieron los españoles colonizadores en la historia.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
-Mi objetivo a corto plazo es levantarme cada día y aprovecharlo al máximo y lo mejor posible. Y mi reto a medio-largo plazo es volver a casa a disfrutar de mi gente.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia me apoya con todo, pero tienen ganas de que vuelva. Lo bueno es que hablamos todos los días por WhatsApp, viber, Skype…
-¿Y tus amigos?
-Igualmente. Ellos me han mostrado siempre apoyo y nos mantenemos en contacto. La verdad que gracias a las redes sociales me mantengo al tanto de casi todos los detalles.
-¿Cuáles son tus planes de futuros?
-Planes tengo miles y cada día vienen unos y se descartan otros. Ahora es el momento de empezar a aterrizarlos y sacar algo en claro.
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
-Claro que pienso volver, es más, no dejo de pensar en ello. A pesar de que estar aquí está siendo una gran experiencia, me vine con la idea de volver. Y volveré pronto. Es probable que no sea a Huelva, pero en principio me conformo con volver a España.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Sin duda, a mi gente. También echo de menos nuestra excelente gastronomía y de la forma que disfrutamos de ella con las cañitas y el tapeo al solito en ese ambiente tan especial.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
-Por supuesto. Lamentablemente, hay cosas que no se aprenden si no se viven, y el estar fuera por un tiempo te hace crecer como persona y darte cuenta de que hay mucha vida más allá de lo que conocemos y que no en todos los sitios tienen la suerte de tener la calidad de vida que tenemos nosotros.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Que aprovechen lo que tienen, que en Huelva se vive muy bien. Y que por “muy mal” que esté la situación laboral y económica, nunca hay que perder la ilusión por intentar cosas nuevas y que nos gusten, porque cuando las cosas se hacen bien, las cosas salen para delante. Solo hace falta tener ganas y echarle valor, siempre con mucha constancia y fuerza.