Bután, un pequeño reino enclavado entre dos gigantes como China e India en la cordillera del Himalaya, ha sorprendido al mundo al emerger como un nuevo foco de actividad en el ámbito de las criptomonedas. Conocido tradicionalmente por sus paisajes impresionantes, su rica cultura budista y su enfoque único en medir la felicidad nacional en lugar del crecimiento económico convencional, este país está ganando relevancia por un motivo inesperado: su creciente implicación en el mercado de criptodivisas y en especial en el interés que tiene su Estado en las búsquedas sobre bitcoin precio.
Recientemente, se ha dado a conocer que Druk Holdings, el brazo inversor del gobierno butanés, posee un número considerable de bitcoins: 13.011 unidades. A los precios actuales, dicha cantidad está valorada en aproximadamente un 780 millones de dólares, lo que equivale a una asombrosa cifra de 1.000 dólares por ciudadano. Teniendo en cuenta que la población del reino se acerca a los 800.000, es una cifra especialmente alta.
El origen de esta significativa reserva de criptomonedas está en las operaciones de minado de bitcoin que el Estado, a través de su empresa asociada, ha llevado a cabo. Este pequeño Estado tomó la decisión de adoptar un enfoque proactivo y aprovechar su infraestructura hidroeléctrica para minar bitcoins. La energía hidroeléctrica de Bután es una de sus mayores fortalezas y ha sido clave para sostener las operaciones de minería de criptomonedas. El país produce energía limpia, abundante y a bajo coste, lo que lo convierte en un lugar ideal para este tipo de actividades. Algunas de sus instalaciones, inicialmente previstas para otros usos, se han convertido ahora en minerías que funcionan sin descanso las 24 horas del día.
El cuarto país del mundo
Desde principios de 2023, esta actividad ha experimentado un auge notable en Bután. De hecho, el país se ha convertido en el cuarto mayor poseedor de bitcoins a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos, China y el Reino Unido.Este crecimiento ha llamado la atención de inversores y observadores globales, especialmente porque las autoridades butanesas habían mantenido en gran parte en secreto su participación en el sector de las criptomonedas. La información sobre la relación de este país con las divisas electrónicas era una incógnita, hasta que unas imágenes satelitales revelaron la ubicación de sus instalaciones mineras. Además de bitcoin, Bután tiene inversiones en otras divisas, ya que posee aproximadamente 35 millones de dólares en ethereum, así como pequeñas cantidades en tokens como BNB, de Binance, y en la plataforma blockchain Polygon.
El interés de Bután en las criptomonedas no se limita a un modelo concreto. En 2023, Druk Holdings alcanzó un acuerdo con una compaía de Singapur para buscar inversores que aportaran capital para desarrollar proyectos de criptominería verde. Este tipo de minería, que utiliza fuentes de energía renovable y sostenibles, como la hidroeléctrica, encaja perfectamente con las capacidades energéticas de Bután. La infraestructura hidroeléctrica del país no solo le ha permitido impulsar su minería de criptomonedas, sino que le ha dado una ventaja competitiva frente a otros países que dependen de fuentes de energía más caras o con un mayor impacto medioambiental. La capacidad para saber llevar a cabo esta industria es otra de las claves del buen funcionamiento, en este caso.
Opinión favorable y crecimiento del PIB
El impacto de esta incursión en el mundo de las criptomonedas no se limita al sector financiero. En términos de percepción pública, un estudio reciente reveló que más del 90% de los butaneses encuestados está familiarizado con este producto y que la mayoría tiene una opinión positiva sobre su adopción. Este apoyo local es un factor importante, ya que sugiere que la estrategia del gobierno para diversificar la economía está alineada con las expectativas de la población.
Más allá de las criptos, la estrategia de inversión es ambiciosa y abarca diversas áreas. El brazo inversor estatal de Bután está involucrado en proyectos relacionados con infraestructura, energía, tecnologías emergentes como los drones y los centros de datos, así como en la minería de recursos físicos como el magnesio y el grafeno. Estos esfuerzos de diversificación parecen estar dando frutos, ya que la previsión es que la economía de Bután crezca un 4,4% en 2024 y este porcentaje aumente hasta un 7% en 2025.
Bután está demostrando ser un ejemplo único de cómo un pequeño país, aparentemente aislado y enfocado en la sostenibilidad y que puede encontrar en las criptomonedas una vía para fortalecer su economía y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La combinación de su capacidad hidroeléctrica, la voluntad política y el interés local por la tecnología blockchain ha permitido al país posicionarse como un jugador relevante en este mercado. Es un desafío a las expectativas la demostración de que, incluso en un rincón remoto del mundo, la innovación y la tecnología pueden prosperar.
