Mari Paz Díaz. ¿Quién ha dicho que la belleza está reñida con el emprendimiento? Lejos de muchos tópicos, la onubense Cecilia Morales Cumbreras es una joven de Moguer cuya trayectoria es un ejemplo de cómo del mundo de la moda y de la publicidad se puede pasar a crear tu propia empresa. En este caso, una empresa del sector de la estética con implantación a nivel nacional.
Este hecho es el resultado de una trayectoria profesional que se inició en el año 2002, cuando después de finalizar la Licenciatura de Administración y Dirección de Empresas (LADE) en la Universidad de Huelva decidió marcharse a Madrid con el propósito de desarrollarse profesionalmente.
Reconoce que los inicios no fueron fáciles, porque no conocía a nadie. Pero, a pesar de ello, comenzó a trabajar como modelo en Madrid.
«Así fue hasta que encontré trabajo como consultora en una empresa de Relaciones Humanas. Fue unos años más tarde cuando decidí, junto con mi socio Eduardo Lagunas López, lanzarme a una nueva etapa emprendedora», nos comenta la joven, que se encuentra muy ilusionada con esta nueva etapa.
En concreto, Cecilia fundó en el año 2008 la empresa Sundara, «una apuesta por la belleza totalmente innovadora y pionera, con un enfoque natural, así que era muy arriesgado». Tanto que al principio fue bastante complicado, ya que se unió el comienzo de la crisis económica con un concepto de belleza bastante pionero.
Cecilia Morales reconoce que su interés por este sector le viene desde pequeña, porque «siempre me ha gustado cuidarme de una forma natural y respetuosa para mi piel. Esta inquietud me llevó a investigar y a descubrir que la cosmética convencional se componía de derivados petroquímicos y formulas sintéticas y artificiales, existiendo otro tipo de cosmética muy desconocida en España. Se trata de la cosmética orgánica o bio, cuya composición está libre de derivados petroquímicos, tan dañinos para la salud».
En concreto, su idea emprendedora se centra en la realización de un tipo de depilación bastante novedosa: la depilación con hilo, una técnica milenaria oriental desconocida en España. Por este motivo, lo primero que tuvieron que hacer estos emprendedores es formar a personas cualificadas en este ámbito, al tiempo que comenzaron a difundir la cosmética ecológica. El resultado ha sido que han conseguido convertirse en un referente del sector, puesto que a partir de 2010 iniciaron una etapa de expansión. En la actualidad, la empresa cuenta con nueve centros de belleza repartidos por toda España, de los que seis están en Madrid y el resto en Barcelona, Sevilla y Zaragoza.
Tras estos logros, esta moguereña reconoce que «mi mayor recompensa personal ha sido crear un concepto con el que me identifico plenamente y que ha tenido tanto éxito en tan poco tiempo». Su labor se centra en todo lo relacionado con I+D, Relaciones Humanas, la formación de los equipos de trabajo y el cuidado del producto, mientras que su socio Eduardo lidera la parte estratégica, de expansión, marketing y ventas. Es más, su línea de trabajo para el futuro es la creación de su propia firma de cosmética vegana y bio, sin olvidar que ofrecen un servicio de manicura con esmaltes a base de agua libre de ingredientes tóxicos.
Con todo ello, Cecilia Morales se muestra muy satisfecha con el reto que tiene por delante y con lo conseguido hasta ahora. Eso sí, para despedirse, esta joven onubense asegura que, aunque «Madrid es una ciudad llena de vida en la que me he sentido muy acogida desde el primer momento y donde he podido crecer personal y profesionalmente, más de lo que hubiera podido imaginar, nunca me olvido de mi tierra». Tanto es así que se despide con estos versos:
En mi corazón está mi tierra,
Moguer del alma mía!!
brisa de luz, sonrisas de agua,
olas de calma, melancolía..
A ti regreso, oh Moguer…!!
calor del alma mía.
Y tú me abrazas como a una niña
y yo te extraño más… cada día.
Muchas gracias Cecilia. Mucha suerte.