Ana Rodríguez. Desde Panamá, Carmen Pérez Martínez recuerda su infancia en Huelva, con sólo tres años se fue de la capital a Bellavista “cuando allí aún no había prácticamente nada”. Tras estudiar en el Instituto ‘Pérez Mercader’ de Corrales y el IES ‘La Rábida’, esta joven de 28 años marchó a la vecina Sevilla para hacer Periodismo porque le “gustaba mucho escribir y sabía que era una profesión que siempre te ofrece algo nuevo. Es un trabajo muy gratificante”.
En 2007 finalizó sus estudios superiores, contando para entonces con cierta experiencia profesional gracias a las prácticas realizadas durante tres veranos en el Ayuntamiento de Punta Umbría, pasando, posteriormente, a colaborar con la entidad los fines de semana. Tras estar empleada en el gabinete de comunicación del Parlamento de Andalucía, el del Real Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría, el gabinete de prensa del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y ser monitora de Divulgación Científica en la OTRI de la Universidad de Huelva, Carmen dio un giro a su vida y decidió cruzar el charco en busca de un nuevo futuro profesional.
– ¿Por qué decidiste irte?
– No es la primera vez que me voy. En 2010 me fui a Londres un año para aprender inglés y allí estuve trabajando de camarera, y en 2012 me dieron la Beca Leonardo y volví a Inglaterra, pero a Manchester, donde trabajé durante seis meses como técnica de proyectos y comunicación en Co-operative UK. Volví a España en agosto y en noviembre ya estaba en Panamá. Me di cuenta de que si quería poder progresar y seguir creciendo, laboral y personalmente, tenía que volver a irme. Fue un poco una locura, pero sabía que cuanto más esperara, más gente llegaría antes que yo.
– Entonces, diste el salto…
– Después de pensarlo mucho, Jose, mi pareja, y yo decidimos dar el paso y ‘hacer las Américas’, ya que además era la única forma de poder hacer una vida juntos (él es de Málaga). En principio, dudábamos entre Chile y Panamá y al final nos decidimos por la segunda porque es un país en crecimiento y en el que apenas hay paro. Llegamos a Panamá el 15 de noviembre con un billete de ida y vuelta, una reserva de hotel para una semana y nuestros ahorros, que nos permitirían sobrevivir aproximadamente un mes en este país. En ese mes teníamos que encontrar trabajo alguno de los dos y, si no, tendríamos que volver. Afortunadamente, Jose, aunque es ingeniero, encontró trabajo como topógrafo en una empresa española y pudimos quedarnos. Actualmente vivimos en Penonomé, un pueblecito del interior que es donde se encuentra la obra en la que está trabajando mi novio.
– ¿Has conseguido trabajo?
– Pues de momento sigo buscando. Me han surgido algunos contratiempos que no me esperaba. Por una parte, el tema del periodismo aquí es un poco complicado. Nada más llegar conseguí un trabajillo en una editorial para cubrir la zona de Penonomé y alrededores. El problema vino cuando me empezaron a asignar temas controvertidos relacionados con la prostitución, las drogas y la mala gestión política. La propia gente de aquí me decía que no me metiera en esos temas porque son delicados y no sabía cómo podían reaccionar los afectados, ya que esto es un pueblo y aquí todo el mundo se entera de todo. Intenté que me asignaran otro tipo de temas pero no me dieron la opción y me pudo la ‘precaución’.
Por otro lado, actualmente sigo en condición de turista y aquí existen unas leyes laborales que favorecen a los nacionales (lógicamente) y que sólo permiten contratar a un extranjero por cada nueve panameños. Las empresas son bastante reacias a regularizar a alguien de fuera porque cuesta bastante dinero. De todas formas, ya he consultado el tema con una abogada y los voy a arreglar por mi cuenta.
– ¿Cómo es la situación laboral allí?
– Aquí trabajo hay. Creo que la tasa de paro es poco mayor del dos por ciento. El problema para los que venimos de fuera es el tema de los papeles. Me han llamado de varios sitios, pero al no tener el permiso de trabajo me he quedado a las puertas. Lo más conveniente es venirse con un contrato desde España. Hay muchas empresas que se están viniendo para acá y no todo el mundo está dispuesto a irse tan lejos. Además, las condiciones son mucho mejores porque el sueldo medio de un panameño es de 500-700 dólares. Otra opción es venirse con la idea de montar un negocio aquí, lo cual no es barato pero sí es cierto que hay mucho mercado y posibilidades. Panamá es un país que está en auge y para el que pueda permitírselo creo que ahora es el momento de arriesgarse.
– ¿Es una experiencia que recomendarías a otros jóvenes que están en la misma situación de desempleo en la que tú te encontrabas? ¿Qué les dirías?
– Yo siempre recomiendo a la gente que se vaya y lo intente. Las cosas en España están difíciles y hay muchos países en los que, afortunadamente, a lo españoles se nos valora mucho y en los que hace falta gente cualificada. También les digo que tienen que estar seguros de lo que hacen porque esto no es fácil y menos cuando te vas tan lejos. Se echan de menos muchas cosas y desde aquí no hay vuelos low cost para irte un fin de semana a casa.
– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– Mis planes son encontrar trabajo y quedarme aquí mínimo un año más. Si las cosas me van bien me quedaré más tiempo, si no, no descarto cambiar de país. Chile o Argentina son dos de las opciones que estamos estudiando para un futuro.
– ¿Qué te gusta más de allí? ¿Cómo es la gente?
– Lo que más me gusta es que es un país lleno de posibilidades. La oferta turística es inmensa sin llegar a estar masificado. La naturaleza abunda allá por donde vayas y la verdad es que se agradece. Penonomé, que es donde yo vivo, no tiene mucho que ver pero está en un lugar estratégico. Ciudad de Panamá, que es impresionante, está a tan solo 150 kilómetros, las playas del Pacífico las tengo a media horita al igual que el turismo de interior.
En cuanto a la gente, aquí tengo que decir que hay de todo. He conocido a un grupito de personas que es bastante competente con el que se puede hablar abiertamente, pero hay mucha gente que no se quiere relacionar con extranjeros.
– ¿A qué cosas te ha costado más trabajo acostumbrarte? ¿Qué cosas te llaman la atención?
– Me costó acostumbrarme al calor y la humedad pero en un par de días ya ni lo notas. La comida aquí es bastante monótona, su dieta se reduce, básicamente, a arroz blanco, que lo comen todos los días, pollo o ‘puerco’, plátano frito y la fruta que cogen de los árboles. No creáis que exagero, comen algunas cosas más, pero pocas…
Lo que más me llama la atención son los contrastes. Aquí el que tiene ‘plata’, tiene mucha y el que no tiene, no tiene nada. No es raro ver una mansión con piscina que tenga como vecina una chabola hecha con chapa y plásticos. Por otra parte, es una cultura donde impera el machismo de una forma que no estoy acostumbrada y que no me gusta nada. Es como vivir muchos años atrás.
– ¿Qué echas más de menos de Huelva?
– Mi familia y mis amigos. Mis padres han trabajado muchísimo para poder darme una buena formación y que ahora me tenga que ir a miles de kilómetros de distancia es duro. Afortunadamente, mi familia siempre me ha apoyado mucho en todas las decisiones difíciles y, además, son ellos los primeros que me animan y me ayudan.
Muchas gracias Carmen y mucha suerte.
1 comentario en «Carmen Pérez busca su futuro en la aldea panameña de Penonomé»
hola Carmen si este comentario te llega me gustaria que me lo digeras mi nonbre es Nieves viví en penonomé y buscando algún periódico de ahí te vi te voy a mandar mi face por si me quieres contestar para poder charlar un poco es Nieve Arrimar mira si puedes entrar ok gracias anticipadas