Francisco José Márquez, un doctorando en la Universidad de Lund que ha llevado el flamenco del Sur hasta Suecia

Conduciendo una moto de nieve en Örnsköldsvik.
Conduciendo una moto de nieve en Örnsköldsvik.
Francisco José Márquez, descansando durante una boda en Smaland.
Francisco José Márquez, descansando durante una boda en Smaland.

Ana Rodríguez. Francisco José Márquez Fernández, Fran para los amigos, es un onubense que lleva seis años viviendo en la ciudad sueca de Lund, en cuya Universidad está sacándose el doctorado en Ingeniería Electrónica a la par que impartiendo clases. Pero su actividad norteña no se circunscribe sólo a lo académico, puesto que el joven tiene un grupo de flamenco en Suecia que además está a punto de estrenar un nuevo espectáculo llamado ‘Flamenco del Sur’.

Conduciendo una moto de nieve en Örnsköldsvik.
Conduciendo una moto de nieve en Örnsköldsvik.

Fran Márquez nació en Huelva, aunque se crió en Ayamonte, donde vivió hasta los 17 años. En el colegio Moreno y Chacón de la localidad costera estudió EGB y luego cursó hasta tercero de BUP en el IES Guadiana. Con 18 años hizo las maletas para trasladarse a Sevilla, donde terminó COU y más tarde se matriculó en Ingeniería Industrial, en la especialidad de Electrónica. La “aventura sueca” del onubense, como él mismo indica, comenzó el último año de carrera, cuando le concedieron una beca Erasmus en Estocolmo.



La catedral de Lund.
La catedral de Lund.

En la capital sueca pasó un año y medio y después regresó a Sevilla, donde tras otro año y medio trabajando en la empresa GreenPower –una spin-off de la Universidad Hispalense enfocada al desarrollo de tecnología para el uso de energías renovables-, en la que previamente había hecho prácticas durante la carrera, tomó la decisión de volver a Suecia.

– ¿Cómo acabó en Suecia, concretamente en Lund?
– Lund es una ciudad universitaria pequeñita, de unos 70.000 habitantes, al sur del país, muy linda y a sólo 50 minutos del centro de Copenhague en tren. Cuando decidí hacer el doctorado, fueron varias las razones que me llevaron a considerar Suecia como destino. Quizás la más importante fue la forma en la que se trabaja en la Universidad, la relación mucho más cercana y menos jerarquizada con los profesores, y la mayor libertad a la hora de decidir sobre tu investigación. Luego también, las condiciones económicas eran bastante mejores en Suecia, y eso también ayudó a que eligiera Suecia como destino, hace ya seis años.


Puerto de Huelva

Fran Márquez trabaja en la Universidad de Lund.
Fran Márquez trabaja en la Universidad de Lund.

– ¿Cuál es su actividad allí?
– Trabajo en el departamento de Ingeniería Eléctrica y Automatización de la Universidad de Lund. Como doctorando, además de estudiar un número de créditos y de trabajar en mi propio proyecto de investigación, tengo que dedicar el 20% de mi tiempo a labores de departamento, que en mi caso consisten en dar clases. La educación universitaria sueca es muy práctica, así que ¡es muy divertido estar con los alumnos en el laboratorio de electrónica o de mecatrónica ‘jugando’ con los equipos reales!

El onubense en un hotel de hielo en Laponia.
El onubense en un hotel de hielo en Laponia.

– ¿Cómo empezó su actividad en la Universidad?
– Bueno… de mi estancia de Erasmus conocía tanto la Universidad de Lund como al profesor que ahora es mi supervisor, porque había hecho aquí una asignatura, así que cuando vi que ofertaban una plaza para hacer el doctorado sobre vehículos eléctricos no me lo pensé y la solicité. Me invitaron a la Universidad para hacer una entrevista personal y a los tres meses ya estaba instalado por aquí.

En un trineo tirado por huskies en Laponia.
En un trineo tirado por huskies en Laponia.

– ¿Cómo es su vida allí?
– La vida por aquí es bastante tranquila. Los suecos son gente amigable y simpática, y muy muy organizada, así que no suele haber muchas sorpresas. Lund es una ciudad de estudiantes, por lo que hay siempre bastantes eventos. Sin embargo, la mayoría de ellos están orientados a los estudiantes de Grado, de entre 18 y 25 años, y a veces puede volverse algo aburrida para alguien un poco más mayor, aunque siempre puedes coger el tren a Malmö o Copenhague, que están a un tiro de piedra.

– ¿Tiene alguna otra dedicación?
– ¡Claro! Desde siempre he hecho música, primero en Ayamonte y luego en Sevilla. Cuando me vine aquí me puse a buscar gente que quisiera formar una banda. En principio pensaba hacer algo más pop – rock, que es la música que nos llega a España desde Suecia, pero por cosas de la vida acabé conociendo a unos enamorados del flamenco, y casi sin darme cuenta, ¡me vi tocando y cantando como en casa! Ahora mismo tenemos un proyecto que se llama Flamenco del Sur, que estrenamos en junio y en el que hacemos un espectáculo íntimo, en el que ‘invitamos’ al público nórdico al salón de una casa andaluza, a escuchar y a sentir un poquito del sabor del Sur. ¡Os dejo el enlace por si queréis apuntaros! 

Márquez con su grupo flamenco.
Márquez con su grupo flamenco.

Además, otra de mis grandes pasiones es viajar y Lund está muy cerquita de Europa, tan solo a unas pocas horas de ciudades increíbles como Berlín, Praga, Budapest… Cada verano me gusta coger la furgoneta y descubrir lugares nuevos y ¡durante estos seis años he tenido la oportunidad de visitar desde Laponia hasta Sarajevo!

– ¿Está bien ahora?
– Sí, soy feliz. Está claro que hay cosas que se echan de menos inevitablemente. Para mí, lo más difícil no ha sido el frío, ni la falta de luz durante el invierno, sino más bien la diferencia en la forma de socializar y relacionarse.

El onubense indica que éste es su restaurante habitual en invierno.
El onubense indica que éste es su restaurante habitual en invierno.

– ¿Desea volver a España (algún día)?
– El tema de volver a España es delicado. Por supuesto que me gustaría volver algún día, pero no a cualquier precio, y de momento, el precio de volver me parece demasiado caro. Y ya no hablo de «la crisis», ni de los distintos casos de corrupción, sino como investigador, de las políticas de educación e investigación del Gobierno. A día de hoy, por parte de las instituciones, en España ni se cuida, ni se valora, ni se respeta a los investigadores. Después de seis años fuera, mi impresión es que no existe conciencia de futuro en España. La investigación es una inversión a largo plazo, que ha demostrado ser muy fructífera, pero parece ser que todo lo que no sea rentable dentro del periodo electoral no es interesante. Y si ese planteamiento tan limitado no cambia, volveremos a ser la mano de obra barata de los que piensan.

Midsommar o fiesta de San Juan.
Midsommar o fiesta de San Juan.

– ¿Y los suecos, cómo son?
– Los suecos son gente muy amable y respetuosa, siempre dispuestos a ayudar. Lo que más me gusta de la sociedad sueca es su sentido de la justicia. Salvo excepciones, no existe la picaresca. La gente hace las cosas bien, como decimos en Huelva «como Dios manda», sin engañar a nadie y sin buscar la forma de beneficiarse. En ese sentido hay mucho más respeto y educación cívica que en España.
Por otro lado, son bastante más fríos, y cuesta mucho hacer amigos. Existe una barrera que separa la parte laboral o social de la parte personal y es difícil traspasarla. Como ejemplo, yo llevo trabajando seis años en el mismo sitio y hay algún compañero del que ni siquiera sé si está casado o no. ¡Todo no podía ser bueno!

Vista de las auroras boreales en Kiruna.
Vista de las auroras boreales en Kiruna.

– ¿Qué le ha sorprendido de Suecia?
– Lo primero que me llamó la atención al llegar a Suecia la primera vez fue ¡lo fría que salía el agua del grifo en pleno agosto! Recuerdo que iba con un amigo malagueño y los dos salimos del baño del aeropuerto comentándolo.
Aparte de eso, pues me encanta la naturaleza y la relación de los suecos con ella. Salen mucho al campo y lo disfrutan mucho más que nosotros. También me llamó mucho la atención cómo aprovechaban mucho los días que hace buen tiempo. Nosotros que estamos acostumbrados al sol no lo valoramos, en cambio nos molestan los días nublados o con lluvia. Aquí es al revés. Un día nublado o lluvioso es normal, pero cuando sale el sol hay que aprovechar, salir a pasear, al campo, a tomar algo… ¡no se puede desperdiciar!

Pirulito de San Juan.
Pirulito de San Juan.

– ¿Ha aprendido sueco?
– Los suecos hablan inglés muy bien, porque la mayor parte de los programas de televisión sólo están subtitulados y como yo hablaba inglés, pues ha sido muy fácil vivir aquí. En cambio, para poder comprender bien a la sociedad y poder integrarte realmente, ayuda hablar sueco. Yo estudié un año de sueco en Estocolmo y luego he ido practicando aquí, aunque para trabajar y para dar clases sigo prefiriendo el inglés.

– ¿Y el clima? ¿Se ha acomodado bien?
– Los suecos dicen que no hay mal tiempo, sino ropa inadecuada. Lo más duro no es el frío sino la falta de luz en invierno, cuando amanece alrededor de las 9.00 horas, y a las 15.30 horas ya es de noche. A mí, siendo de Huelva, cada año me sorprende la nieve y siempre me hace ilusión la primera vez que nieva. Luego ya se vuelve un poco más incómoda…

– ¿Echa de menos su tierra? ¿Qué es lo que más añora?
– ¡Claro que se echa de menos! Si tuviera que nombrar algo… las coquinas de mi madre, el jamoncito y las gambas, Isla Canela tanto en verano como en invierno, los botellines de Cruzcampo fresquitos, irme a tocar la guitarra al parque (cualquiera lo hace aquí con el frío que hace, ¡se te caen las manos!)…

Los suecos dicen que no hay mal tiempo sino ropa inadecuada.
Los suecos dicen que no hay mal tiempo sino ropa inadecuada.

– Un mensaje para animar a sus paisanos a que le hagan una visita…
– Hombre… ahora que viene el invierno es una oportunidad magnífica de venir (pasando previamente por una tienda de ropa de abrigo). Para alguien como yo, que pensaba que en Sevilla en invierno hacía frío, descubrir un invierno nórdico fue toda una experiencia. Tuvo que ser para vernos la primera vez que nevó, todos los andaluces jugando a las guerras de bolas de nieve como si fuéramos chiquillos. Además, el invierno es una época del año especial para los suecos, celebran Santa Lucía, y luego tienen todos los mercados callejeros de Navidad, con sus dulces típicos y su Glögg (vino caliente con especias). Unos buenos guantes, una bufanda y un gorrito… ¡Animaos!

2 comentarios en «Francisco José Márquez, un doctorando en la Universidad de Lund que ha llevado el flamenco del Sur hasta Suecia»

  1. Es todo un orgullo haber estudiado con él en el instituto. Felicidades Fran, este es sólo el principio de una vida llena de éxitos en todos los campos que abarcas, que no son pocos!!

  2. Frannn!!!! Qué alegría ver noticias como ésta!! Sentando «cátedra» (y nunk mejor dicho!) No podía ser de otra manera!! Enhorabuena y felicidades por tanto esfuerzo! La recompensa empieza a vislumbrarse…Un abrazo

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