Ana Rodríguez. Sebastián Cruz nació en Beas y desde los 12 años empezó a cantar flamenco. Su padre era aficionado, de ahí achaca él su gusto por este arte, que le ha llevado por medio mundo y al que adora con devoción.
Su debut sobre las tablas no pudo tener mejor compañía, pues fue con el mismísimo Paco Toronjo en un festival que se celebraba en Fuente de la Corcha, donde Cruz se subió por primera vez a un escenario. “Cantaban varios aficionados, además de Paco, y me llamaron. Me acompañaba a la guitarra un amigo del pueblo y recuerdo aquel momento lleno de nervios e ilusión. De aquello han pasado ya 25 años”, reconoce el artista.
Luego comenzó a participar en certámenes y festivales por la provincia de Huelva: en Alosno, Valverde, San Silvestre… logrando en diversas ocasiones los primeros premios, lo cual le animó a seguir en el mundo del cante para convertirse en un profesional.
Ese momento llegó cuando participó en un concurso en Huelva que organizaba el Ayuntamiento de la capital y la Fundación Cristina Heeren. Cruz quedó segundo en la competición y obtuvo una beca para estudiar en la citada Fundación con sede en Sevilla. “Durante cuatro años iba y venía todos los días”, afirma el artista, pero ello valió la pena porque aquellas clases le permitieron aprender con los mejores, teniendo como profesores a José de la Tomasa, Calixto Sánchez, Paco Taranto y Esperanza Fernández, entre otros.
Cuando cogió soltura, empezó a actuar en diversos espacios de la capital hispalense, como el Café Sol, los Gallos o la Casa de la Memoria, hasta que un día se presentó a una audición que organizaba el Ballet Nacional de España. Buscaban cantaores que colaboraran con ellos como artistas invitados, y Sebastián Cruz tuvo la suerte de ser seleccionado.
Así pues, el onubense lleva casi una década vinculando su vida a la del Ballet, “una experiencia que siempre voy a llevar muy dentro de mí por lo profesional y lo personal, ellos son mi segunda familia y trabajar con ellos es un honor”, afirma Sebastián Cruz.
Y es que con la formación nacional el onubense ha actuado en el Festival Flamenco de Nueva York, en Miami, Costa Rica, Santo Domingo, Israel, Japón, China y un largo etcétera, siendo en estos dos últimos países orientales donde los espectadores sienten auténtica pasión por el flamenco. En este sentido, el cantaor afirma que los chinos y japoneses son “muy respetuoso y silenciosos y saben apreciar mucho el arte. Cuando aplauden es muy emotivo y se nota muchísimo el calor del público”.
Cruz con el Ballet se dedica a cantar para el baile abarcando su repertorio soleás, seguirillas, tangos, bulerías y otros tantos palos. Como curiosidad, el onubense destaca que les tienen prohibido coger el ascensor antes de un espectáculo ya que, en una ocasión, “nos quedamos encerrados en un elevador durante un ensayo en Bilbao y desde entonces tenemos que ir por las escaleras cuando tenemos actuación”, indica divertido.
Aunque antes compaginaba su trabajo en el Ballet con actuaciones en solitario –cantando a artistas como el bailaor Rubén Olmo o Luisa Aparicio-, actualmente Sebastián Cruz está más centrado en su carrera como primera figura y ya sólo realiza colaboraciones con la institución nacional.
En este sentido, Cruz tiene intención de sacar su segundo disco en 2015. El primero, ‘Temple de junco’, salió al mercado en 2012 con la producción del percusionista de Sanlúcar de Barrameda Cepillo y Juan José Amador. El tema que da nombre a su primer trabajo lo compuso el propio cantaor y es una canción dedicada al gran torero Morante de la Puebla. En este trabajo conviven romances con soleás, malagueñas, seguirillas, alegrías, fandangos de Alosno y bulerías, ofreciendo un amplio abanico para todos los gustos musicales flamencos.
Recientemente, a Sebastián Cruz han podido verlo sobre los escenarios del Festival Flamenco de Almonte, donde actuó el pasado 3 de octubre; así como en la Peña Flamenca ‘El Higueral’ de Huelva capital y el próximo 19 de noviembre estará con Rubén Olmo en Sevilla, donde el bailaor estrenará su nuevo espectáculo contando con la prodigiosa voz del onubense.
Sobre sus influencias, Cruz asegura que siempre se ha mirado “en el espejo de los antiguos. No tengo favoritismos pero me influye más el cante de Manuel Torres y Tomás Pavón, y de los actuales me gusta José de la Tomasa, Turronero, Juan Villar, Lebrijano…”
Además, a Sebastián le apasiona aprender de otras personas, incluso de aquellas que cantan bien y no han tenido la suerte de saltar a la fama. Para ello se dedica a investigar por la red, a indagar en Youtube buscando a grandes desconocidos de cuyo arte también puede disfrutar.
El estilo de Sebastián Cruz es de corte clásico, como él mismo reconoce, aunque añade que “todo lo que está bien hecho y se haga con respeto está bien. Hay muchos creadores como Camarón o Morente que han sido grandes y no por ello han dejado de ser flamencos”.
Entre las personas que siempre le apoyan y acompañan en el camino, Cruz afirma que ha tenido la suerte de encontrar a Pepa Caballero, su representante; a Jerónimo Navarrete, que le ayudó a grabar su primer disco, y por supuesto a su pueblo natal, por el que se siente siempre muy arropado.
Ahora el onubense ha comenzado una nueva etapa en solitario, una senda que recorre con paso firme y que pronto le llevará a escenarios de todo el mundo como primera figura.
