Ana Rodríguez. Juan José Guil afirma sentirse “afortunado” después de haber visto pasar muy cerca al súper tifón Yolanda (Haiyan), que el 8 de noviembre azotó el centro de Filipinas con devastadores consecuencias. Guil se encontraba en ese momento en El Nido, un pueblo de la región de Palawan, a escasos kilómetros de las zonas que más se han visto afectadas por la catástrofe.
El onubense, fotógrafo y cámara de televisión -profesión que estudió en Madrid, donde además ha formado parte del equipo técnico del programa Fama– llegó a Filipinas a finales de septiembre para, por tercer año consecutivo, practicar en el país asiático su gran pasión, el surf: “aquí tenemos buenas olas y poca gente aficionada a este deporte. He hecho buenos amigos filipinos y me siento como en mi casa, además la cultura es muy parecida a la nuestra. Filipinas fue colonia española y los filipinos son como los latinos asiáticos. Me gusta este país”.
Su opinión no ha cambiado a pesar de lo vivido. Tras un mes y medio en la zona, el onubense se ha visto sorprendido por la llegada de Haiyan, este impresionante fenómeno natural del que se ha librado por los pelos. “Donde estoy no ha sucedido nada, y eso que el tifón pasó por nuestras cabezas, pero este lugar está resguardado por montañas y eso nos ha salvado… Al norte de donde me encuentro está la isla de Coron y Busuangga, a sólo ocho horas en bote (menos de 200 kilómetros), y a ellas sí que les ha afectado de lleno”, afirma el onubense.
Además, la suerte ha acompañado a este joven de 31 años en todo momento, puesto que sólo un día antes de la llegada del tifón a Filipinas, Guil se hallaba en Siargao, una isla a la misma altura que las desafortunadas Leyte y Cebú, y que abandonó justo a tiempo para trasladarse a El Nido.
Cuando pasó Yolanda “no me preocupé mucho, ya que la gente a mi alrededor estaba tranquila”, recuerda Guil, y añade “pasé la noche del tifón en casa. Por supuesto, me asusté un poco con el viento y la lluvia, pero tenía gente cerca que estaba relajada, así que eso me quitó tensión”.
Cabe destacar que en Filipinas la temporada de tifones empieza sobre el mes de junio y concluye en noviembre, estando los nativos acostumbrados a soportar todos los años entre 15 y 20 de estos fenómenos, aunque Yolanda es ya el vigésimo cuarto tifón que ha llegado al país asiático este 2013.
En Huelva, la familia de Juan José no vivió aquel día de la misma manera. Su hermana, Sara Guil, indica que, en aquellos momentos “estábamos completamente desconcertados porque no sabíamos en qué punto de Filipinas se encontraba Juanjo. Fue al cabo de dos días cuando nos dijeron que había estado en Siargao pero que justo un día antes de que pasara el tifón se había ido a El Nido”. La joven afirma que se quedaron sin electricidad en la isla “y no podíamos hablar con mi hermano, que estaba encerrado en una casa con las ventanas tapadas con tablones”.
La familia Guil se puso en contacto con el Consulado filipino en Madrid, así como con diversos periodistas, que les informó de cuál era la situación en la zona y de la falta total de comunicación entre las islas, desconociendo unas lo que había acontecido en las otras.
Ahora los Guil están más aliviados al saber que Juan José está vivo y a salvo aunque, como destaca su hermana, “no hemos podido hablar con él por teléfono, sólo a través de mensajes por Internet, y estamos intranquilos porque desconocemos las condiciones en las que se encuentra, si tiene agua, comida… Además, las noticias siempre te muestran lo peor y tú intentas tranquilizarte pensando que no todo el mundo está igual, que hay zonas que no se han visto afectadas y que la gente está bien”.
A este respecto, José Luis Guil ha informado a Huelva Buenas Noticias de que “los mercados están bajo mínimos, ya que la gente compra en masa, pero el agua donde yo me encuentro es abundante y tenemos arroz y pescado, así que no tenemos problemas”, confirma optimista.
A pesar de la suerte que ha tenido este onubense, el joven reconoce que “son muchas las islas, pueblos y ciudades afectadas. La gente aquí no tiene mucho dinero ni muchos medios para ayudar, pero sí que están muy preocupados. Sé que otros países están echando una mano, han mandado dinero y están llegando muchos voluntarios de todo el mundo”. Asimismo, en su opinión “lo primordial es el agua y la comida, levantar las escuelas y crear refugios para la gente que está en la calle y que ha perdido lo poco que tenía”.
En este sentido, Sara Guil ha querido hacer un llamamiento a la solidaridad y una reflexión: “nunca se sabe si algún día nosotros nos veremos en la situación en la que hoy se encuentran los filipinos, en la calle, sin comida, sin techo… Por eso toda ayuda es poca”.
Como es normal, el deseo de la familia de Juan José es que éste regrese cuanto antes, rompiendo sus planes iniciales que eran quedarse hasta la próxima primavera en Asia y luego volver de cara al verano para incorporarse a la plantilla de El Mosquito de Punta Umbría. Sin embargo, el transporte aéreo ahora mismo es inviable, supeditando a éste y a la voluntad del propio implicado su fecha de retorno.
A pesar de todo, parece que el susto ha pasado y que el onubense, hasta que se restablezcan las comunicaciones, seguirá informando de su estado a amigos y familiares a través de las redes sociales, dejando mensajes tranquilizadores en los que hace patente que, a pesar de las circunstancias, no ha olvidado a su Huelva ni ha perdido el buen humor.
Colabora. Como ha apuntado Guid, los damnificados necesitan toda la ayuda posible para cubrir las necesidades básicas de los supervivientes. Además de las instituciones oficiales, hay varias ONG que ya se han puesto manos a la obra. Aquí te indicamos algunas de ellas, así como los enlaces a las páginas en las que puedes informarte de cómo hacer tu donativo: Intermón Oxfam; Acción contra el Hambre; Unicef; Médicos Sin Fronteras; Cruz Roja; Manos Unidas e InterRed. ¡No lo pienses más y colabora!
1 comentario en «El tifón Yolanda sorprende al onubense Juan José Guil en Filipinas cuando se encontraba en este país practicando surf»
Magnífico reportaje, Ana.