RFB. Capitalina de nacimiento y palerma consorte, a Lucía Núñez Sánchez es difícil verla sin encontrarte con una sonrisa. Un generoso regalo para los demás que alegra la vista y el alma. Encantada de residir en Palos, y también de tener en estos momentos responsabilidad sobre unos ámbitos tan estratégicos para esta provincia como Economía, Hacienda, Fondos Europeos, Política Industrial y Energía –que incluye Minas-.
Ser hija de un peluquero popular al que, más allá de quererlo, admira profundamente por sus valores humanos, le marca en el orgullo filial y en el comportamiento de vida. Esfuerzo, trabajo, honestidad y gusto por hacer las cosas bien, no quedarse a medias… esa es filosofía recibida. Un marco, el proporcionado por sus padres, Fernando y Lucía, de libertad y apoyo incondicional del que han gozado ella y sus tres hermanos, Fernando, Esther y Carlos. Su padre siempre les orientó a hacer lo que quisiesen, pero con la constructiva ambición de ser los mejores en ello.
Apasionada por la docencia, Lucía Núñez es pedagoga –doctora- y profesora de la Onubense. “Me encanta, la disfruto muchísimo -subraya-. Para mi entrar en la Universidad fue un regalo“. Tiene claro que volverá, tras este paréntesis en el que también está disfrutando. La culpa de su definición profesional la tuvo Horacio, un profesor de Latín de 2º de Bachiller en el Alonso Sánchez, donde cursó nuestra protagonista. Señala que «Un día, hablando no sé de qué, me dice él, que era nuestro tutor, ‘a ti se te da muy bien la pedagogía, tú tienes habilidades… se te daría muy bien’. Para mí fue clave, me dije ‘quiero ser pedagoga’«.
Hemos quedado en La Cinta, lugar tranquilo, simbólico e identitario. La charla con Lucía Núñez es muy amena y se abren continuamente puertas para muy diversas cuestiones sobre las que, aun deseando más profundidad, tenemos que abordar en modo pincelada. Ella es de Huelva ciudad pero, como apuntábamos arriba, Palos de la Frontera le ha proporcionado un hábitat en la que se encuentra de maravilla. “Palos es un pueblo que te da todo. Tiene todos los servicios, muy cerca de la capital. Tienes la tranquilidad de criar a los niños… pues como se criaban antes, con los amiguitos en la calle”. Sus niños Pablo –seis-, y Julia –cinco- pueden jugar en una placita en la que vive, permitiendo que la mamá esté tranquila observándolos desde el balcón.
Para ellos cultiva valores recibidos de sus mayores, como el respeto a todas las personas, y a la vida en sí. La honestidad, la lealtad, el valor de la palabra dada. “Esos valores -destaca- me proporcionan solidez… de cara a mí misma, me dan credibilidad”. Empezó en esto de la política con una idea inicial de apoyar una nueva candidatura de Carmelo Romero, que apuntó su marido, Pablo Alcázar. El regidor palermo avanzó en su interés por el perfil de Lucía ya que terminó incorporándola para figurar en puesto de salida, la siete. El resultado de las elecciones le permitió asumir las competencias en Educación y Juventud en el municipio ribereño.
Luego, hace un par de años, llegó la propuesta para ser delegada territorial de la Junta de Andalucía en Huelva. Carmelo le dijo que lo haría bien, que “esto es gestionar, y tú sabes hacerlo”. Aceptó y se encuentra encantada por trabajar en los campos en los que actúa. En todo caso valora de forma extraordinaria la política local, “donde se puede repercutir directamente, de forma inmediata, en el bienestar de la gente. Es emocionante comprobar que puedes hacer algo que para la persona resulta mucho más importante que el esfuerzo que a ti te puede suponer”.
Lucía es disfrutona y agradecida. Natural por tanto que lo natural sea ver una sonrisa en su semblante. Vive de forma intensa sus responsabilidades, y en este puesto que ahora ocupa está juramentada para crear facilidades a los empresarios que quieran empujar la economía de nuestra provincia. Se siente cómoda con su equipo de colaboradores, con los técnicos de la Delegación, valorando la experiencia que tienen en el sector, como en el caso particular de la Energía y Minas, tan características de esta tierra.
A medida que iba cogiéndole la medida a la Delegación –dos en una- le sorprendió el “cómo trabajan los ayuntamientos, la perspectiva que tiene cada alcalde de su término y como quiere potenciar y desarrollar su localidad. Ahora que trabajo en el plano provincial puedo apreciar las inquietudes de cada uno y contribuir orientando para que puedan alcanzar el éxito en su desempeño y lograr las metas deseadas”.
Cree precisamente –y anima a los alcaldes- que los términos municipales más próximos al puerto y a los complejos energéticos deben potenciar sus polígonos industriales, apostando por suelos de esta naturaleza. “Lo que estamos viviendo ahora es un boom, un momento clave de expansión. Vienen grandes inversores que lo que buscan son espacios”.
Nuestra interlocutora tiene ganas, fuerza e ilusión. “Me ha llamado la atención lo bonito que es el mundo de la energía y las minas en Huelva. Las posibilidades que le ofrecen a las personas, a los vecinos, a las localidades. Oportunidades ante las que nosotros tratamos de responder con facilidades para que los proyectos salgan adelante en tiempo record. Que ello repercuta en empleabilidad, en arraigo en la zona”.
Está disfrutando muchísimo con lo que hace. Comentamos que no existe la casualidad, y hay un hilo conductor que conecta esta actividad con sus ancestros. No obstante, el entorno profesional de su crianza, la peluquería, no tiene nada que ver con ese mundo industrial. Hermanos Núñez es una verdadera institución en la Isla Chica de Huelva. Allí desde muy niña pudo compartir un ambiente tan social. “Todos los sábados –nos cuenta- mi madre y mis tías limpiaban la peluquería. Entonces nosotros, los niños, íbamos para allá. Era una empresa familiar donde tenías tu vida. Yo he vivido muy de cerca la peluquería de mi padre, y le tengo un gran cariño. Paso por allí y me emociono, porque ha sido mi infancia. Mi amor y mi devoción es mi empresa y mi familia”.
Allí fueron inculcados valores que hoy definen el carácter y comportamiento de Lucía Núñez, sus hermanos y primos. En este sentido nos dice que “Mi padre siempre ha sido un hombre que se viste por los pies. Muy prudente, muy formal, muy amable y muy cumplidor. Hemos vivido ese respeto a la empresa, ese respeto al cliente, a las personas”.
“Mis hermanos Fernando y Esther siguieron con la tradición familiar de mi padre y tíos –Miguel y Antonio-, al igual que sus primogénitos –Miguel y Antonio también-. Carlos hizo informática y trabaja en el Puerto”. El padre de Lucía Núñez aprendió el oficio desde muy joven, montó la peluquería y fue incorporando gradualmente a dos de sus tres hermanos, más pequeños. Ángel, el otro hermano, se dedicó al taxi.
Ese vínculo de la peluquería reforzaba la condición familiar. “Mucha gente te dice que su familia son sus padres y hermanos, o mi marido y mi hijo… En mi casa –apostilla Lucía- mi familia eran todos mis primos, mis hermanos, todos mis tíos… si tienes que hacer un almuerzo familiar sabes que cuarenta o cincuenta personas van. Me he sentido muy afortunada de vivir esta experiencia familiar. Olga, Miguel, Antonio, Jesús, Álvaro, Mari Reyes, Daniel y Ángel, primos que son como hermanos. Y por parte de mi madre también”.
Precisamente de la parte materna familiar, lo que es la vida, tiene una conexión total con el mundo de las minas, en el que hoy desempeña responsabilidad al máximo nivel. Su abuelo materno era barrenero en Cueva de la Mora. Y su bisuabuelo, el padre de su abuela Juana, era también minero en la mina de Almonaster. Le llena de orgullo poder destacar su origen profundo en la minería onubense.
Juana ha dejado mucha huella y aprendizaje en Lucía, por su decidida personalidad y por las vivencias de una historia personal casi de novela, estraperlo por necesidad incluido. Su marido, al ser barrenero, fue llamado a filas en uno de los bandos en la guerra civil. Capturado por el enemigo salvó la vida en el bando contrario cuando se dieron cuenta los captores que sabía de explosivos. Salvó la vida pero tuvo que pasar a combatir a favor del nuevo contendiente. Se vio envuelto, en fin, en una carambola que le hizo luchar en ambos ejércitos.
Ella, la abuela Juana, se crio en la mina y aprendió perfectamente la lengua inglesa, dada la imposición de la compañía de dirigirse a los cuadros en el idioma británico y la exigencia de ir al colegio –si no iba le quitaban un día de sueldo a su padre-. Nos dice Lucía que su abuela nunca le habló mal de las minas, siempre con una visión positiva y destacando lo que le había aportado esa experiencia vital.
Lucía escuchaba las historias de su abuela con atención y curiosidad. Recuerda que respecto a la guerra civil le preguntaba, “¿abuela, y mi abuelo en que bando quería estar? en su casa, hija, en su casa –respondía-“. La admiración por su abuela ha sido una constante en su vida. Ella, con once hijos que sacó adelante en ausencia de su marido, le hizo entender que como mujer no tenía que tener ningún tipo de límites.
Volvemos en nuestra charla con Lucía Núñez al ámbito político-profesional y comenta que se siente tranquila con la operativa de las minas en la provincia –cuatro de extracción metálica activas- porque “sé que cumplen frente a unos grandes controles de sostenibilidad medioambiental”. Apuesta por las sinergias y la búsqueda de desarrollos que aumenten el valor añadido que pueda quedarse en Huelva. Pone como ejemplo las minas como suministradores de materia prima para la producción de placas fotovoltaicas “¿porqué no fabricarlas en la provincia de Huelva en vez de que vengan de China? -se pregunta-. Es un ejemplo. Como ese muchos más“.
El panorama que considera no puede ser más esperanzador. “Hay dos minas adicionales que ya tienen autorización administrativa, Masa Valverde y El Respaldo de Sotiel Coronada. Tenemos cuarenta y un permisos de investigación aprobados, con sus planes de labores anuales, con más de 350 sondeos. El cobre, el zinc y el hierro son materiales críticos ahora mismo, y se está apostando por Huelva”.
“Estamos ocupados en favorecer el que no solo la extracción, si no también que el tratamiento se haga aquí -añade-. Hemos tenido en este sentido la autorización de la planta E-LIX, en diciembre pasado. Es la única planta industrial de hidrometalurgia aprobada dentro de una mina en extracción en el mundo. Un hito global de innovación que se produce en nuestra provincia.
Pero más allá de la minería, tenemos 114 canteras, con sus planes de labores, con su actividad. Tenemos la única planta de granito de Andalucía, en Santa Olalla del Cala. O sea, Huelva es una realidad potente en mis competencias, que no nos queda más que trabajar por ella y facilitar los trámites. El cambio que se ha producido en este sentido es enorme. El feedback de las empresas así lo pone de manifiesto”.
En el plano industrial nos cuenta Lucía que ya tienen cinco avales de garantía para proyectos de hidrógeno verde en Huelva. La delegada prefiere no ‘vender la piel del oso antes de cazarla’, pero reconoce que se están dando pasos firmes en este camino. “Lo mismo te digo que hace seis meses yo podría decir no veo nada, hoy por hoy te digo sí. Hay avales de garantía, ya han entrado en la Delegación los expedientes, ahora es una realidad que coge forma”. Nos comenta, a la vista del desarrollo que se está produciendo, que hay que estimular las vocaciones profesionales de los jóvenes onubenses en la industria, con unas posibilidades laborales extraordinarias.
Lucía Núñez no imaginaba hace tan solo unos años que tendría una responsabilidad como la que desempeña en el potente sector industrial, energético y minero de la provincia de Huelva. Y menos, seguro, su querida abuela minera, Juana. Lo que si visionaba seguramente esta señora es que, hiciese lo que hiciese, su nieta lo llevaría a cabo con esa determinación cuya semilla sembró al calor y cariño de aquellas historias fascinantes que le contaba cuando era pequeña.
Lucía Núñez, pasión por hacer y ambición por hacerlo bien tras esa sonrisa.
Fotos: Edith-HBN.