S. D. Suma y sigue. El CB Conquero ha entrado de nuevo en la historia, si quiera por unas horitas, al encaramarse como líder de la Liga Femenina de Baloncesto, eso sí a falta de disputarse la jornada completa. Pero de momento, el equipo de Huelva duerme en cabeza después de ganar, no sin apretarse los machos y un partido menos redondo que otros anteriores, al Campus Promete de Logroño (75-66), equipo que pese a visitar Huelva como colista plantó cara.
Este Conquero ‘promete’ ilusión. De momento ha enjaretado seis victorias consecutivas que le han dejado, con la trampa de no haberse jugado los partidos de sus rivales, en cabeza. De momento, por un corto espacio de tiempo, si un probo ciudadano de Tennessee, o de Utah, le da por mirar la clasificación de la Liga Femenina, comprobará que es el Conquero quien está arriba. Más o menos, podría espetar aquello de “… but, what is this Conquero team?”, si la traducción libre y a la ligera lo permite.
Pues este Conquero es un equipo de Huelva que sumó en la noche del viernes su sexta victoria consecutiva, eso sí, currando al máximo, apretando los dientes hasta el final, y aprovechando ese tesoro que es María Asurmendi, ágil, presta, inteligente en el juego, pero que además se marcó un partidazo con 25 puntos y 30 de valoración, que si no le deja como la mejor de la jornada, estará cerca.
El CB Conquero llegó al partido en pleno éxtasis. Su técnico, Gabriel Carrasco, ya advirtió que no quería confianzas. Pero el partido era traicionero. Después de cinco jornadas consecutivas ganando, la visita del colista es una invitación a la molicie y a la autocomplacencia. Y eso se vio en el arranque, ‘comprometido’ por culpa de las riojanas que se atrevieron a endosar un 0-4 de salida. Ese fue el detonante para que despertara el Conquero, que contestó con otro parcial indiscutible: 10-0, que le sirvió para empezar a mandar en el partido y en el electrónico. Más en el primero que en el segundo.
Sin prisa, pero sin pausa, el equipo de Huelva siguió a lo suyo, defendiendo más que aceptablemente, pero estando menos acertados en el ataque. Todo esto condujo a que los guarismos al término de ese primer cuarto se quedaron en el 18-15.
No cambiaron mucho las cosas en el segundo, hasta que entre Elonu y la sobresaliente Asurmendi, con sus muñecas más engrasadas, lograron ampliar la renta hasta nueve puntos (34-25), que presagiaba el principio del fin del partido. No fue así. Puede que la tercera personal de la nigeriana, esa autocomplacencia local, y que el rival juega también, lo cierto es que el Promete no le perdió la cara al partido, yéndose al intervalo a tiro de piedra: 38-31.
El guión del partido empezó a no gustarle nada a Carrasco en la vuelta de las jugadoras tras el descanso. Que el equipo riojano se colocara a dos puntos (39-37) le obligó a pedir un tiempo muerto. Las nuevas consignas dadas sirvieron para formatear el disco duro del Conquero, que además contó con la ayuda externa de la lesión de LaNedra Brown. Todo esto tuvo reflejo en el marcador, que se estiró hasta los diez puntos (47-37), que tampoco sirvió para el despegue definitivo.
Porque el cuadro de Logroño no entregó la cuchara. Estebas, y la renqueante La Nedra Brown se echaron el equipo a sus espaldas y cambiaron de nuevo el registro del choque, que llegó al último cuarto con todo por decidir: 54-51.
El partido, a priori más cómodo, no estaba desarrollándose por los parámetros esperados por el CB Conquero. Que se veía obligado a remar y remar, y mucho más cuando La Nedra Brown, cual ave fénix, se tomó la diligencia de empatar a 59, con algo menos de seis minutos por delante.
Sonaron las alarmas en el lado local y emergió otra vez María Asurmendi para cargar con culpas y pecados, asumir la máxima responsabilidad y tratar de disipar dudas en forma de puntos. Aunque el Campus Promete había llegado a la última estación con el partido por decantar aplicando el rigor a su juego y a no perder la cabeza, en el libro de instrucciones del choque puede que no estuviera ningún capítulo dedicado a parar a María Asurmendi.
Ante esta tesitura, la jugadora del Conquero sacó el rédito máximo a su juego, como ideóloga y como brazo armado, para ir tacita a tacita poner la distancia suficiente en el marcador y acabar con una sonrisa el partido. La sonrisa que seguro otorgó el 75-66 definitivo, que certificaba el sexto triunfo consecutivo del CB Conquero y su eclosión en lo más alto de la tabla, aunque sólo sea por unas horitas.
CB CONQUERO, 75 (18, 20, 16, 21): María Asurmendi (25), María Pina (13), Luci Pascua (11), Itziar German (3), Adaora Elonou (15) -cinco inicial-, Chelsea Davis (2), Aleksandra Stanacev (2), Andrea Alcántara (0), Patricia Soler (4), Nerea Raluy (0) y Alba Prieto (0).
CAMPUS PROMETE, 66 (15, 16, 20, 15): La Nedra Brown (12), Estebas (15), Castillo (10), Njonkou (0), Knight (10) -cinco inicial-, Naiara Galilea (11), Marta García (4), Salcedo (2), Ballve (2) y Goyache (0).
Árbitros: Mendoza Holgado y Sánchez Mixto. Sin eliminadas.
Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga Femenina de Baloncesto disputado en el polideportivo Andrés Estrada. Casi 1.000 espectadores en las gradas.