José Manuel Alfaro/ Sección de ficción Cuaderno de Muleman.. Solo llevamos horas desde que se pusiera en marcha en las Playas de Punta Umbría la campaña “no enfermes hasta septiembre” y ya se van conociendo los datos estadísticos del impacto que este simple, contundente y real mensaje está tendiendo en el sistema público de salud, que ha visto una drástica disminución en el porcentaje de visitas a centros de salud y hospitales, evitándose así el colapso total de un sistema que actualmente se encuentra en tensión y con un sobresaturado colectivo de profesionales médicos que han visto en esta campaña una tabla de surf de salvación.
Una campaña que tiene como objetivo concienciar a los ciudadanos para evitar en la medida de lo posible enfermar durante estos meses de verano en los que un sistema de salud ya debilitado se ve mermado de muchos profesionales por motivos vacacionales que disfrutan de unas necesarias vacaciones y que no son suplidas por otros profesionales. Profesionales que se han mostrado esperanzados de que esta campaña mejore la sobresaturación médica a la que están sometidos debido a un sistema precario de contratación y sustitución de bajas.
Aún es pronto para conocer el alcance de esta novedosa campaña de la que se conocerán los resultados en septiembre, una vez que se den los datos reales de los accidentes cerebrovasculares, las muertes por infarto y los canceres no diagnosticados durante este tiempo y se comparen con los de otros años. Unos datos que habrá que analizar con cautela para evitar caer en la dictadura estadística en la que vivimos actualmente capaz de maquillar maliciosamente hasta la tendencia del deterioro real de una sanidad pública que se encuentra en estado de desguace.
Los promotores de esta campaña son además conscientes de que vivimos en tiempo en los que como se puede leer en el libro de Propaganda “Una discoteca que aspira a estar entre las veinte mejores del mundo tiene que implantar unos mecanismos y servicios públicos y universales que minimicen estas contingencias, no se puede dejar todo en manos del azar o del liberalismo discotequero y mucho menos crear estructuras represivas creyendo que pueden sustituir la función educativa de una discoteca. No se puede pensar que poniendo una cámara de vigilancia en un baño para grabar quién viene sudado, quién ha vomitado fuera del váter o quién está fumando marihuana debajo del extractor se va a solucionar los problemas de los olores exhalados por la gente, las discotecas tienen que dar una respuesta social, humana y no represiva a los problemas de sus discotequeros”
Y mientras tanto, la gente disfruta del domingo en la playa en Punta Umbría, en la que ya se graba el video de esta campaña innovadora, en la que se podrá ver como un hombre que pasea por la orilla, se agacha coge una concha, la mira, la tira sobre las olas que rompen sobre sus tobillos. Sigue caminando, coge otra concha le sopla, la limpia con las manos hasta quitarle toda la arena y observa el rosa de su carbonato al trasluz. La concha esta perfecta, limpia brillante, se la mete en el bolsillo, sigue buscando se agacha se lleva la mano a la cintura, no es nada, mañana será otro día, se pone erguido, se lleva la mano al pecho, siente un pinchazo que se irradia al brazo izquierdo, apenas puede caminar, no puede caminar, le falta el aire, cae a la arena, no pasa nada solo es un infarto, pero él se deja llevar por las olas, mientras siente el balanceo de la muerte en la Playa de la Bota de Punta Umbría al atardecer. Un video que termina con una impactante frase, no pasa nada, porque si hasta septiembre no puedes enfermar, hasta septiembre no te enterrarán.