José Luis Rúa. Sentía una enorme curiosidad por ir a visitar la exposición de pintura de la artista Sevillana Carmen Sánchez Ruda, aunque ayamontina de adopción desde hace bastantes años. Y es que nunca había dado rostro a las obras de esta mujer, más conocida por su verdadera faceta, la de restauradora. Pero la lógica se posicionaba de mi parte, porque Sánchez Ruda hacía 10 años que no exponía y en Ayamonte lo había hecho distribuyendo protagonismo con otros autores.
Su exposición, que cuelga en la Galería Passage de Ayamonte, consta de una veintena de obras, de distinto formato, distinta temática pero de igual técnica, óleo sobre acrílico. Carmen ha sentido la necesidad de mantener esa línea de investigación que le caracteriza y ha conjugado sobre el paisaje y la figura el total de su oferta pictórica. Artista de estudio sometida a la rigurosidad de su objetivo, da sin embargo libertad a las pinceladas, a la estructura de la composición y deja que fluya todo en un conjunto final que en la mayoría de las ocasiones la deja satisfecha.
Y para esta ocasión un tanto especial, ha seleccionado esas obras que la define a través de las figuras, tanto de mujeres como de críos, ya sea posando o disfrutando del agua. Y esos paisajes de nuestro entorno repletos de vegetación y frescura. Y esas arquitecturas de Ayamonte desde el cielo o desde el agua. Esa barrio de la Villa, el suyo, o ese casco antiguo simulando un tetris o un puzzle con la torre vigilando atenta.
Y llevada por esa luz propia de nuestra tierra, se deja querer e intenta transportarla al mismo lienzo, no sin antes matizarla según su estado de ánimo o su identificación con el original. Para ello distribuye la paleta de manera armónica con esos grises, beige, crema o en otras ocasiones con los verdes, ocres o azules. Y hace una traducción cromática que se somete a la visión matutina del tema seleccionado. Porque Carmen pinta en el estudio, de mañana, con la luz natural y con el sonido sorprendente de las noticias que van saliendo unas tras otras en los informativos o en las tertulias radiofónicas. Carmen no pone música, no hace presente un silencio especial, al contrario, da entrada a la bulla, a la polémica y a la información.
Carmen Sanchez Ruda se refugia en su estudio de la zona alta de Ayamonte, esa Villa de azoteas blancas y un cielo siempre azul. Por esa razón quizás, si le preguntas por los pintores ayamontinos que más le atraen, no se ruboriza para identificarse con la obra madura de Angel Guerrero D´Esury o de la siempre sorprendente Virginia Saldaña. Dos generaciones, dos estilos, pero dos artistas ubicados también en el barrio de la Villa, muy cerca los unos de los otros.
Y dejo para otro momento hacer referencia al trabajo de Carmen cómo restauradora, su verdadera vocación, mejor dicho su compartida vocación, pero hoy hay que dejarse llevar por esa sorpresa que representa su obra colgada en Galeria Passage de Ayamonte.
Una oportunidad especial para disfrutar con esta artista de Cazalla de la Sierra, también especial.
Fotos: José Luis Rúa.