Mari Paz Díaz. Que el mundo audiovisual onubense está creciendo a pasos agigantados es una afirmación con la que muchas personas del sector estarán de acuerdo. Y es que es raro el día que no conozcamos nuevos proyectos que quieren hacerse un hueco en este ámbito. Propuestas que, en ocasiones, no están realizadas en Huelva. Porque cada vez son más los profesionales onubenses que consiguen dar el salto a las grandes productoras cinematográficas.
Es el caso de Israel Millán, un joven de Zalamea la Real que en el año 2001 decidió marcharse a Madrid para realizar un curso de 3D. Durante las clases se dio cuenta que la carrera de Informática que estaba realizando no era lo suyo, de ahí que, a su regreso a Huelva, decidió buscar un hueco en diferentes empresas y medios de comunicación, como sucedió con Atlántico Televisión y D2 Audiovisuales.
Tras un tiempo alejado de este sector, en 2005 decidió regresar. Lo hizo trabajando en spots publicitarios y videos corporativos. Así estuvo hasta 2007, cuando no dudó en marcharse a Sevilla para crecer profesionalmente. Allí tuvo la oportunidad de trabajar en una empresa dedicada a la postproducción, donde aprendió grafismo mientras participaba en varias campañas de publicidad de amplia difusión, al tiempo que estudiaba el Título de Técnico Superior en Realización de Audiovisuales y Espectáculos.
Y así comenzó todo. No ha sido un camino fácil y en la mayoría de las ocasiones trabaja como freelance, pero tiene la satisfacción de que todo lo ha conseguido por sí mismo, habiendo participado en grandes proyectos, especialmente encargándose de los efectos especiales. Y, en algunos casos, su trabajo ha estado nominado a los Premios Goya.
Fue así como logró alcanzar el sueño de muchos técnicos de la comunicación: trabajar en el cine. Sus inicios en el séptimo arte se produjeron entre finales de 2010 y mediados de 2011, cuando dirigió dos cortometrajes.
Pero, su gran oportunidad no le llegaría hasta unos meses después, cuando en el verano de ese año, la productora ‘La Zanfoña’ de Sevilla lo llamó para que participara en su primera película. Se trató, nada más y nada menos, que de ‘Grupo 7’, de Alberto Domínguez, protagonizada por Antonio de la Torre y Mario Casas, una cinta que ha obtenido numerosos premios, como el Goya al Actor de Reparto y Actor Revelación , además del respaldo del público en las salas.
Según nos cuenta Israel, «Alberto es, posiblemente, el director con las ideas más claras de todos con los que he tenido oportunidad de trabajar, y seguramente el más exigente. Recuerdo una frase que me dijo cuando estábamos haciendo los efectos de ‘Grupo 7’, que he grabado a fuego en mi manera de afrontar el trabajo: “Si tú no te lo crees, entonces no me lo enseñes”. Esa claridad de ideas y esa exigencia, se agradecen mucho. Por otro lado, sabe escuchar cuando tienes cosas que proponer».
Fue una película especial para él, porque «nos permitió disfrutar con el trabajo de convertir la Sevilla de 2011 en la de 1987, que es donde está situada la película, temporalmente hablando. Tuvimos que recrear el aspecto que tenía la calle Torneo en esas fechas, y como en esos años no había tantísimas antenas parabólicas y aires acondicionados como los de ahora, tuvimos que borrarlos todos. La nominación al Goya por los efectos fue un reconocimiento a ese trabajo invisible”.
Corría el mes de agosto de 2011 y, desde entonces hasta la actualidad, «he encadenado 8 películas y 3 cortometrajes para distintas productoras«, nos comenta este joven onubense.
Y eso que no siempre lo ha visto fácil. Por ejemplo, a finales del pasado año se encontró con un panorama pobre de proyectos. A pesar de ello, comenzó 2013 haciendo los efectos visuales del cortometraje ‘Tránsito’ de Macarena Astorga, que acaba de ser preseleccionado para los Goya. Y, acabando el corto, «llegó la noticia de nuestra nominación a los mejores efectos visuales para los Goya por el trabajo que hicimos en ‘Grupo 7′».
Ha sido un reconocimiento que le abrió nuevas puertas, porque, entonces, la productora Atípica Films de Madrid volvió a contar con él para los efectos visuales de ‘La Gran Familia Española’, de Daniel Sánchez Arévalo. También fue muy interesante su participación en este proyecto debido a que «tuvimos que incrustar en todas las pantallas imágenes de la final de la Copa del Mundo de Fútbol. Y, la verdad, es que para mí fue un disfrute enorme revivir el gol de Iniesta, ya que soy muy aficionado a este deporte. Es la prueba de que, a veces, hay momentos duros, pero se disfruta en todos los proyectos».
Su siguiente trabajo ha sido hacerse cargo de los efectos visuales y el etalonaje de una tv movie llamada ‘Cenizas’, dirigida por Llorenç Castanyer, tras la cual le llegó otro trabajo, esta vez los efectos visuales de una película de la productora sevillana Jaleo Films llamada ‘Anochece en la India’, dirigida por Chema Rodríguez.
Entonces tuvo la oportunidad de trabajar en la próxima película de Paco León. Sí, «he estado trabajando hasta mediados de noviembre en la película ‘Carmina y Amén’ de Paco León«, nos explica.
Además, esta cinta ha supuesto su estreno en un ámbito que desconocía hasta ahora: las cámaras de cine digitales, que «gestionan gran cantidad de datos, discos duros en un rodaje. Hay una persona que se encarga de hacer copias de esos datos, prepararlos en versiones de menos resolución” para que sea más fácil de manejar en montaje, etcétera… Suelen hacerlo a veces los DIT (Digital Imaging Technician), que es básicamente un técnico de imagen, o los Data Wranglers, gente que se encarga de procesar los datos que se generan en rodaje. De esta forma, a mí me llegaba diariamente ese material y yo hacía copia de seguridad para exportarlo a menos resolución para que el montador pueda manejarlo en su estación de montaje, sin que el ordenador sufra demasiado«.
En la actualidad, y hasta finales de diciembre, está inmerso en el etalonando de dos películas documentales para una productora malagueña. Y, luego, el próximo mes de enero, se incorporará al equipo de efectos visuales de la película ‘La Isla Mínima’, de Alberto Rodríguez, que se está rodando en estos momentos. Un trabajo que le llevará hasta el mes de mayo.
Como se puede comprobar, hasta el momento, su trabajo en el cine ha sido variado, pero fundamentalmente se ha centrado en la mayoría de los casos en ser el artífice y compositor de los efectos visuales, «donde, a grandes rasgos, lo que hacemos es que todo plano que lleve efectos visuales pasa por nosotros. Por ejemplo, cuando los actores hacen escenas de acción arriesgadas y van sujetos por arneses con cables nosotros los borramos. Otras veces nos toca agregar elementos que son peligrosos para hacerlos de verdad en rodaje, como fuego, o reforzar otros como la lluvia, entre otros».
Otro trabajo que hace es el etalonaje, que tiene dos funciones. De un lado, igualar planos de rodaje en el que pueden haber cambiado las condiciones de luz, o se han rodado en diferentes días y tienen que parecer que se han hecho a la vez, o también hacer que parezca de noche. Y, por otro lado, darle color a la película, «por lo que el espectador muchas veces ve algo muy diferente de lo que se rueda».
Junto a todo, este onubense también tiene tiempo para participar de proyectos relacionados con Huelva, como ha sucedido con el cortometraje ‘Una vez Érase’ de Esteban Magaz. De hecho, uno de sus cortometrajes lo presentó en el Festival de Cine de Islantilla, que dirige el mismo Magaz.
Pero, a pesar de su función ahora se centra en la postproducción, «a mí lo que más me llena es la dirección. Porque después de prácticamente dos años, creo que es el momento de volver a dirigir. Se han dado las condiciones necesarias para volver a hacerlo. Porque mi sueño es seguir creciendo para consolidarme en la dirección, tener la oportunidad de dirigir películas«.
Por este motivo, Millán aplaude iniciativas como la sección ‘Hecho en Huelva’ del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva por la difusión que se hace de los trabajos onubenses, sobre todo, «porque no siempre hay interés por los cortometrajes, que suelen ser el salto natural de un director de cine antes de rodar películas».
En definitiva, un onubense con un gran presente y con mucho futuro, que considera que desde hace unos meses en Huelva hay mucha gente que se está moviendo por hacer su aportación en la gran pantalla «con más voluntad y ganas que medios, pero creo que eso es lo más importante, por lo que estoy seguro de que eso acabará dando sus frutos. Porque Huelva tiene un potencial como plató natural brutal. Tiene luz, clima, costa, sierra…, y no se vende. Así lo percibí cuando rodé mi corto, que ha difundido Huelva por todo el mundo, a pesar de que no conté con ayudas».
Una ilusión por la que está luchando, una apuesta con nombre y apellido.