José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Esta semana se ha conocido el fallo provincial que ha determinado el ganador del título de la persona más repelentosa de la provincia. Un concurso al que se han presentado cientos de candidatos y de los que un experto jurado ha tenido que elegir a los diez finalistas y para los que no ha sido fácil descartar al resto de los aspirantes que se han presentado ilusionados y convencidos de ser los ganadores de este prestigioso título que abre la puerta a los campeonatos mundiales de repelentosos y repelentosas más importantes del planeta.
Un concurso que lleva celebrándose desde tiempos inmemoriales, que busca encontrar esa persona repugnante, repulsiva, asquerosa, desagradable, impertinente, redicha, sabelotodo, repipi, sabionda, marisabidillo, resabido, cursi, pedante, petulante, odioso, engolado, antipático, chocón y con la que posiblemente todo el mundo se ha cruzado con una de ellas alguna vez en su vida. Una persona capaz de sacar lo mejor de nosotros a pesar de tener la propiedad de erizarte los pelos, poner tu paciencia al límite, provocarte arcadas o hacerte sentir la mejor persona del mundo.
Personas especiales que no lo han tenido fácil en la vida y que desde que nacieron están predestinadas a cumplir una misión universal. Personas que se sienten iluminadas, tocadas por un rayo de sol celestial, alumbradas por el fuego primitivo, sombra de los arboles eternos, dueño del sol incandescente, sabedor de la redondez de la luna, forjadores de estrellas, constructores de sueños, sanadores omnipotentes. Seres poseedores de una belleza infinita, capaz de atraer a sus congéneres levantando la ceja, hacerte templar con su mirada o acabar con el hambre en el mundo simplemente con una bocanada de aire con sabor a fritanga.
Una cualidad que posee el ganador de este concurso que ha sido además capaz de superar las siete pruebas de la pedantería, el entrenamiento extremo de los encantadores de serpientes más poderosos del planeta, seguir las directrices de los hombres y mujeres más bellos de la provincia y la oratoria más técnica de los asesores de los políticos más influyentes de todo el panorama público. Pero si hay una prueba que han pasado con creces el ganador de este concurso es la del público y hacer que se rindan a sus pies con su simple mirada altiva, capaz de oculta la petulante personalidad que hay detrás de todo ganador de uno de los premios mejor dotados de la provincia, por encima incluso de los premios más importantes de la poesía.
Seres que, a pesar de carecer de humildad alguna, de hacerte tragar tu propio vómito por no escucharlo una y otra vez hablar como si tuviera la capacidad de meterse el mundo por la boca y cargarlo cuando se le apeteciera, son en el fondo capaces de regalarte su sonrisa fingida y su palabrería vacía para hacerte sentir bien. Personas que a pesar de sentirse tocadas por Dios no dudan en darte la mano, un abrazo, de compartir risas y llantos, aunque en el fondo estén sumidos en la indiferencia de lo que te pase, seres dispuestos a hacerte sentir la persona más afortunada del mundo y mezclarse con el populacho que le rodea por el mero hecho de sentirse el centro de la provincia, aunque sea tan repelentoso como chupar un calcetín sudado.
