Redacción. Con la Escuela de Baile de la Peña que dirige María Canea se abre este viernes 7 a las 21.00 horas esta cita con las tradiciones, que convierte a Moguer en destino obligado para quienes deseen disfrutar de ese ambiente de taberna antigua en el que se ha mantenido vivo y pujante el arte del flamenco. La velada continuará con la actuación de un grupo de jóvenes promesas que desde su Moguer natal contribuyen a la defensa y. puesta en valor de nuestras tradiciones, como son Francis Gómez a la guitarra, Fran Roca a la flauta, Lito Mánez a la percusión y Mª Ángeles Cruzado e Israel Moro al cante.
Un cartel lleno de fuerza, embrujo y compás que pone una vez más de manifiesto la gran afición que hay en la localidad del Nobel por el mundo flamenco, una afición que se integra la Peña que preside Ramón Ruiz, que en este 2014 dedica su proyecto más consolidado al poeta moguereño Juan Ramón Jiménez y a su obra más universal en el centenario de su primera edición.
La junta directiva de la entidad organizadora anima a los muchos moguereños y moguereños que acuden a esta cita a recrear con su vestimenta ese Moguer de principios del siglo XX que se convirtió en fuente de inspiración para el poeta.
Encuentro del poblado de Mazagón. El antiguo poblado forestal de Mazagón volverá a llenarse de vida en la jornada de mañana sábado, con la celebración de la convivencia anual a la que asisten muchos de sus antiguos residentes y sus familiares, que se reúnen un año más para recordar aquellos momentos que forjaron su infancia y para mantener también el contacto entre los que fueron antiguos amigos y vecinos.
A las nueve de la mañana se inicia el programa previsto para una intensa jornada que dará comienzo con la preparación de una tradicional «tostá» junto al poblado, con la que los asistentes tomarán fuerza para seguir disfrutando de un intenso día de convivencia.
Uno de los momentos más significativos se vivirá con la inauguración en la ermita del poblado de un azulejo conmemorativo en memoria y recuerdo de todas las personas que durante décadas residieron en este singular enclave, ayudando a construir el Mazagón que hoy conocemos.
Un cocido «con tó sus avíos» volverá a traer a los paladares de los asistentes esos sabores de antaño, y ya por la tarde, la música se convertirá en protagonista con la actuación del grupo Amigos del Poblao que presentarán su último disco titulado ‘Nostalgia’.
Esperemos que el tiempo atmosférico permita que todas las personas que se darán cita mañana en el antiguo poblado de Mazagón, disfruten de una jornada inolvidable recordando sus raíces y sus vivencias.
El poblado de Mazagón. El origen del poblado de Mazagón se remonta a las primeras repoblaciones forestales que se iniciaron en la zona en las primeras décadas del pasado siglo y continuaron hasta después de la Guerra Civil, cuando se plantaron de pinares miles de hectáreas en toda la franja litoral entre Mazagón y Doñana, en lo que se conocía como la antigua Quinta División Forestal.
En principio los trabajadores forestales construyeron para sus familias las tradicionales chozas elaboradas a partir de una estructura de madera que podía ser de sabina, enebro o pino, mientras que para el revestimiento se usaban especies como el junco, la castañuela, el brezo o el barrón.
A partir de 1945 se consolida el poblado forestal al sustituirse esas primitivas chozas por viviendas de material, unas viviendas que durante los próximos años y hasta el inicio del desarrollo turístico de la zona ya a principios de los años 60, se convierten en el principal asentamiento urbano de Mazagón.
Con la mecanización de los trabajos forestales los habitantes del poblado hubieron de buscar nuevas alternativas laborales y muchas de las viviendas comenzaron a ser abandonadas, aunque hay familias que han residido en el enclave hasta hace poco más de una década, permaneciendo todavía algunas de ellas habitadas.
Para recordar las emociones y experiencias vividas en este histórico asentamiento, germen primero del Mazagón que hoy conocemos, varias generaciones de antiguos pobladores acompañados por familiares y amigos, se darán cita mañana en el antiguo poblado forestal, que por unas horas recuperará la imagen y la actividad de cuando residían en él cientos de personas que contribuyeron con su trabajo responsable al progreso de toda la comarca y al mantenimiento de actividades y costumbres tradicionales.