Redacción. Los asistentes a esta singular propuesta nocturna de deporte y espectáculo natural partieron en torno a las 22.00 horas desde el pabellón Francisco Díaz Torres de Mazagón. Más de un centenar de aficionados al senderismo y la astronomía tomaron parte en esta singular actividad que se dilató por espacio de más de cinco horas, y que tuvo como motivo temático Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, en una noche maravillosa y en un espacio único como son los acantilados del antiguo Poblado Forestal de Mazagón.
La actividad fue organizada por el Patronato Municipal de Deportes de Moguer dentro del programa de verano 2014, y se diseñó como una marcha nocturna interpretada sobre el medio natural de Mazagón, las perseidas y las constelaciones, que permitió a los asistentes conocer las características geológicas de este bello rincón del litoral onubense y disfrutar con el espectáculo del cielo estrellado.
Los técnicos de la empresa Trepamundos, Daniel Calleja, Borja Domínguez y Mariano Marchena dirigieron esta ruta pedestre explicando con todo detalle las características de las formaciones arenosas de dunas fósiles tan típicas de la costa de Huelva, conocidas con el nombre popular de médanos, así como de las distintas constelaciones y estrellas visibles desde los escarpes de Mazagón.
Las 110 personas participantes recibieron ya en el momento de salida las primeras explicaciones y consejos antes de emprender camino en dirección al Poblado Forestal, aunque una vez iniciada la ruta se fueron incorporando también más personas, convirtiéndose la actividad en una gran concentración y convivencia nocturna.
Tras las explicaciones y comentarios en el poblado forestal, donde los expedicionarios recuperaron también fuerzas, se inició el regreso a Mazagón por un itinerario que aprovechó la bajamar y que concluyó de nuevo en el pabellón cubierto más de cinco horas después de su inicio.
Todos los participantes quedaron maravillados tanto del cuidado diseño de la ruta como de las indicaciones técnicas ofrecidas por los monitores, disfrutando de una experiencia verdaderamente singular a cuyo éxito contribuyó también la espectacular luna llena que todavía pudo verse hasta anoche.