Redacción. Francisco Giner de los Ríos será el próximo protagonista de la pieza del mes de la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez. El próximo 4 de febrero a partir de las 12.00 horas se presentarán en la Casa Museo en Moguer libros y manuscritos del pensador, escritor, pedagogo y undador de la Institución Libre de Enseñanza, bajo el epígrafe ‘Giner, un andaluz de fuego (En el 100 aniversario de la muerte de un hombre)’.
Bajo su influencia se emprendieron importantes reformas en los terrenos jurídico, educativo y social, y se crearon organismos como el Museo Pedagógico, y la Junta para Ampliación de Estudios, de la que dependían el Centro de Estudios Históricos, el Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales o la Residencia de Estudiantes.
Desde la fundación de la Institución hasta el final de sus días, Giner se dedicó en cuerpo y alma a poner en práctica las líneas pedagógicas que definían la Institución: formación de hombres útiles a la sociedad, pero sobre todo hombres capaces de concebir un ideal; coeducación y reconocimiento explícito de la mujer en pie de igualdad con el hombre; racionalismo, libertad de cátedra y de investigación, libertad de textos y supresión de los exámenes memorísticos. En una palabra, una escuela activa, neutra y no dogmática, basada en el método científico, que abarca toda la vida del hombre y que pretende la formación de hombres completos, abiertos a todos los ámbitos del saber humano. Giner opuso la libertad a la autoridad.
En 1904, en Madrid, el joven Juan Ramón vivía en casa del doctor Simarro. Leía a los poetas ingleses (Shelley, Byron, Shakespeare) y se relacionó con la Institución Libre de Enseñanza, donde entabló una amistad entrañable con Giner de los Ríos. Contaba Juan Ramón: Don Luis Simarro me trataba como a un hijo. Me llevaba a ver personas agradables y venerables, Giner, Sala, Sorolla, Cossio; me llevaba libros, me leía a Voltaire, a Nietzsche, a Kant, a Wundt, a Spinoza, a Carducci…
En 1913 Juan Ramón Jiménez es invitado a vivir en la Residencia de Estudiantes, como reconocimiento oficial por su labor como poeta. Allí estudió griego e inglés y dirigió las publicaciones de la Residencia, a instancias de su director, Jiménez Fraud. Ensayos, biografías, cuadernos con los trabajos de los residentes, y publicaciones de las lecturas que se daban en la Residencia estaban a su cargo. Para Juan Ramón los valores krausistas representados por el director de la Residencia y por Giner de los Ríos fueron reconocidos y asimilados en su poesía y en su forma de actuar.
Decía Juan Ramón: «D. Francisco, que era en vida un profesor máximo, era sobre todo un vividor de filosofía. Por eso su ejemplo, su contajio estaba en su persona más que ha quedado en su obra escrita que no fue lo fundamental en su vida».
Además Giner fue el impulsor del éxito de Platero y yo, al comprar muchos ejemplares en las Navidades de 1914 y regalarlos a las personalidades que visitaban su casa, con los mayores elogios. Según Giner, Platero expresaba precisamente los valores de la ética institucionista de la regeneración por la naturaleza y la cultura en un proceso de interiorización idealista. En la última visita que hace el poeta a su maestro enfermo, éste abre el libro por la página de la muerte de Platero y le dice: «Es perfecto (…) con esa sencillez debía usted escribir siempre».
Juan Ramón, al escribir a Zenobia el 18 de febrero de 1915, recuerda el fallecimiento: «He estado toda la tarde con el pobre don Francisco. Está en su celda blanca y pobre, como un santo, entre sus flores y su romero. Cossío me dice que el último libro que ha leído y que la última conversación lúcida que tuvo fue sobre mi Platero. Ahí lo tiene, al lado de su lecho de muerte. ¡Qué horas tan dulces, tan buenas, he pasado a su lado en el balcón que da al jardín solitario! Voy a escribir un libro sobre don Francisco, que se me ha ocurrido al lado de su cuerpo frío.»
Aquel proyecto del que habla el poeta, cuajará en Un andaluz de fuego, que comienza con unos textos engendrados en el velatorio, Elegía pura o Elegía a la muerte de un hombre puro, que se van amplificando, y que se pueden ver en esta pieza del mes.