Los Molinos de Agua, la vía verde que une la Campiña y el Andévalo

HBN.  Cinco son las vías verdes que recorren la provincia de Huelva. Cinco trazados que permiten descubrir el increíble patrimonio natural, minero y arqueológico que posee el territorio onubense. La del Guadiana, la del Odiel, la del Litoral, la de Riotinto y la de los Molinos de agua, cada una con su encanto particular, constituyen un atractivo turístico más y un aliciente para practicar deportes o simplemente disfrutar de la riqueza medioambiental de Huelva.

Hoy nos centramos en una de esas rutas, concretamente en la de la de los Molinos de Agua, denominada así por los molinos harineros que se encuentran en Beas. De San Juan del Puerto a Valverde del Camino, pasando por Trigueros y el mencionado municipio beasino. Esa es la ruta geográfica de esta vía, un camino natural de casi 36 kilómetros, completamente accesible cuyo recorrido es un auténtico placer para los amantes del senderismo, la bicicleta o que simplemente disfruten en la naturaleza.

La Vía Verde Los Molinos de Agua discurre por el antiguo trazado ferroviario que unía las minas Buitrón con el embarcadero que la compañía homónima tenía en San Juan del Puerto. Construido en 1870 y con una longitud de unos 48 kilómetros, fue el primer ferrocarril minero de la provincia de Huelva, que estuvo en uso hasta 1969.

Cuenta con carriles que facilitan el acceso a los cascos urbanos desde sus antiguas estaciones y apeaderos y con carteles informativos sobre los principales lugares de de interés histórico como etnográfico, de la zona de la Mancomunidad Campiña – Andévalo.

San Juan del Puerto. Saliendo precisamente del municipio sanjuanero, punto de partida de la ruta, los que se aventuren a recorrer esta vía atravesarán bosques de pinos, olivos y repoblaciones de eucaliptos, entre otras especies naturales y disfrutarán de elementos de interés arquitectónico como la antigua estación de San Juan del Puerto, el puente romano sobre el arroyo Candón y la Iglesia de San Juan Bautista.

Trigueros. La segunda localidad que atraviesa la vía verde de los Molinos de Agua es Trigueros. En Trigueros destaca el conocido Dolmen de Soto, y otros monumentos como la Iglesia de San Antonio Abad, el Convento de Santa Catalina y la Ermita de la Santa Misericordia.

Beas. Pasado Trigueros, Beas destaca por sus molinos hidráulicos, que dan fe del momento en el que la cultura del agua se alió con la cultura de la tierra para moler el cereal del ruedo de Beas. Muchos cauces de los arroyos se aprovecharon en la edad moderna para construir los molinos hidráulicos para la molienda. Aunque están ya en desuso estas construcciones salpican este camino de historia y tradición y se pueden contemplar en el arroyo de los Molinos, entre el paraje de la Huerta del Conde y La Loba.

Algunos de ellos se han recuperado, como los molinos de La Loba, Las Monjas,La Higuera y el de la Llave, constituyéndose en una ruta etnológica y natural que conecta con la llamada Vía Verde de los Molinos de Agua.

El primero de ellos es el Molino de la Llave, rehabilitado y visitable, es uno de los muchos que existen en la ruta y uno de los elementos interesantes de visitar en la localidad beasina, junto con la Iglesia de San Bartolomé, la de Nuestra Señora de la Salud y la Ermita de los Clarines.

Este molino fue el primero en utilizar el agua, y del mismo dependían los otros molinos, por lo que si no liberaba el agua los demás se mantendrían desabastecidos, por eso recibe el nombre de llave.

Valverde del Camino. La Vía Verde de Los Molino de Agua finaliza en Valverde del Camino, municipio desde el cual podemos iniciar otra de las vías verdes de Huelva, la de Riotinto. En Valverde, la antigua estación de tren se ha convertido en conservatorio de música y su pasado minero se erige en Museo Etnológico de la localidad andevaleña, en el edificio conocido como Casa Dirección. Ambos son dos de los principales atractivos valverdeños.

Con todos estos alicientes, el recorrido de la Vía Verde de los Molinos se constituye como una de las rutas más atractivas de la provincia de Huelva. A ello hay que añadirle que, por sus escasas pendientes, se trata de un itinerario accesible no solo a senderistas y cicloturistas, sino a personas con movilidad reducida o discapacidad motora, que facilita el contacto y conocimiento de su entorno natural y rural, de elevado valor ecológico, paisajístico y etnográfico.