Ramón Llanes. Los noticiarios de hoy descuelgan en páginas importantes la actitud de varios parlamentarios andaluces de un concreto partido político al llevar hasta la dirección de canal sur un mapa de Huelva, a fin de restregar a dicha institución su incultura geográfica por desconocer dónde están Aracena, La Gruta de las Maravillas o Matalascañas.
Se trata de una falsa ironía, porque la pretensión no es plantear una queja de la ciudadanía onubense para evitar errores en la información, la única pretensión, -viniendo de políticos se puede deducir- es mofarse de un medio que no está al alcance de su poder y a la vez presentar cara altiva que venda a los electores la valentía y descaro en la defensa de los intereses de la provincia. No, para esta tarea no fueron elegidos, el horno tiene muchos bollos sin cocer y el panadero no debe dedicarse al devaneo.
Aún así, visto el buen interés de estos políticos por la cultura, podría preguntárseles sin conocen las comarcas de Huelva, los pueblos que la componen, en qué término municipal se encuentra Marigenta, dónde está Cabezudos o cuántas aldeas tiene Almonaster. Y acaso después de esta reflexión decidieran disculpar las equivocaciones del personal de canal sur que a buen seguro no intentaban molestar a Huelva ni mostrarle desprecio alguno. Esta noble y maravillosa tierra se defiende sola. Una idea.