J.A. de Mora. En la entrega de Medallas de la Provincia de Huelva, más allá del natural protagonismo por sus merecimientos a los homenajeados, suyacía un detalle a destacar. De alguna forma, y probablemente sin pretenderlo, el premiado que tomó la palabra en representación de los reconocidos, Rafael Romero, estaba describiendo un escenario que se ajustaba a la esencia de este detalle que nos llamó la atención.
Romero, presidente del RC Recreativo de Tenis y que por cierto hizó una gran intervención hilando un discurso que sorprendió a los presentes en el Teatro Puerta del Andévalo de Valverde del Camino, aludió a que los premios, todos y cada uno, tenían un significado especial en un contexto indeseado. Esta realidad actual que domina penosamente nuestra sociedad, con origen político, es la polarización. Rafael Romero dijo que esta palabra era el concepto más utilizado en los medios de comunicación en el año anterior.
El presidente del Tenis fue destacando la distancia de la polarización, la antipolarización, de cada una de las medallas:
José Luis Ruíz
Smurfit Westrock
Copa del Rey de Tenis
Lucas Macías Navarro
Escuela Ayamontina de Pintura
Riotinto Balompié
y Antonio Rodríguez Barrera, Antoñito el Tiesto.
El detalle
Rememorando ediciones anteriores de la entrega de medallas de la provincia de Huelva en las que la Diputación saliese para ello de sus instalaciones o de la capital, observamos el detalle. Diez años atrás, en 2014, la gala tuvo lugar en Nerva, donde entonces era alcalde Domingo Domínguez. Siguieron en la ‘externalización’ Almonte, Punta Umbría y Ayamonte en las corporaciones anteriores a la actual. En esas tres localidades también gobernaban alcaldes del mismo partido que lo hacía entonces en la Diputación Provincial.
¿Que ha sucedido este jueves? Pues que la gala se ha celebrado en una localidad gobernada por el partido adversario al que lo hace en la Diputación Provincial. La alcaldesa, Syra Senra, es de signo político contrario a del presidente de la Diputación, David Toscano. Y no pasa nada, como debe de ser.
Un notable ejemplo de que cuando se tiene voluntad puede imperar el sentido institucional y la cortesía que, al fin y al cabo -quitando a los holligans de uno y otro lado- es lo que prefiere la mayoría de este país, de esta provincia, tan cansada de pérdidas de energías en gresca política. La idea de que el que gobierna lo hace para todos, no solo para los que le votan, y más allá de que responda a un legítimo programa electoral concreto.
En esa línea la reciente creación del Consejo de Alcaldías es una muestra más de que algunas cosas están cambiando. La participación de la práctica totalidad de alcaldes y alcaldesas de la provincia en este órgano, siendo precisamente la mayoría de estos, 50, de signo político diferente al del gobierno provincial, es claro indicativo de ese talante cambiante. Esperemos que este nuevo escenario ayude a que, todos a una, pueda avanzarse en una provincia tan necesitada de ello.
Detalle, medallas provincia Huelva.