Redacción. El Reglamento Taurino aprobado por la Junta de Andalucía entró en vigor en 2006. La normativa modifica numerosos aspectos de las suertes de varas y la suerte suprema, recoge que cualquier aficionado puede ser presidente de una plaza y autoriza a indultar toros en los cosos de tercera categoría, así como una nueva clasificación de las plazas.
El Reglamento Taurino hace una clasificación de las plazas de toros de la comunidad autónoma en la que clasifican como de primera las plazas de La Malagueta , La Maestranza de Sevilla y Los Califas de Córdoba, se amplía la catalogación de los espectáculos recogiendo algunas modalidades que llevan realizándose años como los festejos de recortadores o los festivales mixtos, y se establecen dos registros -el de Profesionales Taurinos y el de Empresas y Espectáculos- con el fin de regular el sector y asegurar la competencia leal.
Entre los principales introducidos por el reglamento en los cosos andaluces, destaca el referido al indulto de las reses en las corridas de toros y las novilladas con picadores. Anteriormente sólo se podían otorgar indultos en las 11 plazas de primera y segunda categoría existentes en Andalucía, mientras que con el nuevo Reglamento Taurino esta potestad se extiende a las plazas de tercera categoría, con lo que se podrán conceder en las 119 plazas de la comunidad autónoma.
El público también puede observar cambios en la lidia. En la suerte de varas se reducen las dimensiones de la puya y el número e intensidad de los puyazos se dejan a decisión del matador, aunque en las plazas de primera categoría se establece un mínimo de dos entradas al caballo.
En la suerte suprema se modifican los tiempos para primar la rápida muerte del animal, de forma que la faena dure aproximadamente 10 minutos, contando también los tres avisos a partir de la entrada a matar. Además, en las plazas de primera y segunda categoría se exige la presencia de un puntillero profesional.
En cuanto a los trofeos, los diestros y rejoneadores tendrán que cortar dos orejas al mismo toro para poder salir a hombros por la Puerta Grande de las plazas de Córdoba y Málaga, ambas de primera categoría. En Sevilla, también de primera, se mantiene la exigencia de cortar tres orejas para salir por la Puerta del Príncipe.