Carlos Arroyo. Plaza de Toros de Valverde, con media entrada en los tendidos, se lidiaron toros de Villamarta, bien presentados, nobles y de buen juego en general sobresaliendo el 5º de la tarde para los diestros,
“Morenito de Aranda”, de grana y plata, estocada que hace guardia y estocada, ovación con saludos; pinchazo y estocada desprendida, oreja.
Oliva Soto, de grana y azabache, pichazo hondo y dos descabellos, ovación con saludos; estocada, dos orejas.
Antonio Nazaré, de turquesa y oro, estocada desprendida, ovación con saludos; estocada trasera, oreja.
Saluda en banderillas Luis Carlos Aranda tras parear al primer toro.
Buen encierro el que se ha lidiado en la plaza de toros del Valverde del Camino en el segundo y último festejo de la feria de agosto. La corrida de Villamarta, con encaste Fuente Ymbro que nada tiene que ver con su encaste originario, resultó noble aunque le faltó empuje en el último tercio, de ahí, que las faenas de los matadores no alcanzaran cotas más altas.
Sin duda el toro de la tarde fue lidiado en quinto lugar, correspondiendo su lidia a Oliva Soto. El toro era muy encastado y tuvo mucho más recorrido que sus hermanos. El torero de Écija estuvo más artificioso que profundo, y, a pesar de estar animoso, se echó en falta algo más de pureza y verdad en su toreo. El toro, encastado, precisaba más mando en las telas del que le presentaba Oliva, que se perdió más en poses. A pesar de ello, hubo algunos muletazos de calidad, sin llegar a rematar del todo un toro que tenía muchas más posibilidades. El epílogo por manoletinas y una buena estocada, propiciaron el triunfo. En su primer oponente, Oliva Soto no estuvo a gusto con un toro que se quedaba más corto en su embestida, y sólo hubo algunos detalles, en faena de toreo demasiado despegado para emocionar.
El que abría plaza llegó al último tercio muy venido a menos. Fundamenta su faena Morenito de Aranda en el pitón derecho, el más potable del animal, aunque le cuesta mucho repetir y desplazarse. Con todo, Morenito está muy torero y saluda la ovación del respetable. Parecido guión tiene la lidia del cuarto de la tarde, aunque el toro muestra algo más de entrega en las postrimerías de la faena y el burgalés consigue arrancarle algunas series por la derecha de mucho mérito. Por el pitón izquierdo, sin recorrido, sólo queda la porfía del matador.
Antonio Nazaré consiguió una oreja del que cerró plaza. El toro, muy noble, embiste con franqueza en los comienzos de la faena, donde el sevillano, sin más preámbulos, deja una serie importante por el pitón derecho, con el habitual cambio de la muleta por la espalda para continuar en el toreo al natural. El toro va largo y Antonio aprovecha lo que dura, que no fue mucho, ya que acabó rajándose antes de lo deseable, y buscando las querencias. Esto baja la animosidad del público asistente, evitando que la faena llegue a más altas cotas, a pesar de la porfía de Nazaré. Su primer oponente fue el toro con menos opciones del encierro, ya que se defiende soltando la cara y derrotando, sin humillar y prácticamente sin pasar, por lo que la faena se diluye.
