Fuenteheridos rinde homenaje a su historia en un acto conmemorativo

Este domingo 25 de agosto, a las 8 de la tarde, se celebrará en el cementerio de Fuenteheridos un acto en memoria de los fallecidos en 1936. El evento, marcado por su simbolismo, incluirá la lectura de nombres, poemas y actos simbólicos, y será conducido por el sobrino del fallecido organizador, Rodolfo Recio.

Fuenteheridos rinde homenaje a su historia en un acto conmemorativo

HBN. Este domingo, 25 de agosto, a las 8 de la tarde, se llevará a cabo un acto conmemorativo en el cementerio de Fuenteheridos en memoria de los fallecidos en 1936. Hasta ahora, este acto lo organizaba mi tío Rodolfo Recio, pero a partir de este año asumiré yo la responsabilidad como maestro de ceremonias. Será un evento breve, lleno de simbolismo, en el que recitaremos los nombres de los ejecutados, leeremos algunos poemas y realizaremos actos simbólicos. Estaré encantado de contar con vuestra presencia. (Para quienes vengan de fuera, hay aparcamiento disponible).

En 2006, Rodolfo Recio publicó un libro fundamental no solo para Fuenteheridos, sino también para la Memoria Histórica en general. Este libro ofrece un estudio detallado de una localidad andaluza que, como muchas otras, vivió los trágicos eventos de 1936. Sin abstracciones, el libro proporciona nombres, fechas y una exhaustiva documentación que nos permite entender cómo ocurrieron las cosas desde dentro. Titulado Brutal 23 de agosto, esta obra recomendada incluye un capítulo dedicado a cada una de las víctimas, donde Rodolfo investiga los detalles de su desaparición, sus causas y otros datos relevantes (en total, 49 personas).

A continuación, os comparto la historia de uno de ellos:

JOSÉ LUIS VÁZQUEZ FERNÁNDEZ
30-09-1901 / 24-10-1936
José Luis, de 35 años, era marmolista y propietario. Hijo de Rafael Vázquez Vázquez y Mª. Josefa Fernández Fernández, nació el 30 de septiembre de 1901 en la calle Charneca, Fuenteheridos. Sus abuelos paternos eran Rafael Vázquez Valero y Rosario Vázquez González, y los maternos Juan José Fernández Domínguez y María Eugenia Fernández Carballo.



La primera referencia que encontré sobre él data de noviembre de 1922, cuando trabajó como «empedrador» en la reparación de un tramo de carretera en Fuenteheridos, por lo que recibió 18 pesetas por seis días de trabajo. Gracias a su habilidad como marmolista, fue invitado a participar en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1928-29), donde trabajó bajo la dirección del arquitecto Aníbal González en la construcción de la Plaza de España.

El 22 de mayo de 1936, tras la muerte de mi tía Edelmira del Castillo, se le encargó a José Luis la realización de una lápida en mármol blanco, creando una obra magnífica que aún se conserva en su lugar original. Su taller estaba ubicado en la calle Vistahermosa. Una de las personas que me brindó información lo recuerda como un hombre bondadoso que incluso cortaba el pelo a las niñas del pueblo.

Como socialista, José Luis estuvo muy involucrado en las luchas políticas en defensa de los obreros, lo que eventualmente le costó la vida en 1936. En octubre de 1932, apoyó al concejal Fontenla Silva en la reprobación de un edil derechista que se oponía a las reclamaciones salariales de los braceros. Desde febrero de 1936, fue concejal del Frente Popular, y en abril de ese año propuso que se embargaran los bienes de los contribuyentes pudientes que no pagaran sus atrasos en un plazo de siete días.

José Luis permaneció como concejal hasta la «sanjurjada» del 10 de junio de 1936, cuando los ediles del Frente Popular fueron destituidos temporalmente. Al reincorporarse, él ya no figuraba entre ellos, siendo reemplazado por su primo Ignacio Sánchez Vázquez, también socialista.

José Luis fue una de las últimas tres personas fusiladas, junto a José Díaz Moreno, la noche en que escapó el hermano de este último, Emilio Díaz Moreno. Según algunos testimonios, el jefe de Falange, Jabicha, trató de salvarlos, aunque esto es discutido. El impacto de aquella noche fue tal que Virgilio Alcántara Bermúdez, el cívico de guardia, enfermó y murió poco después de recoger los cuerpos.

José Luis era miembro del Centro Obrero y, en 1932, vivía en la calle F. Pujol (Charneca) como propietario. Su padre, Rafael Vázquez Vázquez, fue registrado en 1911 como jornalero, viviendo en Charneca 45, y en 1939 estuvo detenido durante unos 15 días por sus ideas políticas. Probablemente, su avanzada edad lo salvó de un destino peor.

En 1940, Rafael tenía 72 años y residía en la calle Sereno. José Luis era conocido en el pueblo como «Paletilla». Su viuda, Mercedes Domínguez Escobar, tenía 35 años cuando fue asesinado en 1936, dejando a dos hijos: Mercedes, de 7 años, y José Luis Vázquez Domínguez, de 4 años.


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