Elisabeth Méndez. Huelva es una tierra muy rica en espacios naturales y una de las ciudades más cálidas de Europa, con una media de temperatura anual de 17,7ºC y recibiendo al año casi tres mil horas de sol, según informaciones de la web oficial de turismo de Andalucía.
Todo ello la convierte en una tierra ideal para desarrollarse como ‘ciudad sostenible’, un concepto muy de moda en los últimos años debido a la creciente preocupación por el medio ambiente y por la salud de las personas, y que se basa principalmente en emplear al máximo las energías que la naturaleza pone a nuestra disposición, como es por ejemplo la luz del sol, un elemento muy abundante en nuestra provincia.
En este sentido, para conocer de cerca las posibilidades de los nuevos modelos energéticos que se basan en las riquezas que ofrece el medio natural, y que permiten hacer nuestra ciudad más sostenibles a través de una arquitectura adecuada para ello, Huelva Buenas Noticias ha conversado con el doctor en Física por la Universidad de Sevilla, Valeriano Ruiz, quien es además investigador en sistemas solares y energía solar termoeléctrica e impulsor del Máster ‘Cita con la Ciudad Sostenible. Nuevos modelos energéticos, arquitectura bioclimática y espacio urbano habitable’, dirigido por la profesora María López y que se imparte en la sede rabideña de la Unia.
-Valeriano, ¿cómo puede ser una ciudad sostenible?
– Desde el punto de vista de la energía es sencillo conceptualmente y difícil de conseguir. Se trata de utilizar al máximo las energías que la naturaleza pone a nuestra disposición. Emplear al máximo la luz natural, manejar de forma inteligente el calor o el frío ambiental, calentar el agua y los espacios aprovechando la energía solar y la biomasa, producir la electricidad que necesitamos con módulos fotovoltaicos y, sobre todo, consumir lo justamente necesario y no despilfarrar las energías disponibles.
– ¿Qué es la arquitectura bioclimática?
– Es una arquitectura que tiene en cuenta las condiciones ambientales, como la luz y la energía del sol, la radiación infrarroja para enfriar y los vientos. Fundamentalmente, y mediante el diseño y la construcción, controla los intercambios energéticos en el ámbito de aislamientos, inercia térmica de los edificios y el intercambio de radiación solar por las ventanas.
– ¿Cuáles son sus ventajas?
– Sobre todo mejorar las condiciones energéticas y de confort de los edificios y optimizar la factura energética.
– ¿Es viable en una ciudad como Huelva?
– Por supuesto. Huelva reúne unas muy buenas condiciones ambientales. Tiene un alto nivel de radiación solar, vientos suaves y bastante previsibles, además de una temperatura ambiente adecuada.
– ¿Qué medidas se llevan a cabo para aplicar la sostenibilidad a la edificación?
– Básicamente la aplicación del Código Técnico de la Edificación que obliga a calentar el agua con energía solar y a mantener unos niveles de aislamiento térmico suficientes. Una medida que muchos usuarios y algunos arquitectos no tienen muy en cuenta es el control de la radiación solar mediante las ventanas, como hacían nuestros abuelos. Se trata de dejar entrar el sol en nuestras casas en el invierno e impedirlo en el verano; algo tan sencillo como persianas opacas por fuera del vidrio de las ventanas y no por dentro.
– ¿Y es Huelva una provincia apta para convertirse en ciudad sostenible?
– Sin duda y todos los habitantes de la provincia lo saben. Tienen sol, abundancia de biomasa que se puede emplear para calefacción y refrigeración. Tanto su condición meteorológica como su ubicación son las más adecuadas.
– ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes con los que cuenta?
– La ventaja es sobre todo que dispone de fuentes energéticas naturales en abundancia. El inconveniente principal es la falta de concienciación ambiental de los habitantes, igual que en otras provincias españolas.
– ¿Y a qué nos referimos cuando hablamos de huella ecológica de las ciudades?
– Desde el punto de vista energético sería el territorio necesario para producir la energía artificial que emplean los habitantes de esa ciudad, es decir, la electricidad y combustibles. Lamentablemente los ecólogos hacen un cálculo claramente incorrecto suponiendo que es el territorio necesario para producir biomasa y a partir de ella obtener la electricidad y los combustibles. Dado que el rendimiento energético de estos procesos es muy bajo, inferior al 1 por ciento, ‘sale’ un terreno necesario muy grande. En realidad esa energía se puede producir –por ejemplo- a partir de módulos fotovoltaicos, centrales termosolares, generadores eólicos o marinos con mayores rendimientos energéticos con lo cual se necesita mucho menos terreno. En concreto la electricidad y el calentamiento de agua necesaria para una ciudad como Huelva se puede obtener simplemente utilizando una parte de los tejados de los edificios.
– Centrándonos en el máster ‘Cita con la Ciudad Sostenible’ que se imparte en la sede rabideña de la Unia y en el que usted participa, ¿Cuáles son sus objetivos?
– Contribuir a la formación de técnicos iberoamericanos de alto nivel en el sector en los temas energéticos y ambientales para que puedan aplicarlos en sus países. Por ellos, la maestría se dirige a arquitectos e ingenieros de los países hermanos de América, con la inclusión de algunos españoles que sirven, además, para facilitarles a los americanos su estancia entre nosotros.
– ¿Y cuáles son las aportaciones de esta formación de cara al futuro?
– Sobre todo he comprobado, después de 14 versiones de la maestría, que lo que más les queda es la concienciación de que hay que hacer una arquitectura más consciente desde el punto de vista de la energía. Por supuesto los conocimientos científicos y técnicos les son de mucha utilidad práctica en el ejercicio de su profesión. Es obvio que se llevan mucha documentación profesional específica.
