M. P. D. Cada temporada del año tiene sus costumbres y placeres exclusivos, sensaciones que no pueden realizarse en ningún otro momento. El otoño y el invierno, por ejemplo, nos regala magníficos paisajes de tonos ocres y marrones, pero también una rica gastronomía, especialmente llamativa en la provincia de Huelva. Son delicias que, normalmente, nos llegan de la naturaleza y han sido incorporados a nuestra vida cotidiana heredada de nuestros padres, al ser transmitida de generación en generación.
Así sucede con un placer tan habitual en las calles de nuestras ciudades y pueblos como son las castañas asadas. Sí. Si existe un fruto que represente al otoño es la castaña, más aún en Huelva, donde este producto alcanza una enorme calidad en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Una tradición que se visualiza perfectamente cada año a través de la humareda que sale de los distintos puestos ambulantes situados en lugares estratégicos de los municipios. Una humareda que impregna con su olor característico calles y plazas, por lo que muchos viandantes no pueden evitar la tentación de pararse a comprar un cartucho de castañas para que les acompañe en su paseo al atardecer.
Son muchos los puestos de castañas asadas que encontramos en las esquinas más concurridas de las localidades onubenses. Así sucede, por ejemplo,en Huelva capital en la Avenida Federico Molina, en la plaza del antiguo Estadio Colombino, uno de los lugares más típicos para comprar castañas asadas.
Regentado por Paco Rubio, ‘El Paco’, este punto de venta de castañas asadas es el más antiguo de Huelva, ya que lleva 36 años vendiendo castañas a los onubenses en este punto de Isla Chica. “Se trata de un negocio familiar que hemos sabido mantener durante décadas. Y que están continuando mis hijos”, nos explica Paco mientras no para de mover la olla en la que asa las castañas.
En el puesto, Paco cuenta, además, con su hija la pequeña, Eva Rubio, que con 23 años conoce muy bien esta tradición que ha vivido desde siempre en su casa. De hecho, Eva se encarga de la preparación previa de las castañas, haciéndoles una pequeña raja. Y, posteriormente, es la que atiende a la clientela. Un euro por cartucho, donde se ofrece una docena de castañas.
El puesto de castañas de la plaza del antiguo Estadio Colombino suele vender entre 20 y 25 kilos de castañas diarios, una cifra importante, a pesar de que este castañero ha notado los efectos de la crisis económica, ya que anteriormente vendía entre 60 y 70 kilos diarios.
Con todo, comer castañas asadas es una opción más que recomendable estos días, porque, además, es un placer que finaliza después de Reyes, puesto que entonces las castañas dejan de estar en su punto. De hecho, ‘El Paco’ venderá castañas hasta el próximo 6 de enero.
Así que ahora es el momento de no resistirnos a este placer que, además, nos aporta grandes nutrientes. Porque comer castañas es una costumbre muy saludable al tener grasas, proteínas, minerales y vitamina C. Es más, la castaña ha sido durante mucho tiempo la base de la alimentación del hombre, como lo demuestra el hecho de que existan muchas recetas con la castaña como elemento principal. Si no, tan sólo hay que mirar la cocina tradicional serrana.
Muchas ventajas para un manjar del que quedan pocos días para disfrutar.