S. D. Estos son los Juegos Olímpicos. Nadie regala nada. Carolina Marín lo supo de primera mano en su partido de octavos de final del cuadro individual femenino de bádminton de los JJOO de París, donde una gran Beiwen Zhang el llevó al límite en la victoria de la onubense en tres sets (12-21, 21-9 y 21-18) en 70 minutos de sufrimiento.
Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Carolina es de imaginar que tampoco lo pensó. Pasado el primer tramo de fase de grupos, más asequible sin ninguna duda, llegó el torneo en sí, la verdad del bádminton. Y enfrente la norteamericana Zhang, jugadora con muchos kilómetros también, que ha ido a más en los últimos tiempos y que por aquello de las supersticiones apeó a Carolina del Open de Francia pasado.
Salió torcido el primer set para Carolina. Desde el inicio se vio a una poderosa Zhang mandó que en un pis pas se fue al descanso con un claro 3-11. Reaccionó Carolina tras el intervalo, no le quedaba otra, y se acercó en el marcador (12-15). Pero otro arreón de la estadounidense con un parcial de 0-6, decidió la manga en su favor: 12-21.
El segundo set, menos mal, ya fue otra historia. Más centrada la de Huelva, empezó a acercarse a su mejor versión. Salvo con el 2-2 de salida, Marín estuvo siempre por delante en el marcador logrando una máxima renta de cinco puntos (9-4), que fue de cuatro al intervalo: 11-7. A la vuelta a la pista, un parcial de 10-2 cerró la manga por 21-9.
Había que rematar la faena en el tercer set que fue de infarto. De nuevo Zhang empezó mejor, sobreponiéndose al impacto moral de la derrota en el segundo. Logró un parcial de 1-4, ante el que reaccionó la de Huelva. Primero equilibró el marcador (6-6) y luego tomó una ventaja de cuatro puntos, con el 11-7 con el que se llegó al intervalo. Pero Zhang no estaba dispuesta a tirar la toalla y a la vuelta a la cancha hizo lo mismo que Carolina, empatar (14-14) y ponerse por arriba: 14-15.
Llegó del momento de Carolina. Templó los nervios, sacó casta, garra y buen juego cuando más lo necesitaba hasta cobrar una ventaja de tres puntos (19-16) que, a la postre, le llevó a ganar. Sufriendo, pero con firmeza al final, Carolina se hizo con la manga por 21-18 y también con el partido. El mal trago pasó.
Para el sábado están previstos los cuartos de final, ese cruce maldito que te lleva a pelear por las medallas o a… Allí Carolina se verá con la japonesa Aya Ohori, que venció en octavos a la singapurense Yeo Jia Min.