Paula Crespo. ‘El Niño. Andando por los campos marcheneros’ es la prueba palpable de que a sus 29 años Rocío Márquez ha alcanzado la madurez como artista. La gran apuesta de Universal y la puesta de largo en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2014 solo confirman lo que la artista onubense ha ido dejando entrever en estos años en los que ha llegado a convertirse en un referente del flamenco reconocido tanto en España como fuera de nuestras fronteras.
Con su segundo álbum de estudio Rocío Márquez no solo vuelve a hacer gala de unas habilidades vocales extraordinarias y un gusto exquisito, sino que confirma además que tiene una personalidad flamenca arrolladora y que su concepto musical y cultural entiende el género que la ha hecho grande como un laboratorio experimental en el que otras culturas, otros cantes, otros instrumentos y otras voces tienen cabida.
Con este nuevo disco, a la venta desde el pasado 23 de septiembre, Rocío aboga por la libertad como la mejor forma de amar y perpetuar el flamenco en una mezcla perfecta entre lo clásico y lo transgresor. HBN ha charlado con la cantaora onubense, actualmente de promoción, para conocer más de cómo ha sido el proceso creativo, esos caminos de investigación y experimentación, de jugueteos con el flamenco y otros géneros que han derivado en la creación de “su niño”.
– Ya tienes a «tu niño» entre las manos, ¿cómo ha sido este proceso de grabación de ‘El Niño. Andando por los campos marcheneros’?
– Pues muy emocionante porque ha sido mi prioridad y en lo que he volcado mi energía y mi tiempo durante dos años y ahora tenerlo en las manos me sirve para echar la vista atrás y recuperar todo el proceso, todas las experiencias que he vivido mientras grababa y todo el aprendizaje adquirido. Empezamos a hablar de ‘El Niño’ por ese punto juguetón de Marchena y también por su relación con nombres de otras artistas como la niña de los peines, o la niña de la alfalfa. Pero luego también ha sido como mi niño, lo he esperado con impaciencia como una madre espera a un hijo y cuando lo he escuchado entero las sensaciones han sido maravillosas. Estoy muy satisfecha.
– ¿Qué ha sido primero tu tesis sobre Marchena o el disco? ¿Qué ha llevado a qué?
– Todo se ha dado a la vez. Mientras investigaba sobre Pepe Marchena para la tesis de la Universidad me fui apasionando con los datos que encontraba sobre la colombiana, el corrido mejicano y el solcico vasco y empecé a pensar en la manera de trazar, de reflejar cómo había sido ese proceso. Y así fueron naciendo temas como el de El venadito y fuimos estudiando distintos enfoques. Al principio pensamos en hacer una selección de cantes clásicos que hacía Pepe, pero me quedaba cojo, faltaba la parte transgresora, de riesgo y de prueba. Esos temas que combinaran con otras músicas. Incluso me planteé hacer dos discos. Pero lo suyo era hacer que ambas partes convivieran porque una alimenta a la otra y porque él no hacía esa distinción. Antes había más libertad, no era algo tan definido como ahora mismo, ahora llegamos a coartar la creatividad.
– A priori puede entenderse como un disco homenaje, pero ¿qué papel ha jugado realmente Pepe Marchena? ¿Cómo ha llegado hasta Rocío Márquez?
– No es un homenaje, sino un trabajo alrededor de su figura. Marchena ha sido el hilo conductor por el que me he movido para ir desde lo clásico hasta lo abierto. Él ha sido el vehículo a mi libertad artística.
– Universal Music ha apostado fuertemente por este proyecto, ¿cómo fue ese día en que presentaste tu propuesta?
– Pues lo recuerdo con mucho cariño porque aún estaba Simone Bosé, que ha vivido parte del proceso. Salí dando saltos porque a priori era una propuesta muy arriesgada y nada comercial, algo que poco puede interesar a una compañía como Universal. Pero tengo que agradecer el respaldo y la ayuda que me han brindado para que ‘El Niño’ saliera adelante, sobre todo, Jesús López, Javier Couso, Paloma Menacho y Álex Sánchez, que se han volcado en el proyecto porque creían en él y han estado muy pendientes de todo. Ha sido increíble, sin ellos no se habría podido hacer. Todo ha sido más fácil gracias a ellos. Además tengo que agradecer el cuidado que han puesto en la edición del mismo, el diseño, las cubiertas y los colores, todo está perfecto.
– Con este trabajo, no solo te posicionas, sino que te expones al gran público y a la crítica, ¿has sentido miedo?
– Hombre, posicionarte tan claramente da vértigo. Sacar los pies del tiesto, aunque solo sea un poco implica distintas reacciones que hay que asumir desde la entrada. Pero este disco ha sido para mí una necesidad. De hecho no me planteaba no hacerlo. Necesitaba ese punto de libertad, solo tenía que mirar cómo encauzarlo, pero salir tenía que salir. No voy a hacer nada que no sienta, que no nazca desde dentro. Y dejar de hacerlo por imagen es limitarte. Ahora veré cuál es el precio. Pero a mí me ha merecido la pena al cien por cien.
– ¿Qué va a ocurrir ahora con esa versión más clásica de Rocío Márquez?
– Pienso seguir dedicándome a la parte más clásica por dos razones, una porque creo que para poder tener libertad hay que tenerla bien afianzada y otra, la más importante, es que me encanta. Lo que no quiero es encasillarme. Eso no pasaba antes. Todos amamos la tradición y pensamos que la manera de que no se pierda es reproducirla una y otra vez, sin darnos cuenta de que así la estamos matando, no la estamos dejando vivir. Para que la tradición siga hay que conocerla y dejarla andar con los tiempos. Todos hemos escuchado a Chacón y a Pastora, la cosa está en agarrar la tradición para que no se escape o dejar que ande y se nos vaya por los cerros. En el arte no hay nada objetivo, no está todo encasillado.
– Para la producción de este disco has contado con figuras de peso como Pepe Habichuela que acompañó a Marchena, ¿qué ha supuesto esto para ti?
– Ha sido maravilloso y muy enriquecedor porque he tenido la suerte de contar con un equipo increíble de músicos, productores, técnicos… La parte tradicional la ha producido Faustino Núñez, que es un gran conocedor de lo clásico y que ha cuidado como nadie los detalles. Y de músicos he contado con Manuel Herrera, que es mi compañero, con el que más cosas hago y uno de los primeros a los que le conté el proyecto y con Manuel Franco y Pepe Habichuela. Los tres son tres maestros que comparten el amor por el acompañamiento y por el cante de tal forma que son capaces de acariciar el cante. Tener a Pepe ha sido muy interesante porque somos de generaciones muy distintas y porque él acompañó a Marchena, le daba peso e importancia al trabajo. Cuando fui a su casa en Madrid, aún viendo cosas para el proyecto y me encontré una foto con su padre, Juan Valderrama, y con Pepe Marchena, me entró mucha presión porque era poder contar con alguien muy cercano a Marchena. En esta parte también he tenido la suerte de trabajar con Raúl Rodríguez y su arte con el tres cubano. Me gusta Raúl porque tiene ese carácter marchenero, ese punto de disfrutar y divertirse tocando.
– ¿Y en la parte más experimental?
– La segunda parte la ha producido Raúl Fernández Refree, que me ha ayudado mucho a la hora de abrir nuevas ventanas. Me pasé mes y medio en Barcelona y allí conseguí sentir esa libertad que necesitaba, sin plantearme qué es flamenco y qué no porque Marchena tampoco se lo planteaba. Nos dijimos “vamos a crear y lo que tenga que salir que salga”. Y salió. Había cosas complicadas como la granaína invertida con Miguel Ángel Cortés. Es difícil que él sea la voz y yo la guitarra, pero fue bonito sentir ese diálogo y cómo él captó la idea. Y no puedo dejar de mencionar a Pedro G. Romero. Él ha sido capaz de redondear este proyecto en el que también han participado otros grandes como El Niño de Elche.
– La puesta de largo en la Bienal fue todo un éxito y un sueño cumplido, ¿no es así?
– Aún no lo he interiorizado, verme en el metro, en los autobuses y por la calle en los anuncios de la Bienal de Flamenco de Sevilla es algo difícil de asumir porque como aficionada en todas las ediciones miraba la programación. En la última estuve en un recital distinto, más pequeñito en Santa Clara. Pero que te cedan el Teatro Central, que apoyen el proyecto, que creyeran en el espectáculo…Cuando eso viene de un evento como la Bienal que admiras y que amas es indescriptible. Y encima tener el reconocimiento del Instituto Andaluz de Flamenco, de gente a la que admiro, de compañeros de la profesión y del mundillo que me han llamado y me han escrito diciéndome que tiene que haber más propuestas como esta. Este año estoy sintiendo la alegría de sentirme valorada por mis compañeros y es impresionante.
– Allí contaste con otros ‘Los Mellis’, ¿qué tal la conexión onubense?
– Un lujazo poder tenerlos para los coros y las palmas porque están ahora mismo en el top del top del acompañamiento. También lo ha sido poder actuar junto a Esperanza Fernández en su espectáculo.
– De ese espectáculo ha habido críticas de todo tipo, ¿cómo las has asumido?
– Pues de la mejor manera posible. ¿Sabes con qué me quedo? Con que la mayoría se han hecho desde el respeto y con que no había ninguna neutra. Nadie ha quedado indiferente. Incluso en una hacían una comparación con una obra maestra de Enrique Morente de hace muchos años, es francamente halagador. En cualquier caso mis sensaciones son muy positivas porque en el disco hay una polifonía sobre mí misma todo el tiempo y era interesante ver cómo lo íbamos a montar en directo. En mi opinión quedó bastante bien. Yo estoy muy satisfecha, no puedo decir otra cosa.
– Tu familia juega un papel muy importante en tu vida y en tu carrera artística, de hecho se puede decir hasta que tienes influencias…
– Sí, mi familia siempre apoya incondicionalmente lo que hago y quizás en algunos momentos ellos sean el público más difícil. Pero si vieras que mi sobrina se sabe una de las canciones del disco porque salen niños cantando y la repite una y otra vez. Eso no tiene precio. Y en cuanto a las influencias, mi abuelo materno cantaba muy bien por Rebollo y aunque no le conocí supongo que algo de eso está en mí. Y luego mi prima Nuria estaba siempre cantando y lo hace muy bien, eso ha tenido que influir también de alguna manera.
– Tus comienzos están íntimamente ligados a la Peña Flamenca de Huelva, Amparo Correa, Eduardo Garrocho, ¿qué te dicen esos nombres?
– Irremediablemente esos nombres me dicen mucho. Yo empecé con Amparo Correa y Manuel López ‘El Málaga’. A Amparo le habría gustado ver qué algunos de sus alumnos hemos seguido con el flamenco. Echaron muchas horas y tuvieron mucha paciencia con nosotros que nos dedicábamos a jugar entre cante y cante. Y Eduardo Garrocho es un maestro de la saeta, me ha echado muchas manos y tuvo mucha paciencia conmigo cuando iba a su casa a que me enseñara.
– Muchas gracias Rocío y mucha suerte con tu nuevo disco.
– Gracias a vosotros por vuestras noticias positivas y por el trato que me brindáis siempre. Es una alegría que haya un medio como este cercano, que apoye a las personas de Huelva y que construya en positivo.
3 comentarios en «Rocío Márquez: “Marchena ha sido el vehículo hacia mi libertad artística”»
Rocio es alguien que a algunos nos hace sentirnos orgullosos de ser onubenses.
Con todo mi cariño para Rocio, desde el Condado.
Felicitaciones por dar a conocer al genial Pepe Marchena,creador e investigador del cante en sus diversos estilos.
Como aficionao a la epoca dorada drl flamenco es para mi algo tan importante q se resalte la figura del maestro pepe marchena y de tantos cantaores fuera de serie q hubo en esa epoca . Muchas gracias