P. G. “Estoy enfadado conmigo porque no tenía que haberme puesto por delante del balón”. Diego Riolfo hace examen de conciencia, asume su cuota de error en la segunda cartulina amarilla que vio en el estadio de Santo Domingo y hace propósito de enmienda: “Tengo que levantar la cabeza, seguir entrenando”.
Lo peor para el jugador, como explicó en rueda de prensa, es que “si el Recreativo hubiera ganado no me habría sentido tan responsable”, señalando que “cuando escuché el griterío por los dos goles se me vino el mundo abajo”.
Riolfo asume su responsabilidad en esa acción del minuto 51, pero no exculpa al colegiado Pérez Pallás: “Es evidente que no tengo intención de cortar el balón, además el jugador del Alcorcón aún estaba tendido y no tendría que haber permitido lanzar la falta”, dijo. Ante esto al uruguayo no le queda otra que “esperar tener otra oportunidad, para ayudar a mis compañeros”.
Respecto al cruel desenlace del partido, Riolfo lamentó que “se nos fueran los puntos en los minutos finales; el empate nos hizo mucho daño y luego nos llegó la derrota a la siguiente jugada”.