Andrés Espuelas (@aespeulas). «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». Bien, al igual que Santo Tomás tuvo que ver los clavos de Jesucristo resucitado para creérselo, la prensa de Huelva tuvo que escuchar al presidente del club, Pablo Comas, en el canal televisivo onubense CNH para decir que el retraso de los impagos a la primera plantilla no es un “hecho noticioso”.
Cinco días de retraso, primera vez que no se paga por anticipado a la plantilla y ningún tipo de queja por parte de los jugadores o trabajador. Para qué, por ejemplo, hacer algún tipo de análisis en profundidad sobre el juego del equipo, o de la figura de Jonathan Valle, al que se echa mucho en falta, o por ejemplo de los canteranos.
No creo que no se haga por la falta de grandes profesionales sino porque hay algo ahí que atrae como un imán e invita al sensacionalismo. Porque parece que está bien el criticar al equipo de Víctor Hugo Mesa quienes, con mucho esfuerzo, están levantando, poquito a poco, a un club que estaba hundido en la miseria económica. Además, un equipo, que presentará unas cuentas a los compromisarios con superávit, algo impensable hace unos años.
Yo, desde mi pequeño atril, doy las gracias por todo lo realizado. Por hacer todo lo posible adelantando los pagos a los jugadores, pese a los momentos de crisis y por volver a ilusionar a una afición que se merece ser de primera.
Muchas gracias presidente.