Ángel Custodio. A finales del siglo XVI y principios del XVII, para defender la costa de los frecuentes ataques berberiscos, con saqueos, violaciones y los destrozos que producían estas incursiones, se decidió construir en las zonas más conflictivas, unas torres de vigía, desde donde, cuando se avistaba algún barco sospechoso, se hacían señales, unas acústicas con caracolas de mar y otros encendiendo hogueras, con lo que las poblaciones preparaban sus efectivos para repeler las agresiones.
Estas torres de vigía o torres almenaras, dispuso la Corona que se construyeran costeadas, en partes proporcionales, por los propietarios de los correspondientes señoríos y los respectivos municipios.
El problema económico fue lo primero que afectó al proyecto, porque los nobles, entre los que estaban los Duques de Bejar y Medina Sidonia, el Marqués de Ayamonte y el Conde de Miranda, se resistían a soportar tan importantes costes y los municipios porque no tenían tesorería para hacer frente a los gastos que le correspondían. Se vencieron las dificultades y la obra, des pues de varios retrasos, al final se hizo.
Muchas de estas torres, fueron desapareciendo con el tiempo, pero entre las torres almenaras, había una en Punta Umbría, que aun se conserva muy bien y sirve de emblema y orgullo de la población.
Aunque esta torre, como todas, fue construida a muy pocos metros de la orilla, por el terreno ganado al mar, actualmente está cerca de un kilómetro de la orilla y queda situada en pleno centro de la población.
Esta torre es visitable y los guías explican detalladamente como era la vida dentro de ella y los cometidos que cumplían.