Miguel Ángel Velasco. Me topé con Noemí Camacho, por casualidad, después de mucho tiempo sin verla, una noche de viernes en la calle Bocas, de Huelva. Echaba la cancela a un comercio conocido, PuroEgo, cuando un gesto de la chica me hace prestar la atención en ella. Era morena, delgada, muy atractiva con esos ojos oscuros que se ríen al compás de sus bonitos labios, y enseguida la identifiqué con esa chiquilla flacucha y nerviosa que años atrás la había tenido como alumna en la asignatura de Derecho Fiscal y Contabilidad Empresarial en un Curso de Comercio. Creí que no me reconocería después de tantos años. Pero me equivoqué. De pronto, me miró y la mujer espléndida y hermosa en la que actualmente se ha convertido, se vino hacia mí con esa amplia sonrisa que la caracteriza. Tras un amistoso abrazo me cuenta que es la propietaria de ese negocio, de PuroEgo, en la capital.
Hacía frío en la calle y me invita a tomar una copa. Como no tenía nada que me lo impidiera, me dejo llevar por ella. Subimos por la calle Méndez Núñez hasta La Palmera mientras no para de hablarme de su nueva aventura comercial. Nuestro destino, El Trastero. Desde que entramos, a pesar del ambiente bullicioso del mismo, no paró en ningún momento de saludar a diestro y siniestro.
-Verás, es que durante un tiempo trabajé de relaciones públicas aquí y es donde nos encontramos todos los amigos. Se está muy bien y el ambiente es muy agradable.
Me lleva por entre las mesas saludando entre unas y otras hasta una que estaba sin ocupar. Nos sentamos y enseguida nos atienden. Cuestión de confianza.
Desde que viví en Albacete y Murcia me empezó a rondar por la cabeza una idea y que luego, ya después de mi estancia en Grecia, fue tomando cuerpo. Así que ya en Huelva, y aquí ya me conociste tú, se forjó completamente. Me vino increíble el curso en Comercio. Adentrarme a la realidad interna de la empresa, los balances, los libros de cuentas, las facturas emitidas y recibidas, los IVA y los recargos de equivalencias… todo eso que parece tan agreste y feo en principio y que resulta vital para un posterior desarrollo de tu empresa.
–Me alegro que te cundiera toda aquella materia.
-Fue fundamental. Tan importante o mucho más que la experiencia práctica que vas atesorando en la línea de atención al público o de vendedora. Yo aprendí mucho de mi paso por Cortefiel, del contacto directo con el género y con la atención al cliente, pero sin una base técnica y teórica como la que conseguí allí de poco me valdría ahora todo
-Y por lo que me cuentas te decides a dar el paso a empresaria con PuroEgo.
-Bueno, no tan fácil. Yo estuve trabajando como vendedora durante cuatro años en la tienda. Ten en cuenta que es una franquicia y antes pertenecía a otras personas. Lo que ocurrió es que éste franquiciado se disolvió y me plantearon la posibilidad de quedármelo. Fue una decisión muy arriesgada, pero pienso que en el autoempleo está el futuro de nosotros, los jóvenes. De manera que, sin más ayuda que las mías propias y con los medios a mi alcance, vi en ello la posibilidad de lograr de culminar la idea que me surge y fomenta alrededor del Mediterráneo y me decido a dar el paso. Y aquí estoy, desde hace dos meses y medio, convertida en toda una señora empresaria, con dos chicos empleados trabajando en la tienda, en prácticas.
-¿Qué podemos ver por PuroEgo?
-Pues te puedes encontrar absolutamente de todo en relación a la línea masculina. Desde ropa sport hasta trajes de caballero. La sastrería, puedo decir, que es nuestro fuerte. Pantalones de pana, vaqueros, de vestir, camisas, chaquetones. Complementos como una línea completa de corbatas y palomillas, foulards o bufandas, americanas, botas, jerseys. En fin, todo lo que un hombre puede necesitar.
-¿Que marcas tenéis?
-Ninguna, la nuestra propia. Puro Ego son diseñadores de su propia línea, fabricantes y vendedores de las mismas. Por ello, tenemos muy buena calidad en nuestros géneros a unos precios increíbles. Tenemos unos precios muy asequibles y, por otro lado, ten en cuenta que en Huelva capital hay un déficit tremendo de oferta en moda masculina. Escasea de una manera brutal, de tal manera que muchos onubenses tienen que marcharse a otros sitios para comprarse lo más indispensables. Así, que nosotros tenemos de todo sin ceñirnos a una línea, sino que tenemos todos los tipos de tendencias que se llevan en la actualidad. No por el hecho de ser diseñadores y fabricantes nos dirigimos a una única forma de vestir, sino, todo lo contrario, nuestra gama es variada y amplia.
-¿Qué edad y tipo de clientela tienes?
-Nuestra clientela es varia y variada. Quiero decir, al no tener mucha competencia en este sector de la moda masculina tenemos de todo y todos como diferente son nuestros estilos; pero digamos que oscila entre los veinte a los cincuenta años. Como te he dicho, en la sastrería tenemos nuestro símbolo y ésta tiene desde un aire más severo para señores de cierta edad hasta más jovial y fresco para los chicos de veinte pocos años, aunque quizás sea esta última la que más predomina en mi tienda.
-Al ser una franquicia, PuroEgo, ¿no te encuentras encorsetadas a la hora de vender?
-En absoluto. Y por dos razones fundamentales. Primera, porque al aceptar el reto de erigirme en franquiciado de PuroEgo, en Huelva, había valorado la garantía y validez del producto como un todo. Me sentía totalmente identificado con él. Y en segundo lugar, porque me siento, y lo soy, totalmente libre a la hora de mostrar, expandir, publicitar y dirigir mi empresa. Darle el aire personal que quiero imponerle. Esta empresa había pasado por manos anteriores y me siento en la obligación de que el público vea en ella en aire joven que quiero imponerle, mi sello personal. Bien sea en los escaparates, bien sea en la forma de vender o de atender al cliente. Romper con la imagen anterior y darle una más cercana, un mayor calor y amistosa.
Los ojos de Noemí no han dejado de pulular durante toda la conversación. Cientos de diminutas estrellitas bailaban conjuntadas entre ellos y su boca. La felicidad y la seguridad son dos armas identificativas de esta joven y guapa emprendedora onubense. Conseguirá, a buen seguro, lo que busca. Dar a la moda masculina un lugar donde el hombre encuentre todo aquello que necesita para vestir, y hacerlo bien.
La dejo. La gente del local la reclama y ellas los mira, lógicamente, sonriendo, La beso y le deseo que se cumpla los mejores augurios para el año que entra. Interiormente, sin saberlo, me siento satisfecho de que aquellas antiguas clases de Derecho Fiscal y Contabilidad no fueran tan áridas como pensaba y que hayan servidos para que, al menos Noemí Camacho Montero, pueda convertirse en lo que ya es. Una gran y joven empresaria.