Paula Crespo. Cuando empiezan a sonar los nombres de los rostros conocidos que pisarán la alfombra azul de la 40 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, puede que a muchos no les suene todavía el nombre de su director desde finales del pasado mes de mayo: Pedro Castillo Arteta.
Con apenas seis meses por delante para organizar una edición especial, con aniversario de por medio, este licenciado en Ciencias de la Comunicación y gran conocedor de la cinematografía española desembarcó en Huelva con dos ideas muy claras: abrir el Iberoamericano a Europa, este año más concretamente a Francia, y acercarlo a la ciudadanía para que sea «una gran fiesta del cine».
Todo ello con la intención de dotar de prestigio y presencia una muestra que a sus 40 años es la cuarta más antigua de España, solo por detrás de grandes nombres como los de Sitges, San Sebastián y Valladolid, y para conseguir una mayor participación y un mayor respaldo de los propios onubenses.
Natural de Pamplona y sanferminero de pro, su carrera ha estado vinculada durante más de 30 años a la gestión de compañías del sector audiovisual. Gran conocedor de la cinematografía española en general y del Festival de San Sebastián en concreto, Pedro cree que el Iberoamericanol tiene que potenciar aún más el carácter y la marca iberoamericana, «su gran fortaleza».
A diez días de la inauguración del Festival de Cine Iberoamericano, ha analizado para Huelva Buenas Noticias las claves de la 40 edición de la muestra y ha desvelado cómo ha sido su relación con la provincia desde que desembarcara en el mes de mayo y cómo la romería de El Rocío le ha cautivado.
– ¿Cuándo fue la primera vez en la que le comentaron la posibilidad de ser director del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva?
– Fue sobre el mes de enero de este año, ahí ya estaban buscando un nuevo director para el Festival. Entonces comenzó un proceso de selección en el que contaron con varios candidatos hasta que en abril salí nombrado.
– En aquel momento, ¿qué visión tenía del Festival? ¿Cuáles eran a su juicio los puntos fuertes y débiles?
– Puntos fuertes, sin duda la marca. La marca iberoamericana es una joya, que creo que hay que potenciar y desarrollar. La ciudad tiene que darse cuenta de que esa marca a nivel internacional es una joya para todo: para la cultura, para los negocios…lo ha sido siempre, pero creo que España a veces vive un poco a espaldas de Iberoamérica. Antes existía una cultura de acercamiento mayor, me refiero a en general. Entonces, esa marca me parece importantísima porque aunque el Festival de San Sebastián ha conseguido ser en 60 años uno de los cinco o seis festivales más importantes del mundo, junto con Cannes, Venecia, Berlín, Toronto y Tokio, estoy convencido de que la marca iberoamericana tiene más fuerza que cualquier festival de España. Y esa es la gran fortaleza de este festival.
El principal punto débil es que tiene demasiados festivalwa alrededor y tiene que competir con ellos. La cuestión es que se ha creado una competencia entre festivales y la tarta es la que es y tiene que repartirse cada vez más. Sin embargo, las películas también tienen sus tempos, unas terminan la producción en unas fechas, otras en otras y no importa que haya festivales cada cierto tiempo. No obstante, que existan tantos certámenes en las fechas del nuestro es ahora mismo una debilidad, que tendremos que ver cómo fortalecer. Estar entre Sevilla, Gijón, Ventana Sur en Argentina y Valladolid, que acaba de terminar, nos resta muchas opciones porque muchas películas iberoamericanas se van allí.
– Desde que llegó ha abogado por “europeizar” el Festival, abrirlo y encontrar en el audiovisual del viejo continente un apoyo para potenciarlo, ¿eso no choca con la esencia iberoamericana del certamen y con esa marca?
– Creo que no porque la marca iberoamericana es la conjunción de lo español y lo latino, unidos por un idioma. Esa marca hay que venderla en los lugares que son potenciales colaboradores nuestros. Si analizamos Europa cinematográficamente nos encontramos que el audiovisual francés es uno de los mejores, sino el mejor del mundo. Tanto es así que el gobierno ha conseguido generar una industria en torno a él, como no se ha conseguido en España o Italia. Inglaterra sí que lo tiene por su vinculación con Estados Unidos y Alemania, lo está consiguiendo por la eclosión cultural que ha experimentado Berlín. De ahí que veamos cada vez más películas alemanas con mejor contenido.
Hay que estar con Europa porque Europa tiene financiación y las grandes obras cinematográficas o las más interesantes suelen ser coproducciones. Si te fijas todas nuestras películas son Francia, Argentina, México, España…no hay ninguna o casi ninguna que sea de un solo país. Otra cosa es el cine de autor. Entonces se trata de aglutinar en un mismo Festival por un lado el cine comercial, sin que se entienda comercial como algo negativo, sino como un cine más para mayorías y vincularlo con un cine más minoritario. En ese sentido Tenemos películas para un target más de personas mayores como ‘Cantinflas’ o ‘Jauja’ que puede ser un western un poco obsesivo que gusta a otro tipo de gente, o ‘Ruido Rosa’ que es una película puramente iberoamericano. Hemos tratado de aglutinar distintas tendencias distintas y hemos creado un Festival para todos los públicos.
– En ese sentido, ¿cómo se consigue aunar una alfombra roja con caras conocidas y una programación para un público muy cinéfilo?
– Un festival es una zona de encuentro y un Festival de Cine Iberoamericano de Huelva con 40 años tiene que ser una fiesta del cine más grande de lo que es y de lo que ha sido. Y lo anterior estaba bien, pero yo creo que hay que abrirla más. Ahí tienes los resultados de incidencia de asistencia a salas, que te lo dan los ingresos en taquilla. Si no estás regalando las entradas y eso es un error bajo mi punto de vista. Es mejor abaratar costes como hemos hecho, que hemos puesto las entradas en bono a 0,50 euros para los jóvenes y a un euro para los adultos si compras 20 entradas, que no son individualizadas.
– ¿Qué hay de las galas de apertura y clausura?
– También las popularizamos. Las galas no pueden ser un guetto de nadie. Hay que tener un protocolo normal con los patronos y los patrocinadores, pero eso puede ser un 20 o un 30 por ciento del aforo, el resto hay que sacarlo, abrirlo a la apertura a la ciudad. A un precio económico, eso sí, que sirva al menos para cubrir costes. Igual no el mundo Pagar cinco euros por una gala en la que van a ver a Kira Miró, a Adrián Lastra, otros famosos y vamos a proyectar ‘Libertador’ que es un peliculón, con Imanol Arias…me parece un precio razonable para disfrutar de un rato muy agradable.
– Más allá de los recursos económicos, ¿cuál es la clave de que haya festivales con alta participación popular como San Sebastián? ¿Se puede conseguir que la gente vaya a las salas aun teniendo un festival con limitaciones económicas?
– Creo que todo se reduce a un tema de movilización social, de cariño y amor al arte. Las sociedades están para valorar lo que tienen y las ciudades que se movilizan por lo suyo consiguen cosas importantes. Es el caso de Berlín, que ha salido de una división, de una II Guerra Mundial, de una caída del muro y ha renacido con una gran necesidad de hacer cosas. Han abaratado costes, han convocado a mucha gente joven y se ha convertido en una ciudad con una actividad cultural muy interesante y con un festival muy potente, que ha crecido una barbaridad en los últimos cinco, diez años. Uno de los artífices sin duda es el director del Festival de Cine de Berlín con su equipo. Creo que Huelva tiene que valorar todavía más lo suyo y defenderlo sin complejos, porque si no al final Sevilla o Málaga te van comiendo.
– Una de las grandes novedades de esta edición es el Premio La Luz, ¿cómo surge esta iniciativa y con qué objetivo?
– La fortaleza de este Festival es también vender Huelva en el exterior, el Turismo y la luz. Por eso hemos creado el premio La Luz, que es algo que se pueda vender en el exterior y que se salga un poco de lo cinematográfico también. Y eso está muy bien porque las grandes producciones que tienen garantía de taquilla no quieren acudir a los festivales porque a fin de cuentas es una competición y si no ganas el festival te perjudica, por eso hay gente que huye de los festivales. El premio La Luz tiene como objetivo vender también esa marca luz y ese atractivo turístico de Huelva. Así lo hizo San Sebastián. El festival lo montaron los comerciantes del centro en su día eran diez en la época aristocrática, para dinamizar la ciudad para que el turismo de verano de San Sebastián que es más frío y lluvioso se alargara, después de la quincena musical. Eso también es un poco lo que hizo Sitges o Biarritz, Venecia…Todos los sitios turísticos han tenido un festival.
– En este sentido, ¿la fecha del Iberoamericano es la ideal?
– No, las fechas hay que cambiarlas. Es una de las primeras cosas que dije al llegar, que tenemos que estudiar un cambio de fechas porque es un factor determinante. Estamos ahora mismo entre Sevilla y Gijón. De hecho Sevilla se monta prácticamente con el nuestro.
– El Festival de Málaga tiene entre otras cosas un filón con el turismo y con Antonio Banderas a la hora de atraer películas y caras a la alfombra roja, ¿con qué armas cuenta Huelva?
– Nosotros tenemos a Colón y el Descubrimiento. Algo que Huelva debería potenciar más y es algo que va a ser necesario. Huelva debe promocionarse, con sus playas…con todos los atractivos que tiene.
– ¿Conocías Huelva antes de ser nombrado director del Festival?
– Sí, mucho. La primera vez que vine fue con «veintipocos» años en un viaje universitario que hicimos por todo Portugal, pasamos en barco la frontera. Recuerdo que no había ningún hotel, que todo era virgen, la playa de Islantilla y toda esa zona, que me recordó a las landas del país vasco francés, toda esa costa hasta Normandía.
– ¿Hay gente en Huelva haciendo cine?
– Sí tenemos la Sección de Huelva con varias personas que hacen sobre todo cortometrajes, alguna película y un nivel razonable para lo que es la ciudad. Aquí hay creatividad hay gente interesante, como Cuadri al que homenajeamos junto a su película. Hay cosas, Huelva no está en absoluto muerta en ese sentido.
– ¿Y como espacio de rodaje, tiene posibilidades?
– Por supuesto. Se debería crear una Huelva Film Comission. En nuestro foro de coproducción nos patrocinan la Film Comission de Bilbao, de Loulé (Portugal), una que se está creando en Gibraltar para atraer producciones de Inglaterra para producir allí cosas del audiovisual británico y vienen a venderlo. Una film comission no es más que una agencia turística cultural que facilita medios e información para que se rueden películas, vídeos, etcétera.
– Para terminar Pedro, ¿cuál ha sido la mejor noticia que has tenido desde que eres director del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva?
– ¿Puede ser personal o tiene que ser relacionada con el Festival?(Risas)
– Claro…
– Aunque pueda parecer pelota, para mí la mejor noticia ha sido haber conocido El Rocío. Me fui en Romería al charco, directamente en coche y aparqué allí. No había nadie, comimos allí vi todo aquello en primera fila como cantaban unos y otros, como llegaba el Simpecado, me bautizaron…Luego cogimos el coche y entramos con los de Huelva, con los romeros. Fui tres noches y me dieron la madrugada en casa muy características. Esta romería, esta fiesta es auténtica. Yo soy navarro y muy sanferminero, que es otra fiesta brutal y por eso me ha enganchado El Rocío por su autenticidad, porque es racial. Tengo un recuerdo precioso del paisaje, el tiempo, la luna…
– Muchas gracias Pedro y mucha suerte.
– Gracias a vosotros y que vengan muchas buenas noticias.