RFB. Nada menos que 61 buques de vapor atracados o fondeados a la vez en la ría de Huelva. Ese record de mercantes operando a la vez, que tuvo lugar el 15 de diciembre de 1905, en el puerto onubense no creemos que se haya superado desde entonces. Cuesta trabajo imaginarlo. Las fotos antiguas que podemos ver con mucha animación de las instalaciones portuarias nos muestran diez, quince, veinte, a lo más treinta, buques mercantes que simultáneamente cargaran, descargaran o esperasen para hacerlo en los muelles y fondeaderos del importante abrigo portuario onubense.
Debió ser un verdadero espectáculo. Y la razón la desconocemos aunque somos conscientes de que esa primera década del siglo XX supuso un extraordinario tráfico para el puerto. Como es sabido también, el motor principal de actividad en el mismo era la minería. Hemos conseguido identificar a 51 de los 61 vapores que se encontraban ese día en Huelva, y de ellos una abrumadora mayoría lo hacían para cargar mineral en los muelles de las Cías. de Rio Tinto y Tharsis y del Muelle Sur estatal.
También, muy en menor medida, llegaron esos días barcos para descargar mercancías de carácter general y algunas singulares, como madera, plomo y, sobre todo, carbón. Imaginamos el impacto de esos 61 buques a vapor en el puerto para la ciudad. Más de 1.200 tripulantes por la pequeña urbe, que en aquellos tiempos contaría con unos veinte mil habitantes, debía suponer que te encontrases en cualquier taberna o esquina a un guiri, que en aquellos tiempos menos globalizados no dejaba de ser algo singular.
En cuanto a nacionalidades, con nuestros datos en esa enorme concentración de buques había nueve banderas diferentes. Española, alemana, danesa, italiana, francesa, sueca, inglesa, noruega y holandesa. Y, como es de imaginar, también una llamativa mayoría correspondían a vapores británicos, 24 de los 51 que hemos identificado. Les seguían los alemanes -8-, y los españoles -7-. Algunos de los barcos que estaban aquí ese lejano día de 1905 eran muy asiduos al puerto de Huelva, como los británicos Baron Kelvin y James Westoll, los españoles Cabo Quejo y Cabañal, o los alemanes Emil R. Retzlaff y Tanger.
Los consignatarios onubenses que tenían ese día más barcos gestionados, entre trece que contaban con alguno, eran la Rio Tinto Company -14-, Salabelle -6-, Luis Birchall -4- y Luis Clauss -3-. Después de ese histórico 15 de diciembre de 1905 la vida siguió, y los destinos más lejanos a los que zarparían algunos de esos buques estaban en la costa norteamericana, Baltimore -2 buques-, Charlestón y Filadelfia. La mayoría, no obstante, irían a los puertos europeos de Rotterdam, Amberes, Liverpool y Glasgow. Y ocho de esos buques tendrían al poco tiempo un final indeseado, perdidos como producto de colisiones, torpedos, incendios o encallamientos, en el periodo 1914-1920. En concreto el sueco Jane, los alemanes Horta y Sines, los ingleses Coventry, George Fisher, Euterpe y Mountpark, y el francés Druentia.
Puerto de Huelva, buques a vapor 1905.
