Ramón Llanes. Cada día tiene un amanecer y un ocaso, una luz y una sombra, un sobresalto y una alegría, un perdón y un agravio, una paz y un conflicto.
Cada día es nuevo y antiguo, es cálido y fresco, es fuerte y débil, es ostentoso y humilde, es mujer y hombre.
Cada día salimos a la puerta para definir el camino, nos adentramos con dignidad hasta llegar a la meta marcada, somos un cuerpo que busca el confort y un alma que aligera los sentimientos. Percibimos, cada día, cómo se mueve el aire sin consultarnos, cómo se agranda la mar sin anunciarlo, cómo viene la lluvia sin presentirlo. Percibimos el malestar, la miseria y el desastre, percibimos la bondad y el amor. Nos hemos acostumbrado al olvido de quien nos olvida y al amor de quien nos ama.
Cuando se acabe la jornada y el ocaso apunte el cierre en nuestros ojos habremos sentido mil sensaciones imposibles de describir pero aún sin tiempo para pensarlas, algún cansancio nos empujará a compartir un sueño para recuperar los amaneceres siguientes y poder encontrarnos de nuevo con la luz, la sombra, la paz, los silencios y la nostalgia. Este tiempo de ahora tiene la sutileza de la Navidad, que para unos es semblanza y para otros pesadumbre; para nosotros, los equiparados a la sencillez, este egregio tiempo se convierte en bolsa de voluntad con abrazos de colores, y endulza la razón.
Algo así es la vida.
1 comentario en «Cada día»
Cada día es cada día. Un día se conoce, otro se decubre, al siguente se valora, …
Y así hasta que uno se percata de que las apariencias engañaron un día. La información no buscada, trajo luz otro día. La reflexión, aportó valores no imaginados.
Días y días. Pero distintos.
No está mal esto de que haya días que te enseñan que hay algo más allá de lo que otro día percibimos.
Sigue así. No sé que me traerá un día no esperado sobre tí.
De momento, es bueno haber decubierto que hay valores que no se percibieron el primer día.
Bien por ti.
Saludos.