Redacción. Durante todo el mes de noviembre ocupará un lugar privilegiado en la sala de consultas del Archivo, el proyecto que define el diseño de construcción del emblemático hotel ‘Platero’ que abrió sus puertas en Moguer en 1964 como un establecimiento de lujo en la categoría 1ª B.
La nueva pieza expositiva ha sido presentada esta mañana por el arquitecto municipal Antonio Martín, junto al responsable del Archivo Histórico Municipal Diego Ropero-Regidor y al concejal de Turismo José Antonio Rodríguez. En el transcurso del acto el ponente detalló las características técnicas del proyecto que firma el arquitecto Juan Miguel Rodríguez, profesional que ya había participado en obras tan importantes de la capital onubense como el Estadio Colombino y el Palacio del Cine o en la reforma del Santuario de la Cinta.
Fue el máximo responsable de la institución organizadora el encargado de contextualizar históricamente este documento para que el público asistente, entre ellos un representante de la familia Rodríguez-Thorices propietaria del edificio, pudiera entender cuáles fueron las razones por las que hace 50 años se construyó en Moguer este establecimiento hostelero que medio siglo después sigue abierto al público.
En la década de 1950, coincidiendo con la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez y el traslado de los restos mortales del poeta y su esposa al cementerio de Moguer, la infraestructura hotelera en la localidad era inexistente. En su intervención Diego Ropero-Regidor recordó que las medidas de estabilización económica de 1959 y la apertura del país a los turistas extranjeros, junto a la potenciación de las instalaciones afines sufragadas por el Estado, incentivaron los planes de ordenación turística de distintas zonas del territorio nacional. En este contexto fue aprobado por orden ministerial de 1965 la urbanización de la Ciudad Residencial de Mazagón, y en 1968 Ciparsa como Centro de Interés Turístico Nacional. El incipiente desarrollo turístico de la playa y la construcción de refinería por la Gulf Oil Company en terrenos de La Rábida al amparo del decreto de 30 de junio de 1964 contribuyeron a reactivar las maltrechas economías locales y a convertir en Moguer en destino de muchos visitantes.
Para dar respuesta a la gran afluencia de turistas a las playas, los lugares colombinos y juanramonianos, pero sobre todo, pensado como negocio para acoger y dar acomodo a los técnicos de refinería, en su mayoría americanos, y al personal de las empresas constructoras de la fábrica, en 1962 se proyectó el hotel de viajeros ‘Platero’, cuya construcción en dos plantas supuso una inversión de 773.416 pesetas por parte de la sociedad Platero Hostelería, S.L., formada por Francisco Rodríguez-Thorices de la Prada, que puso el local situado en la calle Aceña, y por Narciso Flores Macías y José Manuel Garfias López, que se sumaron en calidad de inversores. La licencia de obra por parte del Ayuntamiento, que apoyó con entusiasmo esta iniciativa, fue concedida el 13 de marzo de 1963 y el nuevo edificio abrió sus puertas en 1964.