Ana Rodríguez. A principios de este mes de febrero, el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla programó una sesión en la que se proyectaron una serie de documentales. Entre ellos, se encontraba ¿Mito o realidad? Un cuento de la Atlántida, una producción elaborada en 2011 por, en aquel entonces, alumnos del 2º ciclo de Grado Superior de Comunicación, Imagen y Sonido del IES Pablo Neruda de Huelva.
Este equipo de jóvenes, integrado por Iara Benavente López, Antonio Gómez Toribio, Manuel Outeda, Javier Romero y Marina Leal, ganó aquel año el concurso ‘Móntate tu película’, que organiza la Consejería de Educación Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en colaboración con el citado instituto y la Red de Creadores y Empresas Audiovisuales de Huelva (rCREA), siendo el premio del certamen poder materializar su proyecto durante su periodo de formación en un centro de trabajo, cosa que hicieron con el apoyo de la Productora VTH.
Tres años más tarde, el documental sigue proyectándose y llamando la atención de quienes lo visionan, fundamentalmente por su enigmática temática, la siempre controvertida pregunta de ¿existió la Atlántida? y, si así fue, ¿dónde se localizaba?
Como explica la directora de la cinta, Iara Benavente, el documental parte de la publicación en la prestigiosa revista Antiquity de una información en la que se ubicaba la Atlántida en las Marismas de Hinojos. A raíz de esta noticia, surge un sinfín de teorías que relacionan la provincia de Huelva con la mítica ciudad, llenándose en pocos meses Internet de contenidos sin contrastar en relación con este tema. Científicos de la Universidad de Huelva inician una investigación con el fin de comprobar la teoría expuesta por Antiquity, siendo este proceso y sus principales conclusiones recogidas en ¿Mito o realidad? Un cuento de la Atlántida.
Curiosamente, explica Benavente, «a la par que nosotros finalizábamos el guión, National Geographic terminaba de rodar un documental de las mismas características que el nuestro, Búsqueda de la Atlántida, lógicamente mucho más extenso y amplio, pero tocamos puntos comunes e incluso entrevistamos a las mismas personas».
Así, en el audiovisual elaborado por los jóvenes en Huelva aparecen recogidas declaraciones del doctor en Geología Antonio Rodríguez, quien además participó en las investigaciones oficiales que el CSIF abrió sobre este tema; el doctor en Arqueología y arqueólogo subacuático Claudio Lozano y el doctor en Geología Antonio Morales, que también colaboraron con el documental de National Geographic; además del catedrático en Arqueología Juan Campos y el doctor en Historia Antigua Patricio Guinea.
El equipo dedicó tres meses al rodaje y montaje de este documental, de unos 20 minutos de duración, que fue proyectado además durante el 37 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, en la sección paralela Panorama Andaluz dentro de la categoría ‘Hecho en Huelva’. “Tratamos de enfocar de la manera más objetiva posible el asunto”, comenta Benavente, poniendo de relieve que dicho tratamiento persigue evitar malentendidos e interpretaciones tendenciosas, buscando sólo reflejar las investigaciones realizadas de la manera más fiel y exacta posibles.
Platón y la Atlántida, punto de partida. En el documental, y en general en todas las investigaciones sobre la Atlántida, se parte de las primeras referencias a esta ciudad, que son las que aparecen en textos del filósofo griego Platón, concretamente en los diálogos Timeo y Critias (360 a.C. aproximadamente). En ellos, Critias, discípulo de Sócrates, cuenta que 9.000 años antes de la época de Solón, un legislador ateniense, los ciudadanos de Atenas detuvieron el avance del imperio de los atlantes, habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada más allá de las Columnas de Hércules, en un mar navegable e impenetrable a causa de barro espeso y que, poco después de este hecho, desapareció en el mar a causa de un terremoto y de un gran diluvio.
Los textos de Platón señalan la geografía de la Atlántida como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3.000 por 2.000 estadios (un estadio equivalía a 174,125 metros), rodeada de montañas hasta el mar. A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor.
Según la mitología, cuando los dioses se repartieron el mundo, a Poseidón le tocó, entre otros lugares, la Atlántida, siendo el amo y señor de los atlantes. El dios se enamoró de la hija de Evenor, Clito, y creó tres anillos de agua en torno de la montaña que habitaba su amada. La pareja tuvo 10 hijos, para los cuales el dios dividió la isla en 10 reinos. Al mayor, Atlas o Atlante, le entregó el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole, además, autoridad sobre sus hermanos. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el mar que la circundaba, Atlántico.
El hermano gemelo de Atlante se llamaba Gadiro y gobernaba el extremo de la isla que se extendía desde las Columnas de Hércules hasta la región que por derivación de su nombre se denominaba Gadírica, una región costera de 100 kilómetros de largo.
La Atlántida era abundante en recursos, sobre todo en minerales como el cobre, grandes bosques, animales, especialmente elefantes, y alimentos. Los atlantes edificaron sobre la montaña rodeada de círculos de agua una gran acrópolis llena de notables edificios, entre los que destacaban el palacio real y el templo de Poseidón, y crearon varios canales que permitían viajar entre las islas.
Sin embargo, hubo un momento en el que el deseo de poder se adueñó de los atlantes, que se expandieron desde Libia hasta Egipto y en Europa hasta Tirrenia, siendo finalmente derrotados cuando trataban de invadir Grecia y Egipto.
Platón apunta que los dioses castigaron la soberbia de los atlantes enviándoles un gran terremoto acompañado de una gran inundación que hizo desaparecer la isla en el mar, «en un día y una noche terribles», según describe el filósofo en Critias.
La marisma de Hinojos. En junio de 2004, el físico alemán Rainer W. Kühne publicó en la revista Antiquity bajo el título ‘¿Una localización para la Atlántida?’ un artículo que insistía en una vía de estudio sobre la posible ubicación de esta misteriosa isla, al límite entre la mitología y la historia, y sobre la que mucho se ha especulado, principalmente, desde el Romanticismo.
El texto inicialmente descarta –dando varios argumentos- la hipótesis del geólogo francés Jacques Collina-Girard que sugiere que la Atlántida se encontraría en Espartel, una isla sepultada por el mar que se localiza a 50 kilómetros al oeste del Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, asegura Kühne que dicha teoría pone sobre la mesa la posibilidad de que el lugar mencionado por Platón no fuera completamente ficticio, sino que el filósofo pudo haberse referido en sus diálogos a los acontecimientos que tuvieron lugar en el suroeste de la Península Ibérica a finales de la Edad del Bronce .
Asimismo, Kühne afirma estar de acuerdo con la teoría de Marinatos (1950) y Göörgemanns (2000), la cual sugiere que cuando Platón habla en sus diálogos de la guerra que enfrentó a griegos y atlantes podría referirse, en este último caso, a los guerreros del mar o civilizaciones del mar, que también aparecen en las inscripciones del templo de Medinet Habu, datadas alrededor de 1180 a.C., bajo el reinado del faraón Ramsés III. Esta idea se sostiene en la comparación entre la descripción de Platón de los pobladores de la Atlántida y la de las gentes del mar de Ramsés III, reflejadas en las traducciones de Chabas (1872) y Edgerton y Wilson (1936).
Si se acepta esta identificación, según el físico alemán, la Atlántida sería el lugar de origen de la gente del mar, la ciudad gobernada por Atlas que, siguiendo las pistas dejadas en la literatura de Platón, no podría estar muy lejos de Cádiz.
En su artículo, Kühne habla de una llanura rectangular, lisa y uniforme que se encuentra en la desembocadura del río Guadalquivir donde se cree que se localizaba la ciudad de Tartessos, y además, lugar en el que varios investigadores – Hennig (1925, 1927), Jessen (1925) y Schulten (1927, 1939)- sitúan la Atlántida de Platón. En este sentido, el autor habla de las últimas fotografías tomadas con satélite en la zona, en las que se aprecian en la cuenca baja del Guadalquivir dos grandes estructuras: una de ellas rectangular y otra, un poco alejada de la primera, cuadrática, que podrían ser vestigios de los templos de Poseidón y de Clito y Poseidón respectivamente, ya que sus medidas coinciden con las que se recogen en el diálogo Critias. El centro de la estructura cuadrática se encuentra 500 metros al suroeste del centro de la estructura rectangular, estando ambas en una región de barro denominada ‘Marisma de Hinojos’, dentro del Parque Nacional de Doñana.
El físico concluye su exposición asegurando que existe la posibilidad de que la ciudad y la sociedad de la Atlántida puedan referirse al Tartessos de la Edad de Hierro o a una civilización de la Edad de Bronce asentada en esta misma zona al suroeste de España y agradece a Werner Wickboldt y a Georgeos Díaz-Montexano el haberle mostrados las imágenes de satélite interpretadas como posibles templos.
Efecto en cadena. La publicación del físico alemán en Antiquity fue el detonante de las investigaciones que a partir de 2004 empezaron a proliferar sobre la Atlántica y que partían de la hipótesis de que la Marisma de Hinojos era el corazón de la mítica isla.
Así, en 2005 se puso en marcha el denominado Proyecto ‘Contrastación de la hipótesis de Wickboldt-Kühne’, en el que un equipo de investigadores del CSIC y la Universidad de Huelva tenían como objetivo comprobar sobre el terreno si las formas que se advertían en las imágenes del satélite apuntadas por Werner Wickboldt, Rainer W. Kühne y Georgeos Díaz-Montexano correspondían a un yacimiento arqueológico de importancia tal como la Atlántida o Tartessos.
Los resultados de las pruebas realizadas hasta 2010 no fueron concluyentes según arrojan los informes presentados ante el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Junta de Andalucía, en los que se indica que, si bien no se había podido descartar que las formas geométricas detectadas correspondieran a los vestigios a los que apuntaban Wickboldt y Kühne, sí es probable que dichas formaciones no fueran naturales, sino que en su construcción interviniera la mano del hombre.
Un año después, en 2011, el profesor de la Universidad de Hartford, Connecticut, Richard Freund, lideró un equipo internacional de investigación cuyo trabajo y conclusiones quedaron patentes en el documental Finding Atlantis que elaboró y emitió National Geographic. En él, Freund vuelve a insistir en la idea de que la mítica isla se encontraba en Doñana y que un tsunami que penetró 90 kilómetros tierra adentro la sepultó.
Sin embargo, Freund va más allá y asegura que los supervivientes de esta civilización, aquellos que no fallecieron en el tsunami, se establecieron en el interior de la Península Ibérica, tratando de levantar nuevas ciudades de diseño similar a la Atlántida. Esta teoría se basa en el descubrimiento de una serie de ruinas de estructura particular encontradas en diferentes puntos de la geografía española, las cuales son claves para sustentar esta tesis.
En el documental de National Geographic, y también en el realizado por los jóvenes del IES Pablo Neruda en 2011, se recogen declaraciones del doctor en Historia y arqueólogo subacuático, Claudio Lozano, y el doctor en Geología Juan Antonio Morales, ambos de la Universidad de Huelva. Estos profesionales coinciden en que, tras los estudios realizados, existen evidencias de que en Doñana hubo un asentamiento importante y rico hace unos 6.000 años que fue arrasado por un maremoto, lo cual no significa que esta civilización fuera aquella Atlántida de la que Platón hablaba en sus diálogos.
Sea como fuere, la historia de esta isla continúa estando más viva que nunca más de 2.370 años después de que el filósofo escribiera sobre ella. Si fue una pista, las continuas indagaciones acabarán dando con el paradero del territorio tarde o temprano; si fue, como indican algunas teorías, un recurso literario para hablar de las consecuencias del abuso de poder –el castigo enviado por los dioses en forma de tsunami a los atlantes-, el ejemplo ha traspasado con creces las barreras del tiempo. Una inteligente treta del genio griego.
2 comentarios en «‘¿Mito o realidad? Un cuento de la Atlántida’, un documental onubense sobre la teoría de que la isla pudo estar ubicada en las Marismas de Hinojos»
Yo a mi opinión, también creo y pienso que la Atlántida estaba allí, y que un maremoto la arraso.
Esa es zona de maremoto, se dan muy de tarde en tarde (menos mal), y es muy posible que fuese tal y como lo explicáis.
Yo recuerdo que en el año 1989 en invierno hubo un maremoto frente a la costa de Lepe de considerable fuerza; creo recordar que de unos 6 grados, no paso nada, pero hubo pánico entre la población y miedo ya que fue de madrugada; yo soy vecina de la localidad de Trigueros, y lo recuerdo perfectamente, allí también se sintió y todos nos salimos a la calle.
También soy de la opinión de que un día un maremoto arrasara con la provincia de Huelva y Cádiz; esperemos que pasen muchos años.
Un cordial saludo.
No sé hasta qué punto les puede interesar, pero no estaría nada mal que le echaran un vistazo a «Sumerios en ANdalucia; una revisión a la prehistoria del Mediterráneo». A mí me ha parecido sencillamente brillante, ´¡por fin veo que el mito atlántico sí podría encajar con esta nueva lectura «seria» de nuestro pasado!.
Un saludo y enhorabuena chicos.