S. D. Quien sigue, la consigue. El CD Sordos, después de la intentona del año pasado saldado con un notable segundo puesto, logró encaramarse a lo más alto del fútbol sala continental, al ganar en Turín la Liga de Campeones. Lo hizo en un dramático partido, como mandan los cánones en una final que se precie, aguantando el tipo en defensa ante un rival encorajinado, muy compacto y que se tomó el choque como cuestión de Estado.
Pero ante todo tipo de adversidades salió a relucir, primero la templanza, luego la casta, más tarde la calidad y, siempre, la ilusión por conseguir el título que faltaba, esa copa que complete el puzzle más deseado por todos.
Vaya por delante que el CD Sordos logró algo, antes de comenzar el partido, impensable. Poder contar con Edu Benabat en la final después de ser injustamente expulsado en la semifinal ante el Reggio Calabria, en otro partido para contar. La reclamación efectuada por los onubenses dio su fruto, y al menos el equipo no estuvo incompleto. Hubiera sido una desventaja muy grande ante un Real Non Solo que se fajó y que llevó el partido a una vorágine física en la que durante buena parte fue superior.
Como toda final los dos equipos la encararon con cautela. Mucha presión y mucha tensión sobre la cancha turinesa. La estrategia estaba servida: el CDS Huelva queriendo mover la pelota; el cuadro italiano, presionando arriba, acogotando a los onubenses en el inicio de cada jugada y saliendo rápido, muy rápido, a la contra. Esa encomiable actitud de los italianos tuvo pronto reflejo en el marcador con un 2-0 que ponía en alerta a los de Huelva, si no estaban alertados de antemano. Nadie dudaba que el 4-2 de la fase inicial era mera historia, estadística, papel mojado, ante el nuevo reto.
Cuando peor pintaban las cosas para el CDS Huelva Luismi aminoró la desventaja, aunque solo fuera pasajera. Porque el Real Non Solo, con su forma de jugar, le había tomado la iniciativa, y en un pis pas puso el marcador en 4-1. Más que alarma, sonó el toque de queda en los onubenses, que a duras penas, con un gol de Manu, y con Chema estelar bajo los palos, aguantó el chaparrón y se fue al intervalo con un 4-2, al menos esperanzador.
La cuestión era simple: hasta cuando iba a durar la gasolina a los italianos? Porque en el arranque de nuevo se vio un equipo transalpino muy metido en el partido, presionando mucho arriba y dificultando el juego onubense. Lo mejor que tuvo el equipo de Huelva es que no desesperó. Nada más lejos. Sus jugadores hicieron de tripas corazón, aguantaron lo que pudieron y a la mínima oportunidad que tuvieron cuando el tono físico de su oponente bajó, asestó el golpe certero. Doble golpe certero, aunque no definitivo.
Dos goles de Manu colocaron el empate a 4 en el marcador. Eran otras sensaciones, pero el Real Non Solo, aparte de su condición física, a menos eso sí, tenía otros recursos, como el del contragolpe. Uno de ellos les volvió a colocar por delante, y de nuevo lo que pudo ser un directo a la línea de flotación anímica a los onubenses se convirtió en el rearme del CDS Huelva.
Dave y David Susiac, con sus goles, fueron los encargados de dar un giro brutal a los acontecimientos. El equipo de Huelva, a falta de seis minutos, se puso por fin por delante en el marcador, algo que fue un tesoro que nunca jamás dejaron escapar.
Con el Real Non Solo agobiando -se puede decir que media Italia estaba detrás- al CD Sordos Huelva sólo le quedó defender, defender, defender, y volver a defender, parafraseando -con matices y con Chema como estandarte- a Luis Aragonés, para, ahora sí, ganar, ganar, ganar, y volver a ganar, y ganar esta Liga de Campeones que sabe a gloria.
1 comentario en «El CD Sordos Huelva, campeón de Europa de fútbol sala tras ganar al Real Non Solo (6-5) en un dramático partido»
Mi enhorabuena y a seguir trabajando que ese es el camino