Rocío Cruz, una onubense en la expedición de Cruz Roja que viajará a Indonesia con motivo del décimo aniversario del tsunami que conmocionó al mundo en 2004

Mari Paz Díaz. Rocío Cruz Fuentes es una joven onubense que desde el año 2005 trabaja en el área de Comunicación en Cruz Roja Española, un tiempo que se ha dedicado a transmitir a la sociedad española en qué consiste la labor de esta organización, en muchos casos desconocida si tenemos en cuenta la gran cantidad de proyectos que lleva a cabo.

En esta tarea, Rocío Cruz vivió un punto de inflexión en 2007, cuando entró a formar parte de la Unidad de Comunicación en Emergencias de Cruz Roja, una red pensada para dar apoyo en caso de un desastre a nivel nacional o internacional.

Este hecho ha permitido que la joven haya tenido ocasión de prestar apoyo a la Oficina Central de Cruz Roja Española en la gestión de medios de comunicación poco después de suceder el terremoto de Haití en 2010. «Una emergencia como aquella provocó, cómo no, el interés en España por conocer qué estaba haciendo Cruz Roja Española allí y debíamos dar una respuesta rápida a los medios que diariamente nos solicitaban entrevistas con nuestros delegados en terreno», nos comenta Rocío Cruz.

Posteriormente, en 2011 se desplazó a Lorca (Murcia) para relevar al compañero de Comunicación que estuvo alertado desde el minuto uno del terremoto en este municipio murciano. Según nos cuenta, «gestioné entrevistas con medios de comunicación, pero principalmente mi labor consistió en tomar fotografías y vídeos para apoyar a los equipos de emergencia que trabajaban con las personas desplazadas temporalmente de sus hogares».

Ahora, después de esta actividad, Rocío Cruz se enfrenta a un nuevo reto, que le ha llenado de ilusión: el próximo 5 de junio se desplazará a la isla de Sumatra durante diez días para conocer de primera mano todo el trabajo desarrollado por Cruz Roja Española y Cruz Roja Indonesia en la reconstrucción de las zonas afectadas por el tsunami de 2004 con motivo del décimo aniversario de aquella catástrofe.

El objetivo de este viaje no es otro que «mostrar a la sociedad española que la ayuda llega, que todas las donaciones que se realizaron en el momento de la emergencia se han traducido en rehabilitación, reconstrucción y recuperación de medios de vida». Y es que, además de llevar a cabo la ayuda, «en Cruz Roja creemos que debemos invertir en comunicar y en informar, porque la información salva vidas. Tan importante es contar lo que hace Cruz Roja al principio de una emergencia como rendir cuentas cuando nuestra labor termina. La transparencia es fundamental». 

En concreto, la visita se centrará en la zona norte de Sumatra, en Banda Aceh, que fue la ciudad más cercana al epicentro.

No en vano, hay que tener en cuenta que, en el caso del tsunami del sureste asiático, el 75% de las donaciones que recibió Cruz Roja fue de particulares, en muchos casos personas anónimas, por lo que ahora quieren agradecerles su colaboración llevándoles información de la reconstrucción de la zona a través de fotografías, reportajes, etcétera.

Por este motivo, la expedición de la que formará parte Rocío tendrá ocasión de hablar con los beneficiarios de la ayuda, el personal de la Cruz Roja local y el de la administración, de ahí que «esperamos venir con muchas imágenes y testimonios que nos ayuden a mostrar a la sociedad lo importante que fue su ayuda en 2004».

En este aspecto, Cruz Roja Española y todo el movimiento internacional de la organización movilizaron a 22.000 voluntarios y cientos de delegados en labores de ayuda humanitaria durante el tsunami.

Como nos explica Rocío, «esta catástrofe creó una respuesta de solidaridad y generosidad sin precedentes entre particulares, gobiernos y sector privado que provocó que Cruz Roja Española recibiera más de 46 millones de euros. Lo cierto es que la sociedad española se movilizó muchísimo con esta emergencia en el sudeste asiático y ahora 10 años después les debemos una justificación con todo lo que hemos podido hacer gracias a su solidaridad».

Y la sociedad onubense es un buen ejemplo de esa solidaridad. Según Cruz, «la población de Huelva es solidaria, claro que sí, y no duda en responder ante catástrofes como el tsunami de 2004. Además,  actualmente cerca de 9.000 personas son socias y casi 4.000 son voluntarias de Cruz Roja. Esto es un apoyo fundamental para la institución, por el respaldo con el que cuenta para desarrollar los proyectos que tiene en marcha en la provincia de Huelva».

En un primer momento, la ayuda de emergencia en la zona se centró en restablecer y mejorar el acceso al agua potable, reparación de redes de saneamiento, distribución de ropa y kits de higiene familiares, construcción de alojamientos y escuelas temporales… Mientras que durante los años posteriores al tsunami, Cruz Roja Española puso en marcha programas de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo en las zonas afectadas por el tsunami. Desde principios de 2005 se activó el Plan Especial de Ayuda a los Damnificados del Maremoto con el objetivo de conseguir una mejora sostenible de su calidad de vida.

Ahora, Rocío Cruz formará parte de una expedición que partirá el próximo 5 de junio a Indonesia para visitar la zona ‘0’ del Tsunami diez años después. En el viaje irán acompañados por un equipo de RTVE con mucha experiencia en el panorama internacional que prepara un reportaje sobre la reconstrucción de la zona. «Francisco Magallón, un excepcional contador de historias humanas, nos hizo la propuesta de viajar a Indonesia diez años después del tsunami para mostrar la recuperación. Teniendo en cuenta su profesionalidad y experiencia, no dudamos en aliarnos con él, y con Erika Reija, actual corresponsal de RTVE en Ucrania, para facilitarles acceso a los proyectos que tenemos en Indonesia. Por ello, esperamos venir cargados de fotografías, vídeos y testimonios», comenta Rocío.

Con todo ello, Rocío Cruz se muestra muy ilusionada por este proyecto que llevará a cabo durante diez días a partir de la próxima semana. Un viaje que le ayudará para agradecer a la sociedad y a las instituciones su colaboración con Cruz Roja, «para que continúe con su labor humanitaria. Hoy en día somos conscientes de que la crisis económica nos obliga a dedicar esfuerzos a las personas que viven en España, pero aun así, debemos continuar con la cooperación al desarrollo. Y toda ayuda económica que recibimos se destina al fin que los donantes deciden».

Un mensaje que quiere hacer extensible a los onubenses, porque reitera que «la solidaridad en Huelva no está en crisis. Son muchas las personas que se implican y colaboran. De hecho tradicionalmente la onubense siempre ha sido una sociedad acogedora de nuevas culturas, tolerante y dispuesta a ayudar». Un espíritu que sigue encontrando cada vez que viene a Huelva. Porque Rocío lleva quince años fuera de la provincia, quince años viviendo en Salamanca, «y cada vez que vuelvo a Huelva lo que me sigue sorprendiendo es el humor y la alegría que desprenden los onubenses. Cómo nos tomamos las cosas en Huelva. No lo he valorado hasta que me he alejado un poco».

Y si Huelva es una tierra solidaria, Rocío es un buen ejemplo de ello. Solidaridad en primera persona.