Jesús Copeiro. La primera vez que supe del exilio y de la existencia de republicanos españoles en los campos nazis fue en el mes de julio de 1967, durante mi estancia en Burdeos para aprender francés. Residía yo en una modesta pensión del barrio de Saint Michel, un barrio antiguo ocupado por exiliados españoles, en su mayoría anarquistas. Hablando con ellos supe de la existencia de 10.000 republicanos españoles que fueron a parar a los campos de exterminio y me enseñaron sus fotografías con el mismo traje a rayas que usaban los judíos. Aquello me impactó, pues en España nada se sabía de este asunto.
Los anarquistas de Burdeos también me contaron que los primeros soldados en entrar en el París ocupado por los alemanes fueron republicanos españoles de la División Leclerc y que en el morro de sus vehículos blindados llevaban escrito nombres de las batallas que los republicanos habían ganado en la guerra civil: Madrid, Guadalajara, Teruel, etc. También me dijeron que el general alemán, gobernador del Gran París, se rindió a uno de estos republicanos y que en el desfile de la victoria celebrado en los Campos Elíseos al final de la guerra, junto a los generales francés, inglés y norteamericano, había un teniente republicano en representación de los españoles que habían participado en la liberación de Francia.
Quién me iba a decir que muchos años después iba yo a escribir la historia de uno de estos españoles que entraron en París, un onubense nacido en Nerva. Y también la historia de otro onubense deportado en Mauthausen, nacido en Valverde del Camino.
Se cumple ahora el 70 aniversario de la liberación de París, hecho que tuvo lugar el 24 de agosto de 1944. Conozcamos a uno de sus protagonistas, el único onubense que participó, el nervense Antonio Llordén.
Antonio Llordén Fernández. Nació en Nerva el 15 de febrero de 1906. Era también del comercio, como su hermano Demetrio (dos años mayor) y juntos llevaban el negocio de una librería-papelería en el pueblo. Salió de Nerva por sus ideas socialistas y durante la guerra combatió en las Milicias del Ejército Popular. Atrás quedó su novia Esperanza Molina, a la que nunca volvería a ver. El 31 de diciembre de 1936 fue promovido a teniente de infantería y el 1 de enero de 1939 ascendió a capitán con destino en la 112 Brigada Mixta. El final de la guerra le pilló en la zona de Levante y de allí pudo salir en barco rumbo a Orán (Argelia). Y como todos los que llegaban a Orán, acabó en el desierto de Bou-Arfa para trabajar en la construcción de un ferrocarril, el llamado ferrocarril transahariano, una obra faraónica sin sentido, un trabajo a base de pico y pala, y con temperaturas abrasadoras de 50 grados. Tras el desembarco aliado en el Norte de África, en noviembre de 1942, Antonio Llordén fue liberado y como quería combatir a los alemanes se alistó voluntario en la División Leclerc, una unidad francesa.
La División Leclerc y La Nueve. En la División Leclerc había también ciento cincuenta españoles también voluntarios y todos ellos fueron agrupados en una misma unidad, una misma compañía, que se denominó La Nueve. La Nueve era pues una compañía compuesta por españoles, con mandos españoles y el idioma era el español, y se la conocía así, como La Nueve. El único francés era el capitán Raymond Dronne y tenía como oficial adjunto al teniente Amado Granell (Burriana, Castellón de la Plana). A Llordén no le conservaron el grado de capitán que tenía en el ejército republicano, pero le nombraron sargento-jefe. La mayor parte de estos hombres habían luchado en las filas del ejército republicano y tenían experiencia en el combate.
El mando francés aceptó que los vehículos semiorugas de nueve toneladas, armados con dos ametralladoras y conocidos como half-tracks, llevaran escrito nombres que remitían a la guerra civil: Teruel, Madrid, Brunete, Guadalajara, Belchite, Jarama, etc. En abril de 1944 La Nueve embarcó en Casablanca rumbo a Inglaterra para realizar un entrenamiento intensivo de tres meses, antes de desembarcar en Normandía. El 30 de julio salió para Francia y llegó a las playas de Normandía la noche del 31 de julio. A los pocos días se produjeron los primeros enfrentamientos con las tropas alemanas en Ecouché y hubo varios muertos españoles. Nuestro protagonista, Antonio Llordén, era el sargento del Teruel.
La liberación de París. La Nueve recibió la orden de dirigirse lo más rápido posible a París, pues la Resistencia había hecho un llamamiento a la insurrección y la población parisina se había sublevado. A las ocho y media de la tarde del jueves 24 de agosto de 1944, los primeros half-tracks de La Nueve entraron en París por la puerta de Italia.
La columna cruzó el Sena por el puente de Austerlitz y siguió por los muelles de la orilla derecha hasta llegar a la plaza del Hôtel de Ville, el ayuntamiento parisino. Los primeros vehículos en llegar fueron el Guadalajara y el Teruel de Llordén. Poco a poco la población se fue congregando en torno a los blindados, se cantó la Marsellesa y empezaron a doblar las campanas de París, dando la bienvenida a los liberadores. A las dos de la madrugada el capitán Dronne tendió su saco de dormir en la acera, junto a su jeep y se durmió tras escuchar a los españoles, reunidos en círculo, entonar los himnos republicanos de la guerra civil. Lo último que oyó fueron las estrofas de Ay Carmela, Ay Carmela.
Al día siguiente, viernes 25 de agosto, el Teruel de Antonio Llordén participó en la ocupación de la central telefónica, tomó un cuartel alemán situado en la Plaza de la República e intervino en la ocupación del Ministerio de Marina. El sábado 26, una vez eliminada la resistencia alemana, se celebró un desfile en los Campos Elíseos, siendo los vehículos de La Nueve con nombres españoles y tripulaciones españolas, los primeros en desfilar, al haber sido la primera fuerza militar en entrar en París.
Tras un par de semanas de descanso, se reinició la actividad bélica. La Nueve se distinguió en las campañas de Alsacia y Lorena, liberó Estrasburgo, cruzó el Rhin y penetró en Alemania. La última acción bélica de La Nueve fue la conquista de un refugio de alta montaña que Hitler tenía en Los Alpes y que se denominaba el Nido del Águila. Al final de la guerra, de los ciento cincuenta españoles que componían La Nueve, tan sólo quedaron vivos dieciséis. Antonio Llordén era uno de ellos.
Exilio en México. Al término de la guerra Antonio Llordén residió unos años en París, pero su idea era reunirse con su hermano Demetrio que se hallaba en México. Así que en agosto de 1951 llegó en avión a ese país y juntos siguieron con el negocio de la librería. Residió siempre en la capital, se casó con la joven mejicana Ana Mª Calderón -que aportó al matrimonio una niña Mª Elena, a la que adoptó- y tuvo dos hijos, Laura y Demetrio. El 23 de noviembre de 1973 falleció de cáncer de pulmón en Ciudad de México y sus restos descansan en el Panteón Español. Le ruego que en su honor -me pide Mª Elena, su hija adoptiva- deposite unas flores en el mar de Huelva, ya que él jamás olvidó ese mar.
Su hija Laura conserva aún en México la bandera republicana que Antonio Llordén paseó por los campos de Francia.
Placas de la liberación. El 24 de agosto del año 2004, es decir, en el 60 aniversario de la liberación de París, la concejala socialista del ayuntamiento parisino, Anne Hidalgo (San Fernando, Cádiz), actualmente alcaldesa de la capital, ordenó colocar en una de las fachadas del edificio, sendas placas conmemorativas, reivindicando que los republicanos españoles del capitán Dronne liberaron la ciudad. Hasta entonces la participación española en la toma de la ciudad estuvo oficialmente silenciada, ignorada, pues el general De Gaulle, demasiado orgulloso y chauvinista, nunca quiso decir que los republicanos españoles fueron los protagonistas. Pero a partir del año 2004, ya es oficial: los republicanos españoles liberaron París.
Sería de agradecer que el Ayuntamiento de Nerva dedicara una calle a este hombre: Antonio Llordén.
Fuentes: Documentación de Laura, Demetrio y Mª Elena (hijos de Antonio Llordén); Santiago Talaya Llordén (sobrino); Juan Mario Rey, Banda de cosacos; Jesús Ramírez Copeiro del Villar, En tierra extraña. El exilio republicano onubense.
12 comentarios en «La Nueve: Antonio Llordén y la Liberación de París»
Buen trabajo. Ojala que los ayuntamiento «democraticos y de izquierda (al menos)» tomaran nota.
MagnIfico Jesús. Da gusto refrescarse con nuevos temas casi desconocidos. Avanti.
Un magnífico trabajo, Jesús. Enhorabuena. Gracias.
¡Qué gran artículo! Enhorabuena, Jesús
¡Que buen trabajo de investigación!, mi felicitación Jesús.
Enhorabuena Jesús por tu artículo, por el aire fresco de tus estudios y po ser como eres. Gracias.
Magnifico pero creo que otro gran luchador de Nerva fue F. Romero Martín, también Republicano y luchador antinazi destacado
Magnífico artículo. Felicidades Jesús. A ver si de una vez las autoridades francesas dejan de reconocer estos hechos históricos contrastados a regañadientes.
Viva Nerva.
Estupenda labor de investigación y dárnosla a conocer. Jesús: Eres grande.
Estimado Sr. Copeiro una ves mas con un nudo en la garganta le agradezco mucho que tenga en cuenta a quien amo tanto mi padre, Antonio Llordén Fernandez. Un abrazo con todo mi agradecimiento.
Estimada señora hola
Yo soy el hijo de Vicente SANCHIS que también sirve en el «nueve»
Trato de recontituer el camino de mi padre y sus compañeros también el Nueve
En la foto de grupo que me puede localizar a su padre
Si tienes fotos de este período Voy a ser muy feliz de verlos
cordialmente
Bernard SANCHIS
Magnífico Documento,(me ha empañado los ojos dos veces),magnífico trabajo el tuyo amigo » Jesús Copeiro»,que coraje,que rebeldía,que espíritu de lucha,que sacrificio el suyo,lejos de su tierra a la que nunca volvieron,por la libertad,la democracia,la justicia,»La Paz».El aniquilamiento de los regímenes totalitarios,(el fascismo Nazi). El pasado 25 de agosto del 2014,el Gobierno Francés quiso reparar el olvido que en las crónicas históricas oficiales habían sufrido Los Republicanos Españoles en la liberación de Francia.