José Manuel Alfaro/Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Una vez más la Sierra se convierte en un escenario de cine como ya se pudo ver en películas como La trinchera infinita (2019), El Corazón en la tierra (2007), Miel de naranjas (2012), Viaje al centro de la tierra (1956), Las minas del Rey Salomón (1950), Solo se vive una vez (2011) o Hasta que la muerte los separe (2018), películas que se han convertido en un escaparate capaz de proyectar la belleza de un paisaje y una paisanaje únicos para cualquier director de cine.
Una lista de escenarios a los que podría sumarse la localidad de Cortegana, por la que estos días deambulan productores y directores de fotografía buscando escenarios para una nueva superproducción en la que participarían los actores más codiciados del momento y para la que también estarían buscando vecinos y vecinos, no solo para las labores de logística y mantenimiento sino para incorporarlos como extras para la segunda parte de una de las películas más esperadas de los últimos tiempos.
Así que, si ven un grupo de hombre de negro, con corbata, pantalones vaqueros y botas tejanas y sombrero de cowboys, no son los jinetes del nuevo espectáculo que se está preparando en Cortegana, con la primera competición de jineteo de cerdos ibéricos bravos. Considerada la disciplina más peligrosa y espectacular, en la que el jinete debe de permanecer 8 segundos sobre el lomo del cerdo sujetado con una sola mano de un pretal con un asa en forma de ojal. Sino que son unos productores del norte que preparan la segunda entrega de la película de 
1986 “Esta casa es una ruina” y en la que participaron entre otros, las estrellas Tom Hanks y Shelley Long.
Aunque esta vez el argumento sería distinto, pero con cierta similitud a la primera entrega. En ella se narraría la historia de una pareja carniceros de un hipermercado de una gran ciudad, que un día deciden comprar un viejo matadero con el objetivo de producir los mejores jamones de cerdo ibérico del mundo, acercar sus vidas a la tierra, abandonar una gran ciudad en la que los asfixia la contaminación y aniquila el poco dinero que ganan y buscar en la Sierra vaciada un lugar donde, criar a sus hijos, vivir una loca historia de amor y morir en paz los últimos días en una residencia de ancianos. Unos sueños que se convertirán en algunos momentos en pesadillas cuando descubren que le han vendido un matadero en ruinas, el precio del jamón está por los suelos y uno de sus hijos dice haberse hecho amigo del fantasma de un cerdo ibérico.
Una película que se grabaría íntegramente en Cortegana y para la
que ya se barajan varios mataderos vacíos, así como explotaciones en las que se rodarían los exteriores. Al mismo tiempo que se buscan vecinos y vecinas para interpretar papeles extras de esta superproducción que contará con el primer cerdo ibérico amaestrado que hará de fantasma y amigo del hijo de la pareja protagonista, de esta comedia que busca no sólo divertir, sino mostrar la dureza y el drama humano y animal que hay detrás de cada jamón. Una película que podría catapultar a Cortegana como uno de los destinos de cine más importantes de la provincia y que ya se prepara no solo para el estreno mundial de “Este matadero es una ruina” cómo se llamará la película, sino para el festival de cine rural que se pondrá en marcha el próximo año y en el que podremos ver en sus pantallas el cine rural de vanguardia y cruzar su alfombra roja los directores y actores más afamados en esta segunda revolución industrial, pero estas vez del cine, que llegará a Cortegana, el pueblo con uno de los precios por metro cuadrado de vivienda más bajos de la provincia y ahora meca serrana del cine.
