Miguel Ángel Velasco. Un titulo, un simple título con su nombre, Beatriz Romero. Ese es el primer disco de la cantaora palerma grabado en Estudios Joselito Acedo, en Triana y mezclado y masterizado en Encaeduardo, de Eduardo Ruiz y producido y realizado por los trianeros Makarines y Luis Franco.
Esta opera prima está compuesta por nueve cvanciones donde podemos oír palos clásicos como seguiriyas, cañas, granaínas y zambras, así como otros de corte más fresco como pueden ser las bulerías, los tangos y los fandangos de Huelva, que no podían faltar. Es un disco que, dentro de la esencia purista de los diferentes palos que se tocan, tienen un aire propio, evolutivo, tan joven como actual.
Y prueba de ello es el uso instrumental del mismo porque en ellos podemos escuchar, con sublime destreza y acoplamiento, aparte de las guitarras clásicas encabezadas por el siempre eterno Antonio Carrión, acompañado de Antonio Rey, los acordes modulados de piano, violín y guitarra eléctrica. Todo ello sin perder un ápice de su purismo.
A partir de esta semana, el disco homónimo de Beatriz Romero podrá ser adquirido físicamente en la mayoría de las tiendas de las calles del centro de Huelva y en este mismo diario digital, Huelva Buenas Noticias, así como en otros establecimientos de Huelva capìtal y de otras localidades de la provincia. En Palos de La Frontera, su pueblo, se encuentra prácticamente agotado. Pero no será hasta los primeros días de diciembre cuando pueda ser comprado en las grandes superficies comerciales, como Hipercor. Este disco está disponible, además, en las plataformas digitales. Amazon, Spotify, atunes, Play stores, son algunas de ellas. Incluso lo podemos adquirir por Xbox.
“A mis dieciocho años, puedo asegurar vivir enamorada de Él. Me ha dado momentos maravillosos y otros, porqué no decirlo, en los que las penas me ahogaban. Muchos dicen que para sentirlo hay que vivir y, aunque a mi edad todavía he vivido poco, lo siento cada día, cada hora,. Necesito de Él para ser feliz”. Esta es toda una declaración de intenciones y de voluntad de Beatriz Romero y estoy en parte de acuerdo con ella. Pero para sentir no necesariamente hay que vivirlo. El sentimiento es una capacidad, en este caso, solo poseída por aquellas personas que tienen el don de la vivencia sin vivir. El escritor siente el libro en cuanto que este es producto de su imaginación, no de su vivencia. Es la capacidad de transmitir la vida sin vivir. De igual forma, Beatriz, si tú necesita de Él para vivir, convéncete que ese Él necesita de personas como tú para subsistir. El cante sin ti, créetelo, moriría un poco cada día.
Llevas mucho tiempo en este mundo. Para personas que peinamos cana y embarazamos décadas pueden resultar pocos. Para ti, nuestra niña mujer cantaora, es toda la vida. Desde muy pequeña te subiste a un escenario y desde entonces nos has desfallecido, sino has crecido, Son muchos los premios que te adornan, muchos los sacrificios y kilómetros que te has echado a tu juvenil espalda , muchos los pueblos y las capitales que te han acogido en sus escenarios y ello no ha servido más que una prueba de un amor incontestable y de una madurez artística y personal fuera de toda duda. ¿Que tu no has vivido, chiquilla? ¿Qué es lo que no has vivido, dime? Estás preparada para el salto que has dado porque tú has elegido el momento,. Nadie lo ha hecho por ti. Tu personalidad acusada, vuelvo a repetir, a pesar de tu juventud, se me rebela rebelde contra cualquier tipo de imposición.
Eres madura, mujer con corazón de mujer. Y tus letras que cantan saben también a mujer. “Ay amor, que despiertas una ilusión, que añoraba el corazón hace tanto tiempo…Ay amor, que se asoma a mi balcón, que no tiene explicación lo que nos queremos. Y mi voz te regala una razón, un motivo, una canción, para convencerte, así es mi corazón, ay amor para convencerte”. Estas letras no las canta ya una niña sobre las siempre maduras canciones flamencas, letras graves y roncas, de sentimientos perdidos o acabados, como una máquina, automáticamente. No. Esas letras salen de tu boca con la seguridad de conocer su valor y de imaginar su destinatario. Con el convencimiento pleno de sentirla. Entonces, ¿qué no has vivido, Beatriz?
Sigue tu camino. Sigues tus estudios y sigue a Él. Estás preparada para enamorarte de los dos. Hay que ser muy mujer para hacerlo. Yo así lo espero. Y lo espero porque estoy convencido de que esta opera prima que ahora escuchamos en el mercado discográfico no es más que ese escalón primero y que se nos antojará lejano cuando miremos hacia atrás y hablemos de tu último disco. “En la orilla de la playa, ay de la playa, se mojaron mis pisadas y el filo de mis enaguas me salpicó mi vestío con las olitas del agua, con mi pelo recogío y un fandango en la garganta.”
Beatriz Romero, una mujer.