José María Segovia. El Papa Francisco dijo:
«Piensen en una madre soltera que va a la Iglesia o a la parroquia, y le dice al secretario: ‘Quiero bautizar a mi hijo’ y el que le atiende le dice: ‘No, no se puede, porque usted no se ha casado…’
Tengamos en cuenta que esta madre tuvo el valor para continuar con un embarazo. ¿Y con qué se encuentra? ¡Con una puerta cerrada!
Y así, si seguimos este camino y con esta actitud, no estamos haciendo bien a la gente, al Pueblo de Dios. Jesús creó los siete sacramentos. Y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral!
Quien se acerca a la Iglesia debe encontrar puertas abiertas y no fiscales de la fe».
El papa Francisco acaba de decir:
«Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas.
Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.
Necesitamos santos que busquen tiempo para rezar cada día y que sepan enamorarse en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.
Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.
Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos».
¡Esos tenemos que ser nosotros!