Mari Paz Díaz. La fresa es uno de los productos más destacados del sector agrícola onubense, icono de las exportaciones realizadas desde la provincia de Huelva a países de todo el mundo. Tan sólo hay que tener en cuenta que el volumen de producción de la fresa en la pasada campaña 2013/2014 alcanzó las 279.880 toneladas en Huelva, con una facturación que se cifró en más de 281 millones de euros.
Un cultivo ya tradicional en Huelva que ha sabido adaptarse al paso del tiempo con la inclusión de nuevas técnicas que apuestan por la innovación, propuestas que han tenido el objetivo de mejorar no sólo el fruto, sino también la utilización de los recursos disponibles.
En este ámbito, una de las preocupaciones latentes con respecto a este cultivo es el uso de los recursos hídricos. Por este motivo, los estudios llevados a cabo en este campo en los últimos años se han dirigido a encontrar una solución a esta cuestión.
Fue así como surgió el proyecto ‘Eficiencia del uso del agua en el cultivo de la fresa’, que lleva a cabo el grupo de investigación de Ingeniería Hidráulica del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación (CeiA3) de la Universidad de Córdoba, con el objetivo de mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas junto con un uso más sostenible del agua de riego.
Este grupo se inició en el sector de la fresa en la campaña 2010-2011, cuando “estudiamos el uso real de agua en el cultivo de la fresa en las condiciones particulares de Huelva. Estos estudios nos permitieron identificar ineficiencias en el proceso de riego y proponer acciones para su corrección”, nos explican los responsables del estudio.
‘Eficiencia del uso del agua en el cultivo de la fresa’ consiste en difundir en la zona fresera de Huelva la implantación un sistema riego de precisión basado en la utilización de las tecnologías disponibles en el mercado, de modo que las plantas reciban la cantidad de agua que necesitan en el momento adecuado, disminuyendo el uso del agua de riego y minimizando el impacto ambiental al reducir tanto las extracciones de agua como el retorno de aguas contaminadas al acuífero.
Las conclusiones del primer año de trabajo –el estudio se inició en octubre de 2013- se presentaba recientemente en El Rocío por parte del catedrático de Hidráulica y Riegos y subdirector de Ordenación Académica de la Universidad de Córdoba Emilio Camacho Poyato. Un encuentro donde se dio a conocer un novedoso programa de optimización del riego denominado ‘Irri-fresa’, que permitirá a los usuarios el cálculo del tiempo óptimo de riego. De esta forma, una parcela puede obtener la misma o mejor producción con menos recursos.
Por ahora, los ensayos experimentales llevados a cabo en fincas comerciales -uno cada año de proyecto-, en los que se han tenido en cuenta variables climáticas y de suelo, así como las características hidráulicas de cada red de riego, han dado muy buenos resultados. Incluso, se ha desarrollado una programación de riego basada en criterios técnicos que permitirá hacer un seguimiento de la aplicación ‘Irri-fresa’ a través del ordenador y el móvil, con datos diarios para las condiciones particulares de cada finca.
Y es que las aplicaciones del riego de precisión son múltiples, pues permite usar de forma eficiente los recursos agua, energía y fertilizantes con la consiguiente reducción de costes para los agricultores. Sobre su precio, sus responsables aseguran que, aunque supone utilizar emisores de agua más caros, éstos duran varias campañas, por lo cual su coste anual es similar a las cintas de riego que se usan en la actualidad.
También es necesaria información climática, que se toma de la red pública de estaciones agroclimáticas de la Junta de Andalucía, mientras que “los sensores de humedad del suelo, hay una amplia gama en el mercado, al igual que de los contadores, electroválvulas y programadores de riego, que son dispositivos al alcance de cualquier productor de fresa, cultivo de altísima rentabilidad, cuyo coste principal es la mano de obra, representando los costes relativos al riego poco más del 4% de los costes totales”, explican desde Córdoba.
En general, para su puesta en marcha, lo que hace falta es el convencimiento de que es posible manejar el riego en función de criterios técnicos, puesto que los dispositivos empleados son sencillos de utilizar e interpretar, aunque se requiere una mínima formación para su uso.
Según nos cuentan desde la Universidad de Córdoba, “el mensaje principal que transmitimos al sector es que es posible mantener los niveles de producción actuales utilizando menores volúmenes de agua, lo que conlleva por una parte ahorro de costes para el agricultor, reducción del aporte de contaminantes al acuífero y consiguientemente la mejora de la imagen del sector fresero onubense en los mercados de destino al realizar una producción sostenible, lo que le permitirá seguir siendo líder del mercado frente a los nuevos competidores”.
Además, este método plantea una solución a las necesidades de este cultivo, después de algunos problemas surgidos entre los agricultores, las administraciones públicas encargadas de la gestión del agua y las organizaciones ecologistas en el entorno de Doñana. Según explican los investigadores, con ello, “se favorece el consenso con la administración pública respecto a las dotaciones adecuadas para producir fresa en la zona, minimizando los conflictos y favoreciendo una asignación racional del recurso agua. El uso eficiente del agua conlleva una disminución de los impactos ambientales que repercutirían positivamente en la imagen internacional del sector”.
Una idea que ha llamado mucho la atención del sector agrícola onubense, así como de los representantes de la administración pública, consultoras, técnicos, comunidades de regantes y cooperativas que por el momento han tenido conocimiento del sistema. Es cierto que, en un principio, los agricultores fueron reacios al cambio, pero a medida que han ido conociendo las técnicas, la mayoría de los encuestados consideran factible reducir entre un 10 y un 20% su uso actual de agua.
Desde los inicios del estudio, se han realizado diversos seminarios en la zona productora de fresa, algunos de ellos en la finca piloto, además de publicarse en diferentes revistas divulgativas y en un blog propio, que ha recibido más de 2000 visitas, nos sólo de España sino de otros países del mundo, como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Méjico, entre otros.
En la actualidad, los investigadores continúan con el segundo año de proyecto, en el que se llevan a cabo los ensayos de riego de precisión en dos fincas, con el fin de que la difusión de las técnicas de riego de precisión estén siempre apoyadas por un caso real abierto a todo el sector, para que puedan comprobar que usar menos agua no significa perder producción, que es lo que más preocupa a los agricultores.
Una cuestión que cuenta con la financiación de la Fundación Coca-Cola, conscientes de que el consumidor cada vez está más preocupado por la protección del medio ambiente. En más. La Fundación Coca Cola tiene como objetivo para 2020 devolver al entorno la misma cantidad de agua que destina a su producción de bebida, de ahí que haya querido apoyar esta iniciativa.
Con todo, estos investigadores animan a los agricultores onubenses a conocer este estudio, que les permitirá “utilizar menos agua para obtener las mismas producciones cambiando el manejo del riego principalmente, y si además cambian las cintas actuales por emisores de riego adecuados, el uso del agua disminuye más aún, con lo cual permite que el cultivo sea viable con menores dotaciones de agua, menores costes, menor impacto en el entorno y una mejor imagen del sector en los mercados internacionales”. Una actuación que puede ser el futuro no muy lejano del sector.