P.C.G. Casi 200 monumentos convierten a Huelva en una de las provincias españolas con más conjuntos megalíticos construidos en su suelo. Aunque buena parte de ellos se encuentran destruidos en la actualidad hay al menos seis que destacan por lo singular y por su su estado de conservación. Son los más conocidos y se han recuperado para su visita permitendo reconstruir la Huelva de hace 5.000 años.
Cuatro de ellos, los que se localizan entre la Campiña y el Andévalo se han constituido en la conocida como ruta dolménica onubense: El Pozuelo (Zalamea la Real), Los Gabrieles (Valverde del Camino), El Labradillo (Beas) y el Dolmen de Soto (Trigueros).
Estos monumentos estrechamente relacionados con el ritual funerario prehistórico constituyen una importante aproximación a la espiritualidad de los hombres de aquella época, a lo que pensaban de la muerte.
Aunque existe poca documentación al respecto, Huelva debe mucho a ciertos personajes eruditos afincados en la provincia a principios del siglo XX que recopilaron anotaciones e impresiones de un gran valor documental. Es el caso de Armando de Soto en La Lobita (Trigueros), Elena Whishaw sobre el sepulcro dolménico de la Alquería en Niebla o Juan Manuel Romero Martín sobre la Cueva de la Mora en Jabugo.
A partir de ahí el interés por el megalitismo onubense fue aumentando resultando en investigaciones como las del matrimonio Leisner, las de Obermaier o Eduardo Díaz. Un auge que cayó durante la Guerra Civil y que se retomó a finales de los años 40. Carlos Cerdán en 1952 comenzó a elaborar un inventario de sepulcros de la provincia desde la Ribera del Chanza hasta la Campiña. Lo que propició otra oleada de estudios que no se detenían únicamente en los elementos dolménicos. Así surgieron tesis doctorales e investigaciones como la de Rosario Cabrero en 1982 y la de Fernando Piñón Varela que actualizó el inventario de Cerdán.
Rosario Cabrero habla de tres tipos de arquitectónicos distintos: las cistas megalíticas, las galerías cubiertas y los tholos o estructuras de falsa cúpula.
Ruta dolménica onubense
En cualquier caso, lo mejor acercarse a estas construcciones megalíticas es visitarlas. Una buena manera de descubrirlas es seguir la denominada Ruta Dolménica de Huelva.
Un trayecto de apenas 45 kilómetros de distancia desde el municipio de Trigueros hasta el de Zalamea la Real. Partiendo de la capital onubense por la N-435, el primero al que tenemos acceso es el que se encuentra en el paraje triguereño de La Lobita.
Dolmen de Soto (Trigueros). El más relevante por su estado de conservación y por su relevancia arqueológica. Fue descubierto en 1923 por Armando de Soto y excavado por Hugo Obermaier, quien lo ubicó al inicio de la Edad de los Metales. En 1931 fue declarado Monumento Nacional, en el marco de la política cultural de la II República española.
Con sus más de 20 metros de largo, es el más grande de la provincia y uno de los más largos de España, algo que lo hace especialmente singular con respecto a los demás dólmenes conocidos de Huelva.
Los numerosos grabados que enriquecen sus paredes constituyen uno de los más conjuntos simbólicos más importantes de la Península Ibérica, y se hallan constituidos por simples líneas, cazoletas, puñales, ídolos, figuras antropomorfas y otros signos.
A continuación, siguiendo el itinerario marcado nos adentraríamos en el término municipal de Beas para encontrarnos con el segundo conjunto megalítico de nuestra ruta.
Dólmenes de El Labradillo (Beas). Se sabe de su existencia desde los años cincuenta del pasado siglo cuando los mencionados Carlos Cerdán y el matrimonio Leisner comenzaron a investigar en la provincia de Huelva. Se trata de un yacimiento en el que se distinguen dos áreas: una, la más interesante, con los dólmenes I -el mejor conservado de los tres- y II y los restos de otro túmulo, que evidencian la posibilidad de la existencia en el lugar de otro enterramiento dolménico. Y otra, en la que se encuentran el dolmen III y la cantera de tierra roja que proporcionó los materiales para su construcción.
Nuestra tercera parada sería unos 20 kilómetros más al norte, ya en la zona de la provincia conocida como el Andéval, concretamente en Valverde del Camino.
Los Gabrieles (Valderde del Camino). Otro de los complejos más importantes de la provincia es el de Los Gabrieles, formado por siete tumbas: sesis dólmenes de galería cubierta con diferente estado de conservación. Fue descubierto en 1966, pero no se estudió hasta 1974. Su estudio formó parte de la citada tesis de Rosario Cabrera, dedicada a la investigación del megalitismo en Andalucía occidental.
El núcleo del conjunto, que se puede situar cronológicamente en la segunda mitad del siglo III a.C., en el período Calcolítico, lo forman los dólmenes 3, 4 y 5, mientras que los señalados como 2 y 6 están algo más alejados y el 1 se halla aislado.
Nuestra ruta culminaría aún más al norte en la localidad de Zalamea la Real, donde realizaríamos la cuarta y última parada, sin que ello signifique que aquí acaban los monumentos dolménicos pertenecientes al megalitismo onubense, ya que también son muy importantes otros como la necrópolis de la Zarcita, en Santa Bárbara de Casas y el grupo de Aroche.
El Pozuelo (Zalamea la Real). Fue excavado en su mayor parte por Carlos Cerdán en 1946. Su estudio tuvo una notable repercusión en el mundo científico, dada la envergadura de las construcciones megalíticas que conformaban esta necrópolis. En ella se inventariaron 13 monumentos, más el de Martín Gil, el de los Pedroches, el de los Rubios y otros próximos a Marigenta, haciendo un total de 17 enterramientos ubicados en la margen occidental del curso medio del río Tinto. En 2002 fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica. Lo que destaca del conjunto dolménico de Pozuelo, es la existencia de ajuares datados cronológicamente en los períodos neolítico y calcolítico.
Estas son algunas de las muchas muestras del rico patrimonio megalítico que atesora la provincia de Huelva por toda su geografía, que la convierten en una de la provincias españolas más importantes en esta materia.
2 comentarios en «Cerca de 200 monumentos constituyen el tesoro megalítico de la provincia de Huelva, uno de los mayores de España»
Bueno, hablar de 200 monumentos es quedarse muy corto si incluimos las cistas megalíticas, que por sí ya sobrepasan esa cifra… Si nos referimos a «conjuntos» la cosa cambia -claro está- bastante.
Pero lo que es cierto, sin duda alguna, es la gran riqueza patrimonial megalítica que poseemos, tanto en cantidad como en variedad. Se citan en el artículo tres tipos de estructuras sepulcrales, olvidando que existen otros monumentos no funerarios, como menhires y círculos de piedras. Además, los dólmenes existen cuentas en muchos casos con menhires reutilizados como ortostatos, que por tanto tienen un interés añadido…
Gracias por mostrar y difundir estos tesoros… Ojalá pudiéramos apreciar la grandiosidad del pasado. Un abrazo