Redacción. En la mañana del pasado sábado, 26 de octubre, una treintena de voluntarios medioambientales han llevado a cabo la limpieza de la playa del Asperillo, en el Parque Natural de Doñana. Los voluntarios, repartidos en tres zonas de la playa, han conseguido retirar un total de 3.920 kilos de residuos que invadían este precioso paraje natural de la Costa de la Luz.
El grupo ha estado formado por voluntarios llegados desde distintas zonas de la península, miembros de diversas asociaciones medioambientales, como Mi Pueblo Limpio, de Cantabria; Colina, de Granada; y las onubenses Parque Dunar Matalascañas y Okplanet Huelva. Asimismo, han participado una buena representación de personas particulares que han acudido desde distintos puntos de las provincias de Huelva y Sevilla.
La actividad ha sido organizada por el activista medioambiental Quique Bolsitas, en colaboración con el Ayuntamiento de Almonte que, siempre con buena disposición hacia este tipo de acciones, ha prestado todo el apoyo logístico de transporte y avituallamiento para los voluntarios.
Quique Bolsitas es Enrique Herrero, un profesor de Educación Física de Gerena que lleva 10 años moviendo a la gente para recoger basura. Está especialmente vinculado con nuestro territorio porque su mujer es profesora de Lengua en Mazagón.
La Playa del Asperillo es un lugar natural único y muy valorado por su belleza y su entorno protegido. No podemos perder de vista que, formando parte del área de Doñana, se encuentra en un espacio natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se caracteriza por:
Acantilados de arena. Uno de los rasgos más destacados de esta playa son sus acantilados de arena, conocidos como «Acantilados del Asperillo». Con más de 100 metros de altura, estos acantilados están formados por arenas doradas y arcillas, lo que le da un aspecto escarpado y único. Están protegidos como Monumento Natural debido a su valor geológico y paisajístico.
Entorno natural protegido. Al encontrarse dentro del Espacio Natural de Doñana, la playa y sus alrededores están sujetos a estrictas normas de conservación para preservar su biodiversidad. Esto hace que la playa deba tener un ambiente muy bien cuidado, con vegetación autóctona como pinos, sabinas y matorral costero.
Acceso y tranquilidad. Esta playa es de difícil acceso, lo que limita la cantidad de visitantes y permite que mantenga un ambiente más natural y aislado. El acceso es a pie por senderos que cruzan dunas y pinares. Ello requiere algo de esfuerzo pero recompensa a los visitantes con paisajes impresionantes y un entorno casi virgen.
Paisajes y vistas. Desde los acantilados se pueden apreciar vistas panorámicas al océano Atlántico, especialmente hermosas durante el atardecer. El contraste entre el color dorado de los acantilados, el verde de la vegetación y el azul del mar hace de este lugar un sitio espectacular para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Biodiversidad. La zona alberga una rica biodiversidad tanto de flora como de fauna. Es común ver aves, algunas de ellas especies migratorias que encuentran en Doñana un lugar de descanso. También se pueden observar diferentes tipos de insectos, reptiles y pequeños mamíferos.
Un tesoro de elementos donde, sin ninguna duda, la basura esta fuera de lugar. Así lo entiende Quique Bolsitas y la gente que, generosamente ha venido de distintos lugares para dejar su limpia huella.