RFB. La espectacularidad del Muelle de Riotinto del puerto onubense se une a lo singular de su construcción, tanto desde el punto de vista técnico como meramente estético. Es un símbolo de la historia de esta provincia desde el último cuarto del siglo XIX. Aunque hoy en día esté más ‘escondido’ al recrecer la ría con un paseo que nunca tuvo al propio muelle como protagonista, lo que no entendemos, no deja de producir admiración para propios y extraños. Y como un BIC único, sigue ahí altivo, a pesar de todo. Siendo consciente de que en España y, probablemente, en el propio Reino Unido, no haya una edificación industrial marítima tan imponente como la suya. Y esto lo decimos con permiso de también magnífico muelle de la Cía. de Tharsis, que disfrutamos (o esperamos disfrutar) en Huelva.
Pero en nuestro país si hay un muelle que tiene un cierto paralelismo con el de la RTCL, el antiguo ‘Cable Inglés‘ de Almería, del que nuestros hermanos andaluces se sienten naturalmente orgullosos. Una bella estampa que fue finalizada en 1904, casi treinta años después que el de Riotinto. Servía, como este, para cargar mineral que llegaba desde el interior a través de las vías del tren. Este es un aspecto en común. También su origen en el capital británico, en el caso de Almería, de los concesionarios de las minas de Alquife. Así mismo, el hecho de su relevancia urbanística para la ciudad, que suponía un condicionante para su desarrollo. Y una cierta estética compartida por ser de hierro pero con gran altura.
Más semejanzas podemos encontrarla en su declive. Para ambos se produjo en los años setenta, para el almeriense al principio y para el onubense a mediados de esta década. Otra sería el hecho de que en los inicios de sus proyectos ambos muelles se planteaban de forma más modesta (por su carestía) de lo que al final, grandiosamente, se llevó a cabo. Pero hay, no obstante, bastantes diferencias. Los requisitos del diseño por sus ubicaciones ya determinaron una importante parte de estas. El de Almería solo requería de 108 metros adentrado en el mar, que es lo que mide, frente a 1.165 del onubense, con 500 soportados sobre la propia ría.
Otra gran diferencia, que afortunadamente el proyecto que se va a llevar a cabo en nuestro puerto va a subsanar en alguna feliz medida, es la mutilación del de Huelva, frente al estado de intacto que tiene el almeriense. La sensibilidad por el patrimonio no queremos ponerla en comparación (no vaya a ser que escapemos mal). Pero lo que es verdad es que el Cable Inglés fue declarado BIC en 1998 y el Muelle de Riotinto más tarde, en 2003. Allí no tenemos constancia de que se hubiera considerado su demolición y aquí si, cuando dejó de tener actividad.
Es indiscutible, en todo caso, la belleza de ambos. Su carácter identitario forjado con su más que centenaria radicación en las ciudades respectivas, y la simbología histórica, incluso con las sombras que suelen acompañar a las luces.
Cable Inglés y Muelle de Riotinto.
